Luego del ilegal operativo donde destruyeran la vivienda del comunero Román Ríos, continúa la escalada de violencia contra las comunidades originarias del Valle de Choromoro.
Juan Lobo @CanisLupus1917
Sábado 28 de agosto de 2021 11:20
Matones y sicarios armados intentaron amedrentar a los comuneros que, tras el violento operativo donde ilegalmente intentaran desalojar a Ríos destrozando su vivienda, realizan una Asamblea Comunitaria permanente difundiendo actividades y reconstruyendo los destrozos de los usurpadores.
En un comunicado, los comuneros denuncian que por la noche del jueves se acercaron personas que les gritaron "los vamos a matar a tiros a todos", tras lo cual efectuaron disparos de armas de fuego y lles dijeron que "apaguen las luces que los policías que nos cuidan quieren hacer tiro al blanco" y que "hoy viernes un matón ingresó al predio donde se encontraban reconstruyendo la vivienda de Ríos, dijo ser policía y venir en nombre de Critto a negociar con Román Ríos, acompañado de 6 personas más que se alojan en la casa de la familia de los terratenientes usurpadores".
Cabe destacar que dichos ataques son coordinados con la Policía y la Justicia que dejan hacer a su antojo a terratenientes con fuertes influencias en la justicia y el gobierno provincial, como es el caso de los Critto. Incluso ante el llamado del delegado de Derechos Humanos en la provincia a la Comisaría de Choromoro, le informaron que no enviaron al lugar ninguna consigna oficial y que el propio comisario le dijo "ahora le voy avisar a Critto" para luego cortarle el teléfono.
Este grave hecho es sólo una muestra más de una escalada de ataques contra las Comunidades miembros del Pueblo Nación Diaguita. El mismo modus operandi que emplean, en complicidad con el aparato represivo y el silencio cómplice del gobierno, que terminó con la vida del comunero Javier Chocobar y que hoy aplican contra la Comunidades Pueblo Tolombón y más al norte la Comunidad Indio Colalao. Destruir viviendas de los comuneros, matar a sus animales y ahora amenazar a la vida de los propios habitantes del lugar. ¡El gobierno es responsable!