Mientras se sigue flexibilizando la cuarentena por presión de empresarios, los casos diarios siguen en aumentando. Los datos del viernes indicaron que Argentina es el cuarto país con más casos diarios en el mundo pero uno de los que menos testean ubicándose en el puesto 123°. ¿Hay algunos números que no quieren mostrar?
Lunes 31 de agosto de 2020 15:09
Es alarmante prender la tele, ver el diario o escuchar en la radio que la cantidad de casos en Argentina supera ya los 10.000 por día, pero si vemos la situación mundial de conjunto es aún más alarmante: los datos del viernes 28 muestran a Argentina en el 4to puesto en cantidad de casos diarios, siendo superado por India con 76.000, EEUU con 49.000 y Brasil con 48.000 casos por día. Parece que hay algunos gráficos o filminas que se olvidaron de mostrar o intencionalmente se ocultan.
En lo que respecta a los testeos hay algo parecido pero a la inversa: Argentina está en el puesto 123° en relación al número de test por cada millón de habitantes. Uno de los consejos que dieron desde la OMS al comienzo de la pandemia era que se deberían realizar testeos masivos, o sea, una estrategia agresiva de aumentar todo lo posible el rastreo, testeo y aislamiento de casos, para detener los contagios. Así también, el organismo planteó que la cantidad de testeos debían realizarse hasta que el porcentaje de positividad sea del 10% o menos, lo que se conoce como “positividad del testeo”) pero en Argentina ese porcentaje llega casi al 40% a nivel nacional (con números mucho más altos en algunas provincias), lo que quiere decir que se está testeando mucho menos de lo que la OMS recomienda. Para llegar a ese número se deberían realizar decenas de miles de test más por día, pero los números de casos diarios serían inmensamente mayores a los que hoy se manejan.
Al principio de la pandemia se esgrimió el argumento de la escasez mundial de test, y que Argentina debía importarlos, para aumentar los testeos. Más allá de lo incorrecto de esta negativa del gobierno en ese momento (se dejó crecer la circulación comunitaria sin atacarla agresivamente) hoy no existe ni siquiera esa restricción, ya que en el país se producen tres tipos de test moleculares: Neokit y ELA Chemstrip (de tipo LAMP) y CoronARdx, PCR. No hay excusas. Hay que declarar de utilidad pública los laboratorios que los producen para que en vez de exportarlos y venderlos a privados, esos test se vuelquen a la necesidad de la salud pública.
En el dia 80 de la cuarentena el ministro de salud Ginez Gonzalez Garcia admitió que se debería haber empezado antes con el testeo masivo, algo que desde el Frente de Izquierda Unidad se venía planteando desde el comienzo de la pandemia, pero hoy en día seguimos esperando. Era sumamente necesario poder tener más claridad de donde estaban los casos positivos y poder hacer un aislamiento inteligente, mientras la cuarentena nos permitiera aumentar la capacidad de respuesta sanitaria. Pero nada de esto sucedió, veamos un poco por qué.
Para poder dar respuesta sanitaria se necesitan recursos materiales (camas, respiradores, elementos de protección personal, etc.), algo que es de público conocimiento que aún hoy seguimos esperando. Vimos varias veces a los trabajadores de la salud reclamar por ausencia de elemento de protección, o que si los tenían eran de pésima calidad, las camas en algunos hospitales están por llegar a la totalidad de su ocupación, y en algunos esto ya pasó, como es el caso del Hospital Posadas, uno de los hospitales más grandes del país, y hoy se extiende rápidamente en las provincias, con un nivel de ocupación del 90 % en Mendoza por ejemplo.
La mayor parte de las camas de internación se concentran en el sector privado, pero hoy sigue habiendo una salud para ricos y otra para los pobres, ante el primer tirón de oreja de los empresarios de la salud como Claudio Belocopitt (dueño de Swiss Médical y presidente de la cámara empresaria del sector), el ministro de Salud Ginez Gonzalez García dio marcha atrás con la centralización del sistema de salud en menos de 24 hs después de su anuncio.
Pero también es imprescindible el recurso humano. Si algo viene quedando demostrado en la pandemia es que los trabajadores somos los que hacemos mover el mundo, y que sin nosotros nada funciona. Ahora bien, el trato con los trabajadores de la salud por parte del Estado o de los empresarios es lamentable: se los declara “esenciales”, pero para algo tan básico como una licencia por ser personal de riesgo, tienen que reclamar de manera agotadora, algunas veces hasta la muerte, como el caso de Maria Esther Ledesma del Hospital Gandulfo de Lomas de Zamora que pidio 6 veces la licencia y fue rechazada. La gran mayoría necesita trabajar en más de un lugar para poder llegar a fin de mes, la condición de los residentes con sus jornadas extenuantes de trabajo (a veces superando las 48 hs de guardia), los concurrentes que trabajan sin cobrar y ni siquiera tienen seguro de trabajo, el sector de limpieza, gastronómico y administrativos que sufren la precarización de sus contratos y en algunos casos le niegan elementos de protección de calidad.
Mientras los dueños de todo, los empresarios o los que manejan el estado, piensan que nuestras vidas son descartables, nosotros sabemos bien que somos los esenciales, los que movemos el mundo, los que producimos todo lo necesario para la humanidad, los que le brindamos salud y educación a toda la población, y por eso es importante organizarnos y luchar por nuestros derechos y por las medidas básicas para enfrentar la pandemia. Un ejemplo de esto es la asamblea con mas de 600 trabajadores que se realizo a nivel nacional, como así también lo vienen haciendo desde distintos sectores del movimiento obrero como educación, del movimiento estudiantil y de los jóvenes trabajadores precarizados y desocupados.