Las protestas se intensificaron los últimos días en la localidad de Thembisa contra los cortes de luz en el marco del aumento de las tarifas energéticas, el aumento del costo de vida y una desocupación que llega a 64% entre los jóvenes.
Martes 2 de agosto de 2022 09:13
Al menos cuatro muertos se registraron en el municipio de Thembisa, al noreste del Johannesburgo, durante la represión policial a las protestas contra los cortes de luz en la zona, en el marco del aumeto de las tarifas energéticas y del descontrolado crecimiento del costo de vida y de la desocupación. Particularmente entre los jóvenes.
El lunes los residentes del lugar bloquearon las carreteras con neumáticos e incendiaron un edificio municipal. Las autoridades reconocieron que al menos dos de los manifestantes habían sido asesinados por la represión policial durante las protestas y que al menos otras dos personas, cuyos cuerpos fueron encontrados cerca de la entrada del edificio quemado, murieron en circunstancias poco claras.
Las protestas por los servicios deficientes han venido creciendo en Sudáfrica. En este caso en particular se debe a los cortes de energía frecuentes en los últimos meses, ya que la empresa nacional de servicios públicos Eskom alega tener altas deudas, lo que lo llevó a aumentar las tarifas a pesar del pésimo servicio.
La situación ha empeorado por el aumento generalizado de los precios de los alimentos ocasionado por las interrupciones en el suministro de trigo a medida que continúa la guerra en Ucrania. Y también se agudiza por la aguda situación de pobreza, desigualdad y desempleo generalizados, que se sitúa en más del 34 %, con un desempleo juvenil de casi el 64 %.
El aumento de las protestas también agitó las internas políitcas. El expresidente Thabo Mbeki acusó al actual presidente Cyril Ramaphosa de no cumplir sus promesas y advirtió que el país podría presenciar un levantamiento similar a la Primavera Árabe , provocado por el creciente descontento.
Hace un año, Sudáfrica vio uno de los mayores estallidos sociales desde el final del apartheid hace tres décadas. En medio de protestas masivas, la brutal represión policial dejó más de 350 muertos.
Los 10 días de manifestaciones siguieron al encarcelamiento del expresidente Jacob Zuma por desairar a los investigadores de corrupción. Ocurrieron principalmente en la provincia de KwaZulu-Natal, pero también en Gauteng, donde se encuentra Johannesburgo.
La crisis social y económica cada vez más severa se suma a las internas dentro del CNA (Congreso Nacional Africano), que gobierna Sudáfrica desde el fin del Apartheid. Tanto Mbeki, como Zuma y Ramaphosa pertenecen a este partido. Allí conviven diversos intereses entre empresarios multimillonarios, políticos de carrera ligados a la corrupción con empresas y estados, un Ejército con negocios propios y mucho poder político y económico acumulado, exdirigentes sindicales devenidos en empresarios con influencia dentro del partido, entre otros.
Esto es así hace décadas, solo que las internas que llevaron a la caída de Zuma mediante un golpe palaciego en 2018, y las que siguieron durante su juicio y las protestas del año pasado, ahora se agudizan con una situación social y económica cada vez más insostenible para las mayorías populares en el país.