Editorial. Ante los ataques, el peronismo no es salida

El gobierno macrista sigue atacando a los trabajadores y a la población más vulnerable. Esta semana anunciaron un recorte a las pensiones por invalidez y se desató un escándalo. El responsable del área, Guillermo Badino dijo: “una persona con síndrome de down no es sujeto de derecho de esta pensión. Puede trabajar si lo deseara”. Una barbaridad.

Como expresó en las redes sociales Sofía, una compañera del PTS que trabaja con chicos con capacidades diferentes: “Trabajo hace 5 años con niños haciendo acompañamiento terapéutico e integraciones escolares, sé a lo que se enfrentan en una sociedad que los expulsa no solo porque no consiguen trabajo, porque muchos tampoco tienen acceso a un sistema de salud y de educación acorde a sus necesidades, sino porque también tienen que enfrentarse a la indiferencia y al rechazo. ¡Que bronca escuchar que hablan de esos pibes como si fueran cosas!”.

El gobierno tiene de aliados a los “opositores”

El intento de votar una ley para restringir el derecho a huelga fracasó en el Congreso Nacional pero fue aprobado en la legislatura cordobesa por peronistas y radicales. Después de una huelga total en el transporte de pasajeros en Córdoba capital, que duró 9 días pese a la militarización del transporte y que dejó un saldo de unos 200 trabajadores despedidos, el intendente radical Mestre y el gobernador peronista Schiaretti avanzan sobre los derechos laborales. La gobernadora Vidal volvió a negarle un aumento a los docentes y hubo un paro con alta adhesión en Buenos Aires. El gobernador de Mendoza, Cornejo, insiste con sancionar a los legisladores del FIT por apoyar los piquetes del gran paro nacional del 9 de abril.

La burocracia sindical es cómplice de estos ataques. En primer lugar, porque la UTA nacional salió a denunciar a los huelguistas en Córdoba para quebrar el paro, y porque tanto CGT como CTA dejaron solos a los docentes bonaerenses y reafirmaron la tregua al gobierno nacional, a los gobernadores y a los empresarios. Una vergüenza.

El peronismo va dividido en estas elecciones. El Frente de Unidad Ciudadana que armó Cristina donde van los “traidores”, el Frente Justicialista que encabeza Randazzo y Massa por fuera. No son alternativa. En el Congreso le aprobaron, todos ellos, 83 leyes antiobreras al macrismo. Macri es minoría en las dos cámaras del parlamento nacional. Ninguna ley hubiera salido sin el apoyo del FPV. No hay que olvidarse. Y la burocracia sindical va en todas sus listas.

El Frente de Izquierda y de los Trabajadores

El FIT va en listas unitarias en todo el país. Hemos logrado un acuerdo entre los tres partidos que lo integran, el PTS, el PO e IS, para conformar el orden de las listas. Nicolás del Caño (PTS) va como diputado nacional en Provincia de Buenos Aires y Néstor Pitrola (PO) como senador, Myriam Bregman (PTS) va a la conquista de una banca en la legislatura porteña y Marcelo Ramal será el candidato a diputado nacional. En nota aparte detallamos quienes encabezan los distritos en todo el país.

El acuerdo alcanzado pone a todo el FIT en lucha contra los representantes del gobierno y de la oposición burguesa (en síntesis, las distintas variantes peronistas) que harán mucha demagogia pero como vimos en este año y medio de macrismo, son la garantía de que puedan pasar los ataques a los trabajadores y sectores populares, cuando no los que los aplican en las provincias que gobiernan.

