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Red Internacional
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África. Al menos 60 migrantes muertos en nuevo naufragio cuando intentaban llegar a la costa española

La embarcación estuvo más de un mes en alta mar buscando llegar a las costas españolas. De las 101 personas a bordo solo 38 migrantes fueron rescatados. El naufragio tiene lugar en medio de fuertes medidas antiinmigrantes en toda Europa.

Jueves 17 de agosto de 2023 11:07

Imagen de archivo, Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Imagen de archivo, Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) elevó este jueves a 63 el número de muertos por el naufragio de una canoa en la costa de Cabo Verde. La precaria embarcación con más de 100 personas a bordo había zarpado de Senegal hace un mes y se encontraba en alta mar buscando la forma de llegar a las cosas españolas.

Las políticas antiinmigrantes votadas en los principales países europeos, que incluyen expulsiones, control de las aguas y la externalización de sus fronteras a terceros países de África para que impidan la salida de migrantes o los intercepten estando ya en el mar, están detrás de los naufragios y la muerte de cientos de migrantes tanto en el mar Mediterráneo como en el océano Atlántico.

Las embarcaciones precarias en las que viajan hacinados los y las migrantes que intentan llegar a las costas europeas terminan estando semanas en alta mar para intentar encontrar una forma de evadir los controles y llegar a tierra firme, aumentando la chance de naufragar durante ese tiempo.

"Todavía no tenemos claras las circunstancias de lo que sucedió en la embarcación, pero estar varado en el mar durante un período tan prolongado de tiempo conlleva graves riesgos, además de ahogarse, incluyendo hipotermia, deshidratación, etcétera", explicó la portavoz de la OIM, Safa Msehli.

Según un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores de Senegal, que había anunciado este martes el rescate de 38 supervivientes, la embarcación precaria partió de la localidad senegalesa de Fass Boye, en la región de Thiès (oeste), el pasado 10 de julio con 101 personas a bordo.

"Estas muertes frecuentes en el mar, ya sea en la ruta del Atlántico o en el Mediterráneo, hablan de la desesperación y de miles de personas que se embarcan en un viaje en busca de una vida mejor o huyendo de la pobreza extrema o un conflicto", indicó Msheli y destacó "la gran necesidad de abrir vías seguras y regulares para la migración. La falta de estas es lo que da lugar a que los contrabandistas y traficantes se aprovechen de las personas y las pongan en viajes peligrosos".

Senegal es un país tanto de tránsito como de origen de personas que intentan llegar a Europa.

En 2020, la ruta atlántica se reactivó con cientos de jóvenes que volvieron a subir a los cayucos (canoas) a causa del cierre de las fronteras terrestres por la pandemia de covid-19 y las dificultades económicas agravadas por esa crisis.

Esta situación tiene lugar en medio de una profundización de las políticas antinmigratorias europeas.

El Reino Unido que acaba de inaugurar una prisión flotante para encerrar allí a los solicitantes de asilo, y que evalúa enviarlos a Ruanda o a la isla de Ascensión a 6400 kilómetros de Gran Bretaña, viene de aprobar una dura ley antiinmigrantes. El Parlamento británico adoptó una legislación que impedirá solicitar asilo en el Reino Unido a aquellas personas que accedan a este país de "manera irregular" cruzando en bote el canal de la Mancha.

La legislación tiene además el objetivo de que los migrantes sin papeles sean detenidos y expulsados con la mayor rapidez, ya sea a su país de origen o a un tercer estado.

Las llamadas "expulsiones en caliente" ya son practicadas por varios países europeos, la mayoría de ellos responsables de un pasado colonial en países de África y Medio Oriente como España, Italia y Reino Unido, y de muchas de las guerras en la región de la que justamente escapan millones de personas que buscan llegar a Europa.

La Unión Europea viene de firmar un acuerdo de 255 millones de euros con el régimen autoritario del presidente tunecino, Kais Saied. Se trata de una “asociación estratégica” que incluye el refuerzo de la política antiinmigrante europea, a través de una externalización de sus fronteras hacia países de África.

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