Las chicas de la Selección Argentina disputaron el segundo partido de la fase de grupos del Mundial que se disputa en Australia y Nueva Zelanda. Empataron con Sudáfrica, remontando un 0-2. Un momento especial del fútbol femenino nacional que no se logró por casualidad, sino gracias a los (lentos) progresos producto de la propia lucha de las jugadoras del país.
Viernes 28 de julio de 2023 11:35
Foto Julián Álvarez | Télam
La Selección Argentina femenina logró clasificar a la Copa Mundial de Fútbol por cuarta vez en su historia y por segunda vez de forma consecutiva. Pero este logro no aconteció por casualidad, si no que más bien se debe a los lentos progresos que se han hecho para mejorar la realidad de las futbolistas argentinas.
El fútbol femenino en la Argentina es “profesional” en los torneos organizados por la AFA desde el año 2019; aunque esto sólo quiere decir que el primer equipo de cada club tiene la obligación de remunerar a sus jugadoras. Ahora bien, sus salarios son en buena parte de los casos insuficientes para que éstas puedan vivir únicamente de la práctica profesional del deporte rey, resultando en situaciones donde deben compaginar su carrera de futbolistas con otros trabajos.
Esta situación es análoga en buena parte del mundo, pero no es exactamente debido a los mismos motivos. En países donde el fútbol masculino es tan importante culturalmente como en la Argentina, como Francia, Italia, Alemania u Holanda, las mujeres dedicadas a esta práctica sí que ganan sueldos que les permiten vivir. Incluso el país vecino Brasil está mucho más avanzado en la profesionalización del fútbol femenil.
Muchas explicaciones han sido enarboladas desde las más dispares ideologías y pensamientos, desde la perspectiva cultural, hasta que “las mujeres que juegan al fútbol no generan lo mismo que los hombres”. Pero esto no parece ser del todo cierto, puesto que en países donde el fútbol no es el deporte principal ni el más seguido, tal es el caso de China y Estados Unidos, sus ligas y selecciones son las más importantes en la práctica profesional femenina del fútbol.
Incluso los clubes ingleses y franceses fichan jugadoras de otros países para volver más competitivas sus plantillas y parece merecer bastante más atención que la mostrada en nuestro país.
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La selección argentina en los mundiales femeninos
Desde que se disputa de forma oficial, la Copa Mundial de Fútbol Femenina ha tenido nueve ediciones, de las cuales el equipo argentino ha clasificado a cuatro: Estados Unidos 2003, China 2007, Francia 2019 y la actual Australia/Nueva Zelanda. En todas las ediciones no pudo superar la primera fase, ni ganó ningún encuentro. Pero tuvo una más que meritoria participación en el Mundial anterior, donde logró hacerle partido a la poderosa selección inglesa, empató con la japonesa y consiguió empatarle a la selección escocesa habiéndose encontrado perdiendo 3 - 0 en un momento del partido; contando con chances de pasar a la siguiente fase sí se daban ciertos resultados de otras selecciones.
Todo esto se consiguió con la profesionalización del fútbol local recientemente lograda por una intensa lucha de las jugadoras de los principales equipos profesionales de fútbol masculino del país. Esto fue particularmente notorio, porque empezó en el seno de los mismos clubes, antes que en la casa madre del fútbol argentino. Los movimientos sociales feministas que tuvieron su masificación allá por 2018, empujaron espectacularmente varios reclamos de las deportistas de todo el país.
No sólo avanzaron con la modificación de códigos de vestimenta, tratos más igualitarios y más concientización sobre los abusos y violencia institucional vividos por las mujeres. También lograron presionar para que la AFA obligue a los clubes a remunerarlas con contratos profesionales, y comprometerse a tomar medidas para colaborar con la visibilidad del fútbol femenino.
Aunque las medidas finalmente tomadas sean pocas e insuficientes, sobre todo en cuestiones salariales, esto ayudó mucho a mejorarles su situación personal y competitiva. Hoy, gracias a las luchas por la igualdad llevadas a cabo por los movimientos sociales de mujeres, hay cada vez más interés en darle visibilidad y proyección al fútbol femenino, incluso ante la pasividad de la AFA y algunos clubes profesionales que priorizan únicamente la ganancia y no el desarrollo social y cultural que fue siempre la razón de ser de los clubes.
Podemos concluir que las federaciones y clubes de fútbol que han invertido en el desarrollo y profesionalización del fútbol femenino, han obtenido resultados muy notables, y que no depende únicamente de una tradición o que la práctica del fútbol por parte de las mujeres por sí sola “genere ganacias”. Siendo que históricamente ellas han sufrido la exclusión de la práctica profesional de este deporte, bien por prejuicios machistas o, lisa y llanamente, por que estaba prohibido, han sido los países que han invertido esfuerzo y recursos los que han achicado un poco la enorme brecha que aún existe entre el fútbol femenino y masculino en el ámbito profesional.
En la Argentina hay muchísimo potencial como hemos visto, poniéndose las jugadoras el equipo al hombro y disputándole de igual a igual a selecciones mucho mejor consideradas y con más trayectoria.
Hoy más que nunca, alentemos a las muchachas que están dejando todo allá en Australia.