La entrada en el 2022 va a estar de nuevo marcada por una mala combinación: una nueva ola de contagios de coronavirus y procesos electorales. A las elecciones anticipadas en Andalucía, se suma ahora Castilla y León. En ambos territorios el PP de Casado busca buenos resultados para fortalecer su liderazgo en medio de una batalla abierta con la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Jaime Castán @JaimeCastanCRT
Martes 21 de diciembre de 2021
Este lunes se produjo el último “bombazo” político: el anuncio de elecciones anticipadas en Castilla y León por parte de Alfonso Fernández Mañueco, presidente del PP de la Comunidad. Un nuevo capítulo de la lucha entre Casado y Ayuso dentro del PP.
Con la excusa de un acuerdo “desleal” entre su socio de gobierno regional, Ciudadanos, con su máximo rival político, el PSOE, Mañueco anunció la ruptura de la coalición que gobierna Castilla y León y convocó elecciones.
En el trasfondo de esta decisión está la posibilidad de que este “barón” de Pablo Casado obtenga buenos resultados para el PP, donde las encuestas lo acercan a la mayoría absoluta aprovechando además el descalabro general de Ciudadanos, que prácticamente desaparecía del escenario político tras unas nuevas elecciones.
Estos previsibles buenos resultados, sumados también a los buenos resultados que se esperan en Andalucía, podrían ser un golpe de efecto para un Pablo Casado en proyección hacia las elecciones generales de 2023. No sólo frente al PSOE, su máximo rival político, sino especialmente frente al “efecto Ayuso”, que desde su “éxito político” en la Comunidad de Madrid le disputa el liderazgo del PP al propio Casado.
Más allá de la supuesta “deslealtad” de Ciudadanos, que según Mañueco estaría acordando con el PSOE no apoyar los Presupuestos de la Comunidad o incluso una “moción de censura”, lo que se está tejiendo es una maniobra política de Pablo Casado que a través de sus barones en las autonomías busca reforzar su liderazgo en el partido.
2022: crisis pandémica y elecciones
Al igual que el 2021, el próximo año comienza con una nueva ola de contagios de covid fruto de la irresponsabilidad política de estos partidos y gobiernos que siguen sin priorizar la salud, mientras están casi en permanente campaña electoral para tratar de ganar mayor peso político e institucional.
Si este año lo vimos con las elecciones en Catalunya y la maniobra de Salvador Illa en pleno pico de contagios, con las mociones de censura y la maniobra de Ayuso en la Comunidad de Madrid. Para 2022 Casado está moviendo ficha en Andalucía y Castilla y León en medio de la sexta ola de covid.
Maniobras que en cualquier caso permiten al PP y al PSOE no sólo mantenerse al frente de gobiernos a nivel autonómico y estatal, sino recuperar posiciones y reforzar cada vez más las lógicas bipartidistas. Si bien en un contexto que está atravesado por la crisis pandémica y la inestabilidad política.
Vox también ganará protagonismo
La maniobra del PP en Castilla y León busca reforzar el liderazgo del partido y de Casado, pero ante la caída de Ciudadanos, va a reforzar también el protagonismo de Vox, ya que puede ser el apoyo necesario de Mañueco para formar gobierno tras las elecciones.
En unas elecciones donde la victoria del PP sobre el PSOE parece garantizada, no existe tanta presión del electorado de derechas a hacer “voto útil” al PP, lo cual puede permitir también buenos resultados para Vox en la región.
Esto abriría un marco de acuerdos y pactos que podrían traducirse en un acuerdo de coalición y la entrada del partido de Abascal a otro gobierno autonómico.
Si el PP puede salir reforzado de las próximas elecciones autonómicas, está lejos en cambio de superar o derrotar políticamente a Vox, y sus propias maniobras lo refuerzan también, así como la necesidad de sus apoyos políticos. Con un Mañueco, considerado del sector más “moderado” del PP, que pasaría de gobernar con Ciudadanos a hacerlo con Vox.
Así se puede anticipar que la extrema derecha seguirá fortaleciéndose en los próximos procesos electorales de 2022 horadando la base del PP.