Lo que intentan hacer el PC y el FA es posicionarse como “defensores de la educación pública” y fortalecerse en perspeciva de las elecciones que se vienen, incluyendo las de las Federaciones de Estudiantes. Pero, ¿qué viene después del plebiscito? De aquello no dicen nada. Hasta ahora solo se han negado a pelear por educación gratuita y de calidad, que sea 100% financiada por el Estado mediante aportes basales directos que provengan de la nacionalización de los recursos naturales e impuestos a las grandes fortunas.
Martes 28 de noviembre de 2023
Las campañas hacia el plebiscito del 17 de diciembre ya están desplegadas. Los partidos políticos y distintas agrupaciones, figuras nacionales, expresidentes, etc., ya han planteado si sus posiciones son a favor o en contra de la propuesta elaborada por el Consejo Constitucional.
Desde la izquierda, y distintos sectores del movimiento estudiantil, somos conscientes que esta propuesta constitucional significa varios ataques para las y los estudiantes así como al conjunto de la clase trabajadora. En términos educativos, plantea ataques al constitucionalizar el voucher y profundizar el sistema de autofinanciamiento que mantiene en una grave crisis a la educación pública. Además da pié para que privados sigan lucrando en la educación con la famosa “libertad de enseñanza” y segrega a los más pobres con la otra famosa “libertad de elegir”, que es solo libertad para los privilegiados que pueden costear una educación que mensualmente cuesta más que el sueldo mínimo.
Por los ataques que representa la propuesta constitucional al pueblo pobre, es imperante llamar a votar en contra, sin embargo, es necesario ser completamente honestos y decir que con esta votación desde el pueblo trabajador no ganamos nada. Si gana el “En Contra”, no gana la línea de Kast, pero tampoco gana el pueblo, porque se mantendrá la Constitución de Lagos-Pinochet, que también le gusta a Kast. La única lección que podemos sacar es que no podemos subordinar nuestras demandas y anhelos a procesos constitucionales que están sometidos a los poderes constituidos y los partidos tradicionales.
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¿Qué dicen nuestros “dirigentes” estudiantiles?
Actualmente la mayoría de los organismos estudiantiles están dirigidos por los partidos de gobierno (Juventudes comunistas, Frente Amplio y Partido Socialista), quiénes tienen gran fuerza en la Confech, dirigen la Fech con Catalina Lufin de la JJCC a la cabeza, y distintos centros de estudiantes. El último tiempo han desarrollado una campaña por la opción “En Contra” tanto desde sus partidos como desde los organismos que dirigen.
Como indicó Catalina Lufín en una columna de opinión, “la opción En Contra, si bien no garantiza avances, nos da garantías de no retroceder”, lo que es correcto. Sin embargo, se ubican como si los únicos responsables de que hayamos llegado hasta aquí, a esta encrucijada entre la Constitución de Kast y la Constitución de Pinochet-Lagos, fuera la derecha.
En realidad, el Partido Comunista y el Frente Amplio fueron impulsores también del nefasto “Acuerdo por Chile”, para luego ser acérrimos defensores de los “12 bordes constitucionales” que sostenían toda la herencia de la dictadura. Asimismo, terminaron defendiendo la propuesta de “los expertos”, participando y legitimando todo el Consejo, dando ilusiones a la población diciendo que con Karen Araya (PC) “entraba el pueblo al Consejo”, que “podemos correr los cercos para instalar los derechos sociales que le permitan a Chile una mejor calidad de vida” o que “tenemos la posibilidad de instalar las demandas del mundo social que se hicieron escuchar en el estallido social”. Es decir, fueron parte del engaño al pueblo, de impulsar el fraude.
Ahora, dicen que “el monstruo de republicanos”, como los catalogó “nuestra dirigenta” en su columna de opinión, “avanza voraz hacia el futuro”. Hablan como si el PC no hubiera sido parte de quiénes les permitieron a Republicanos avanzar hasta llegar aquí, sobre todo desde el gobierno, por ejemplo promulgando las leyes represivas de la derecha, criminalizando a los migrantes y manteniendo por más de 500 días la militarizado al pueblo mapuche, políticas que claramente aportan a que las ideas reaccionarias calen en el sentido común.
Sin embargo, los jóvenes “comunistas” asustados por “el monstruo” dicen “enfrentar a la derecha” solamente llamando a votar en contra, cuando en realidad a la derecha y a la ultraderecha no se les va a ganar en las urnas, en ningún caso, sino con movilización y organización en lugares de estudio, de trabajo y barrios, o sea, se les ganará en la lucha de clases.
Lo que intentan hacer el PC y el FA es posicionarse, al votar en contra, como “los defensores de la educación pública” y fortalecerse, quedar mejor ubicados como la “pata izquierda” de un gobierno cada vez más neoliberal, y llegar a una mejor correlación de fuerzas para todas las elecciones que se vienen, incluyendo las de las Federaciones de Estudiantes.
Pero, ¿qué viene después del plebiscito? Porque de aquello no dicen nada. Si dicen ser “los defensores de la educación pública”, ¿qué hacen desde los organismos que dirigen para ir por más? En realidad, hasta ahora solo se han negado a organizar asambleas verdaderamente convocantes y pelear por educación gratuita y de calidad, que sea 100% financiada por el Estado mediante aportes basales directos que provengan de la nacionalización de los recursos naturales e impuestos a las grandes fortunas. Como respuesta, levantan la consigna de "nuevo sistema de financiamiento", una consigna abstracta que no significa nada.
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Desde Vencer creemos que para lograr cumplir las demandas como educación y salud públicas, gratuitas y de calidad, terminar con las AFP, tener sueldos y pensiones sobre la canasta familiar y acordes a la inflación (+ $750 mil), hay que ir en contra de los poderes constituídos, del régimen político heredado de la dictadura y de los grandes empresarios, debemos pelear por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana que parta de la organización de la clase trabajadora y los sectores populares, que sobre los escombros del viejo régimen permita discutir y decidir qué hacer con los recursos estratégicos, la educación, salud, etc., en la perspectiva de un gobierno de las y los trabajadores basado en sus propios organismos de lucha que se proponga poner fin al dominio del capitalismo y el poder de los grandes grupos económicos y transnacionales en Chile.
Esta es la perspectiva que tenemos quiénes somos auténticos comunistas, y no socialdemócratas disfrazados de rojo que de vez en cuando usan fraseología revolucionaria para posar en la universidad, pero que de fondo su estrategia no es más que la conciliación con la burguesía y la derecha, como lo han demostrado siendo parte fundamental del gobierno de Boric.
Benjamín Vidal
Periodista - Universidad de Chile