Ya somos casi 30 las asambleas barriales en toda la Ciudad, de Barracas a Saavedra y de Liniers a Congreso. Todas tenemos un acuerdo básico: organizarnos para tirar abajo el decretazo, los planes de ajuste y represivos de este gobierno.
Martes 23 de enero 19:17
El puntapié inicial lo dieron los cacerolazo el 20/12 por la noche, después de la primera movilización contra Milei que impulsamos desde la izquierda, los sindicatos combativos y los movimientos sociales. Bullrich y sus periodistas ensobrados taladraron durante días diciendo que no nos podíamos movilizar. Por la tarde la televisión mostró a la Ministra y a Milei, mirando con cara de circunstancia, desde la sede de la policía, cómo decenas de miles llegábamos a Plaza de Mayo para defender nuestro derecho a la protesta. Al miedo que quisieron generar lo enfrentamos en las calles. Esa noche, después que Caputo anunciara su plan de guerra, esos miles se multiplicaron en los barrios saliendo a las calles con las cacerolas para encontrarse en las esquinas. Desde ahí, los miércoles son nuestro día y cada semana somos más los que nos juntamos, cantando “unidad de los trabajadores” y llamamos a las conducciones sindicales al “paro general” para tirar abajo los planes de Milei.
Nos organizamos en los barrios de manera democrática, porque la mayoría de los sindicatos no cumplen ese rol, porque muchos no tenemos sindicatos que nos representen, porque somos estudiantes, jubilados. La palabra la tenemos todos y el voto para decidir también, no vienen los dirigentes sindicales ni los intendentes a hablar para la foto y listo, como en las multisectoriales que promueve el PJ.
Esta fuerza que sí viene de abajo también se siente entre los trabajadores de la cultura. Miles formaron Unidxs por la Cultura y son un ejemplo enorme para todas las asambleas.
¿Cómo multiplicar nuestras fuerzas?
Ya estamos organizando volanteadas en los barrios, organizando festivales y difundiendo por redes nuestras actividades. Las asambleas crecieron mucho solo en un mes (¿que parece un año, no?). Muchas nos encontramos en la Asamblea de Asambleas para coordinar, escucharnos y llevar esos intercambios de nuevo a cada asamblea, porque la voluntad es clara: no queremos una unidad “por arriba”, decidimos en las asambleas de base. Es un paso muy positivo. Muchas participaron para escuchar las reuniones que se realizaron en el sindicato Ademys, junto al Encuentro Memoria Verdad y Justicia, sindicatos combativos y distintas fuerzas políticas que este 24 movilizarán como un bloque independiente de las cúpulas sindicales que hoy convocan a un paro pero que luego de años de no mover un pelo. Ahora tampoco se comprometen a poner sobre la mesa un plan de lucha que continúe hasta que caigan los paquetazos de ajuste y algunas agrupaciones del peronismo están dividiendo las asambleas para que no coordinen entre ellas. Nuestra apuesta es la contraria, unir; la Asamblea de Asambleas fue un punto de inicio y ahora necesitamos que esa unidad se consolide desde abajo, donde los representantes votados en cada barrio, lugar de trabajo o estudio sean quienes coordinen.
No podemos confiar en quienes mil veces ya nos traicionaron, tenemos que confiar en nuestra fuerza ¿Entonces, cómo potenciamos toda esa fuerza que surge desde abajo, cómo nos unimos a Unidxs x la Cultura, a centros de estudiantes y sindicatos que quieran coordinar desde abajo con independencia de los empresarios? Coordinando las asambleas para unir la fuerza desde abajo.
En muchas asambleas se están votando comisiones de enlace con otras asambleas, en la asamblea de Acoyte se votó como propuesta hacer un plenario de todas las asambleas. Podemos seguir ese camino levantando un Gran Encuentro de Asambleas de Base, abiertas a la participación de todes y con representantes de cada asamblea, que lleven mandatos para coordinar la continuidad del plan de lucha. Para unificar en ese Encuentro nuestras demandas, porque es a nosotros a los que se les va la vida en esta lucha contra el paquetazo de Milei: por el salario, el derecho al trabajo, a la vivienda, por los derechos de las mujeres que tanto peleamos y para que de una vez por todas no seamos los que vivimos de nuestro trabajo los que paguemos esta crisis. Necesitamos poner en la agenda medidas para que la crisis la pague la verdadera casta, los dueños del país que desde los últimos gobiernos se hicieron más ricos mientras los laburantes más pobres.
Pensemos si en la Ciudad las casi 30 asambleas y la Asamblea de Unidxs por la Cultura proponemos a los trabajadores y trabajadoras de la salud, docentes, del subte, estatales y de distintos establecimientos sumarse, si sumamos a las y los estudiantes de las secundarias, terciarios y de la UBA; si nos unimos en una jornada de lucha con cacerolazos, cortes de calle y marchamos hacia Congreso o nos movilizamos a las grandes avenidas. Imaginemos esto vaya creciendo también junto a las asambleas del AMBA, articuladas con grandes jornadas culturales para multiplicar la fuerza en los barrios y en la juventud. Serían acciones que podrían repercutir nacionalmente, mostrando la enorme fuerza que surge desde abajo, que no espera nada del Congreso o del Poder Judicial, sabiendo que si en algún punto votan a favor de las mayorías es porque sienten que hay decisión para escalar las medidas de lucha. Ya Myriam Bregman y Nicolás del Caño estuvieron denunciando estas semanas cómo mientras se debatía en las sesiones, por detrás armaban una rosca paralela los libertarios con los diputados colaboracionistas.
Por eso te proponemos impulsar la unidad desde abajo con un gran Encuentro de Asambleas. Ahí está nuestra fuerza para seguir luchando y también para pelear en todas las organizaciones de la clase trabajadora, de los movimientos sociales, las mujeres y la juventud. No aceptemos las maniobras de quienes nos quieren dividir. Creemos los nuevos espacios que necesitamos para coordinar y pensar lo que necesitamos para frenar a este gobierno pero no para aceptar un país con el 60% de pibes pobres como el mal menor, sino por una salida de las y los que vivimos de nuestro trabajo. Esa fuerza depende de que todas y todos nos sumemos.