La Generalitat se ha sumado al Consorcio del Besòs que ya impulsaban Barcelona y otros ayuntamientos alrededor del río. Un "pelotazo" urbanístico ejemplo de gentrificación.
Jueves 20 de enero de 2022
La Generalitat entrará en los próximos meses al ya existente Consorcio del Besós para impulsar un “nuevo” proyecto digital alrededor del espacio de las tres chimeneas de la antigua central térmica de Endesa, en San Adrià del Besòs.
Son unas cien hectáreas que albergarán, según la alcaldesa Ada Colau, un nuevo polo digital y audiovisual a nivel de toda Europa.
El pacto ha sido confirmado entre Jordi Puigneró, vicepresidente de la Generalitat y Ada Colau, alcaldesa de Barcelona. La entrada de la Generalitat también vendría acompañada de dos instituciones más: el área Metropolitana de Barcelona y la Diputación de Barcelona. Conjuntamente, también habrá un protagonismo esencial de los Fondos Next Generation de la Unión europea. De fondo suenan Los Manolos tocando su famoso “Amigos para siempre”, que quizás volvamos a oir en unos hipotéticos Juegos de Invierno.
Los Fondos Europeos son capaces de unirlo todo. Unen al PSOE y UP, también unen otro dúo más resistente como es el de ERC y JxCat. Y ahora la prueba de fuego, la “ecologista” Ada Colau con el destructor de “La Ricarda” Jordi Puigneró.
Seguramente muchos lectores no se lo creerán pero es así. Y el proyecto que los une es un proyecto de “respeto” al territorio y de “futuro” para la población.
Esta zona “olvidada” durante décadas, es un territorio infectado de ratas y polución. De hecho, el año pasado se detectó un alto grado de contaminación y se cerró una playa de San Adrià del Besòs. La playa, que continúa cerrada, tiene compuestos altamente cancerígenos. Muy cerca también se había cerrado la playa de la Mora en Badalona, por superar los límites aceptables de cobre, arsénico y plomo.
No es casualidad que hayan elegido un territorio con un deterioro tan grande. Los terrenos no valen nada. Destacan las tres chimeneas de Endesa que hace muchos años no se utilizan. Esta zona degradada ya hacía años que era objeto de proyectos especulativos, como ya se ha hecho en varias zonas de Barcelona y otras ciudades.
De hecho, hace unos seis años se informaba que había cuatro grupos inversores interesados en los terrenos. En especial, unos inversores chinos tenían interés en llevar a cabo una inversión urbanística aprovechando el bajo valor del metro cuadrado y la proximidad a la ciudad condal. Todo lo contrario a lo que querían los vecinos, que hace años piden espacios e infraestructura para la ciudadanía.
No importa la ley de costas, ni que sea a orilla de mar. Importa el lucrativo negocio que la Unión Europea aprueba con sus Fondos NG (que son más deuda para el pueblo) y el acuerdo del gobierno ERC-JxCat con el tándem BComú-PSC. El discurso ecologista de “La Ricarda” ha caído muy rápido ante la lluvia de millones.