El ministro Andrés Allamand sostuvo reuniones con diversas autoridades como Arancha González Laya, su homóloga en el Ministerio de Relaciones Exteriores, en lo que ha sido su visita a España, buscando fortalecer los lazos con la Unión Europea. En sus citas destaco el proceso constituyente, como también el manejo económico y sanitario del gobierno. ¿Qué hay de cierto en las palabras de Allamand?
Domingo 6 de diciembre de 2020
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En su paso por España, el ministro Andrés Allamand sostuvo reuniones con diversas autoridades como Arancha González Laya, su homóloga en el Ministerio de Relaciones Exteriores, pero también se presentó en entrevistas como la realizada en Tribuna EFE o en el diario español El país.
En las entrevistas realizadas destacó el curso que ha tomado el proceso constituyente, donde ha primado según sus palabras, lo “democrático e institucional”, pese a su conocido apoyo al rechazo. Recalcó un supuesto buen manejo de la pandemia y las altas expectativas de una fuerte recuperación económica, mientras que, en términos de derechos humanos, se escudó diciendo que simplemente eran “violaciones o transgresiones a los derechos de las personas por las fuerzas represivas”, pero no era parte de una “política institucional” ni una “planificación organizada” por parte del gobierno o cuerpos policiales.
¿Qué hay de cierto en los dichos de Allamand sobre Chile?
Si bien dentro de la región, Chile ha sido uno de los países donde más se han realizado exámenes PCR, no ha sido suficiente para responder a los efectos que ha traído la pandemia, mucho menos considerando la gran cantidad de información errónea en las cifras de contagiados, que llevo a la renuncia del ex ministro de Salud Jaime Mañalich, con miles de muertes y contagios sin declarar, en donde las cuarentenas aplicadas, solo han servido de excusa para llenar las calles de militares, otorgándole más facilidades para el control represivo, mientras millones de trabajadores deben arriesgar sus vidas con el único fin de mantener la producción empresarial.
El horrendo manejo del gobierno de la crisis sanitaria se transformó en crisis social y económica. Pese a las altas expectativas del gobierno y los empresarios, la economía no se logra recuperar, ni tampoco se ha dado el llamado efecto rebote que tanto mencionaban. Ya para este cuatrimestre esperaban acabar con los 8 meses de cifras negativas en el IMACEC, y este solo volvió a caer en un 1,2%. La pobreza aumentaría un 12,3% este año habiendo hasta el momento 800 mil nuevos pobres, según los datos del Banco Mundial.
Este año el desempleo creció llegando a más de dos millones y medio de desocupados; y junto a la aprobación de la mal llamada ley de protección al empleo, que solo vino a precarizar aún más las condiciones de trabajo. El Chile que intenta vender Allamand, es solo una ilusión que representa al sector más rico del país, ya que para las grandes mayorías la realidad es otra.
El rechazo vigente en la convención constitucional
Al momento de hablar acerca del proceso constituyente, solo hubo halagos por parte de Allamand sobre el curso institucional y democrático del proceso, siendo que promovió el voto por el rechazo, ahora su discurso fue radicalmente distinto y planteó la necesidad de avanzar en “cambios mínimos”. La visión del canciller es que, “El estallido social lo logramos canalizar a través de un sistema altamente participativo, altamente democrático e institucional”.
Las palabras de Allamand dejan en evidencia los acuerdos previos entre la ex concertación y sectores del Frente Amplio, falsamente definidos como oposición, dentro del marco del acuerdo por la paz. Un acuerdo a espaldas de las amplias mayorías y que, a diferencia de los dichos del ministro, es completamente antidemocrático, tanto porque las decisiones se podrán ver vetadas por un pequeño sector perteneciente a 1/3 de los constituyentes, quienes, por estar regidos por la ley de partidos, en gran parte serán candidatos constituyentes de los partidos tradicionales que han gobernado durante los últimos 30 años.
El viaje de Andrés Allamand no solo ha tenido como objetivo buscar limpiar la imagen del gobierno de Sebastián Piñera, sino que también dar cuentas a los grandes capitalistas pertenecientes a la Unión Europea, el cómo han buscado contener la rebelión en Chile, un fenómeno que se comienza a repetir producto de las crisis sociales que azotan a diversos países y el fin de las ilusiones que creo el proyecto neoliberal.