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Reseña. Al rescate de los primeros veinte años del hip hop

“Hip Hop Evolution” recorre en cuatro capítulos las primeras dos décadas del género musical que surgió del underground.

Maximiliano Olivera

Maximiliano Olivera @maxiolivera77

Martes 3 de enero de 2017

Con entrevistados de renombre, un destacado archivo y una edición dinámica, Hip Hop Evolution se propone recorrer los hitos que marcaron las primeras etapas de este género. El rapero Shad será el guía durante los cuatros capítulos que componen la miniserie disponible en Netflix. ¿Cómo llegó a ser el hip hop un género con peso propio en los negocios, el deporte, la cultura pop y la política?, es la pregunta que marca el punto de partida.

En el primer capítulo se va directo a las fuentes, la “santísima trinidad” del hip hop: los DJ Kool Herc, Afrika Bambaattaa y Grandmaster Flash. El contexto musical de Nueva York estaba dominado por la fiebre por la música disco. DJ Kool Herc buscará salir de ese circuito y organizará lo que se consideró la primera fiesta del hip hop. No solo se trataba de los discos que giraban en sus bandejas sino también de la forma de hacerlo. Buscando el segmento en la base para extenderlo en el tiempo surgirá el breakdown, el corte. Así, en las fiestas, comenzarán las competencias de baile para saber quién era el mejor B-boy.

Afrika Bambaattaa cuenta como se sobrevivió a las guerras de pandillas en el Bronx y cómo con el movimiento Zulu Nation los jóvenes negros se acercaron a las bandejas, el breakdance y los graffitis. Dirá que así nació la etiqueta “Hip Hop”.

Grandmaster Flash muestra cómo revolucionó la tarea del DJ: ¿cómo poner la aguja en el punto exacto para conseguir el break? Con el grupo The Furious Five surgirán las primeras actuaciones en las fiestas, una antesala de lo que serán los shows tradicionales. Así el eje del hip hop se irá desplazando al rap.

En el segundo capítulo se narra el azaroso recorrido para llegar al primer disco y cómo se gestaron los primeros hits que se relacionaron con el género. “Explotó en 1979”, dice Kool Herc en referencia al tema Sugarhill gang de Rappers Delight, el primer tema en sonar en la radio, en todas las discos y que puso en primero plano al grupo. Pero también tienen voz los detractores como Grandmaster Flash.

Otro segmento explora cuando el Bronx invadió Manhattan, cuando el uptwon fue al downtown. Será interesante el cruce con la escena punk y new wave que se dio a partir de compartir los lugares para tocar. Afrika Bambaattaa, por ejemplo, pasaba temas de los B52 o de Siouxsie and the banshees. Blondie grabará la canción Rapture tras conocer a Grandmaster Flash.

Será precisamente Grandmaster Flash & the Furious Five quienes graben el próximo hit: The Message.

Considerado un himno, fue la primera canción en retratar la dura realidad de los jóvenes negros en los suburbios y causó conmoción en la opinión pública. Con frases crudas contará porque el Bronx ardía. “Eran cosas que necesitaban ser dichas”, dice Ice Cube.

Ya en el capítulo tercero se avanza a la década del 80 y a los primeros pasos del hip hop en la masividad, más allá de algún hit pasajero.

Darryl “DMC” Mc Daniels contará cómo comenzó y prosperó Run DMC, el grupo que integró junto a Joseph “Run” Simmons. Muchos consideran que su Sucker MC’s es la primera canción en lograr el sonido que caracterizará al rap. “Mañana le ponemos el bajo y la guitarra”, dijeron los productores en el estudio, incrédulos del nuevo sonido.

Run DMC también marcará un quiebre en la vestimenta. Mientras todos sus antecesores buscaban superar a las estrellas pop con guardarropas excéntricos, el grupo se vestía como lo hacían todos en los barrios. Su estética generó una fuerte identificación con el público lo que fue aprovechado comercialmente, con un contrato con Adidas.

Este capítulo también se acercará al sello Def Jam, donde revistaban los Beastie Boys. También se verán figuras como Marley Marl, Big Daddy Kane y Rakim. Pero un punto álgido es la llegada de Public Enemy.

“Y si The Clash y RUN-DMC se fusionaran, ¿cómo se verían?”, fue la pregunta que andaba dando vueltas. Chuck D resumirá que canciones como Fight the power se escribieron producto del entorno político y social en que se criaron: el asesinato de Kennedy, el asesinato a negros, Vietnam y las Panteras Negras.

El cuarto capítulo comienza con 6 in the morning de Ice T, que marcará el inicio de una nueva etapa. El rap gangsta, una etiqueta propia de la industria discográfica, se instala en la costa oeste para describir la vida de los barrios del centro sur de Los Ángeles. Ice T dirá que en su barrio la escena musical era secundaria, y que “las verdaderas estrellas en LA eran las drogas, las pandillas y los estafadores”.

Pero será N.W.A. quien llegará a otro nivel, tanto por sus letras, su masividad y los dolores de cabeza que le generó al FBI. “El grupo más peligroso del mundo” contó la vida de barrio en Boyz in da hood, produciendo desde el principio una virulenta reacción de los sectores conservadores que organizaban quemas públicas de sus discos.

La canción Fuck tha police correrá todos los límites. Se transformó en un grito de guerra de los jóvenes negros que veían a barrios enteros ser apresados por su color, donde la violencia policial estaba presente en cada esquina. A los grupos conservadores se sumó una reacción corporativa de la policía y una prohibición del FBI. Como corolario, será la banda sonara de la revuelta tras la absolución de los cuatros policías que asesinaron a golpes a Rodney King.

El capítulo final cerrará con Dr. Dre alejado de N.W.A. y grabando The Chronic, álbum que reflejará la calma tras la furia. Considerado como “el sonido de LA” al crear el G-funk, las letras del álbum serán más pasatistas, menos políticas. De todas maneras es considerado como el disco que llevó el underground al mainstream .

Hip Hop Evolution traza un completo panorama –aunque acrítico, y por lo tanto peca de mitológico– de la primera dos décadas del género, interesante para quienes buscan conocer los orígenes o para quienes buscan una excusa para disfrutar aún más del género que lo reinventó todo.


              

Maximiliano Olivera

Nació en Mosconi, Salta en 1989. Militante del Partido de los Trabajadores por el Socialismo (PTS). Miembro del comité editorial del suplemento Armas de la Crítica.

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