Somos un frente, no un partido único

El FIT surgió en 2011 y se mantiene. Tenemos acuerdos programáticos y de principios básicos para quienes nos reivindicamos revolucionarios, como la lucha por la independencia política de los trabajadores de toda variante patronal y que nuestro objetivo es un gobierno de trabajadores en ruptura con la burguesía. Esto convierte al FIT en un frente muy progresivo en un país donde el grueso de la clase obrera todavía apoya variantes de colaboración de clases. El programa del FIT lo hemos ido profundizando a lo largo del tiempo como fue la declaración con la que convocamos al acto de Atlanta en noviembre del año pasado. Debemos aún definir las consignas comunes que identificaran al Frente de Izquierda en estas elecciones. En el marco de la unidad que nos da el programa del FIT, tenemos diferencias sobre qué consignas y slogans resaltar. Esto es normal, somos tres partidos diferentes. Por eso en la misma acta de listas unitarias acordamos que en los espacios gratuitos que le corresponden al FIT en TV y radio un 30% de ellos serán unitarios y el 70% restante será repartido entre los tres partidos para que cada uno desarrolle los aspectos y consignas que le parezcan mejores.

El PTS comenzó hace un tiempo una campaña política (que trasciende lo electoral) con spots en las redes sociales con millones de vistas, con afiches y con notas diarias en La Izquierda Diario, digital e impreso. “Nuestras vidas valen más que sus ganancias” y por una jornada de 6 horas de trabajo, 5 días a la semana sin rebaja salarial y con un salario garantizado igual a la canasta familiar. Para que trabajemos todos y trabajemos menos. Para nosotros es una forma de popularizar la consigna del Programa de Transición elaborado por León Trotsky para la IV internacional de “escala móvil de salarios y escala móvil de horas de trabajo”. Nos parecen buenas consignas para esta situación de crisis donde los empresarios, los políticos a su servicio y la burocracia sindical quieren que la crisis la paguemos los trabajadores con despidos, suspensiones, paritarias a la baja y tarifazos.

Esta visión no es compartida por los otros partidos del Frente. Al contrario. Han salido, creemos en forma equivocada, a criticarnos. Veamos. En una columna publicada en la prensa de PO (Nº1460-1º de junio) y replicada por IS, con el “sugestivo” título “El FIT en peligro” firmada por Néstor Pitrola, asegura que “las listas comunes implican una campaña común, con un programa común, a partir del método del frente único. La consigna “la vida o las ganancias”, copiada de la izquierda europea de tipo populista radical, es una versión literaria de la “redistribución de la riqueza” del kirchnerismo, los Stolbizer y los Lozano. No nos expresa.”

Y en la misma página otra nota firmada por Gabriel Solano: “La campaña (del PTS) sustituye las consignas, el programa y el Manifiesto del FIT por planteos de cuño democratizantes, adaptados a la ‘opinión pública’…”

“Nuestras vidas valen más que sus ganancias” no es de ninguna manera una consigna democratizante y mucho menos una versión de la “redistribución de la riqueza” del kirchnerismo. Es absurda esa acusación. Casi ridícula. El capitalismo es un sistema social que se basa en el lucro, en la ganancia capitalista. Nada es más importante que eso. Ese fue incluso el verdadero motivo de las dos grandes carnicerías del siglo XX cuando capitalistas de distintos países se embarcaron en sendas guerras mundiales. Hoy ante la crisis capitalista mundial que se arrastra desde hace 9 años, esa consigna es un cuestionamiento a que quieren descargar SU crisis sobre la espalda de los trabajadores. Pero no es útil solo para épocas de crisis. Porque en períodos de recuperación o bonanza capitalista, nos aumentan los ritmos de trabajo, y se hacen agotadoras las jornadas laborales a costa del desgaste de nuestros nervios y músculos. Porque para los empresarios SUS ganancias son más importantes que nuestras vidas. Es anticapitalista porque lejos de reclamar una redistribución (que el PO e IS inventan) denuncia la esencia del sistema capitalista.

Y ya explicamos más arriba que 6 horas, 5 días, sin tocar el salario y con un mínimo que cubra la canasta familiar es parte de las consignas transicionales que los trotskistas debemos levantar para ayudar a elevar las aspiraciones de los trabajadores y las masas que no pueden limitarse a denunciar a los gobiernos de turno y reclamar cosas mínimas, aunque muy necesarias, como aumento de salario y no a los despidos.

Con estas banderas salimos a levantar una alternativa política contra los partidos que quieren seguir ajustando al pueblo trabajador.