El Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires realizó cambios en la agenda educativa para el Día del Estudiante, que comunicó tres días antes, demostrando la falta de planificación en sus políticas. La organización docente fue la gran respuesta a este avasallamiento.
Lunes 25 de septiembre de 2023 10:13
El lunes 18 de septiembre, docentes, no docentes y equipos de conducción de las escuelas medias, artísticas, normales y técnicas recibieron un nuevo embate del GCBA. Esta vez, la improvisada propuesta consistió en negarles el asueto del 21 de septiembre a una parte importante de la comunidad educativa, y solo les estudiantes gozaron de su merecido festejo y descanso.
La resolución inconsulta y unilateral, indicaba que el nuevo día laboral se podía destinar a encuentros de planificación y programación de tareas docentes, o incluso adelantar jornadas de mejora institucional. Ante este atropello a 120 años de historia de la celebración de la efeméride propuesta en 1902, los sindicatos manifestaron su repudio, del cual la Ministra de Educación Soledad Acuña se hizo eco con los vulgares dichos que la caracterizan y violentó a les docentes por redes sociales estigmatizándolos como vagos y con alergia al trabajo.
Estimado/a lector/a ¿Imagínese cómo se sentiría si la persona que lidera el proyecto al que usted le dedica gran parte de sus días y de su vida, ataca y agrede su rol en cada oportunidad que tiene? ¿Enojo, indignación, sensación de injusticia? Estas emociones, junto con el compromiso y la responsabilidad que requiere esta tarea, motivaron la realización de asambleas docentes en diversas escuelas de la Ciudad de Buenos Aires, en busca de acciones que den respuesta a una nueva banalización de la educación pública por parte de funcionarios del GCBA.
En este marco, el Liceo Nº 1 de 2, del tradicional barrio de Recoleta, llevó a cabo asambleas en los turnos mañana y tarde los días previos a la jornada de debate y organización del 21 de septiembre, en la que hubo comisiones de trabajo, acciones en la vía pública como semaforazos y visibilización del repudio al hostigamiento y a la precarización laboral. A su vez constituyeron un espacio de diálogo con el objetivo de expresar sus emociones, percepciones, y pensar el accionar de cara a un futuro que no parece ser muy alentador, pero que les encontrará organizades.
En tiempos en los que la agresividad está al orden del día, el cuerpo docente optó por espacios de reflexión y lucha, o por la no concurrencia a los establecimientos, escena que se repitió en gran parte de las instituciones de la Ciudad, en una clara señal de rechazo a la política partidaria de una campaña que busca demonizar la escuela pública. En este sentido, es clave la organización por escuelas y la unidad entre docentes y estudiantes, como una fuerza a construir para enfrentar estos ataques y los ajustes que vendrán.