En medio del panel de discusión donde el gobierno mexicano le disputa al estadounidense no seguir adquiriendo su maíz transgénico de importación, la sequía impone un desabasto de maíz y abre la puerta a una mayor adquisición de este riesgoso producto.
Jueves 7 de diciembre de 2023
El presidente del Consejo Veracruzano de Productores de Maíz, Ramón Pino Méndez, afirma que los sexenios anteriores se importaban 25 millones de toneladas de maíz, pero este año se comprarán 27 toneladas o más porque se ha dejado de sembrar. Lo mismo pasa con otros vegetales, como la papa, la soya o la caña.
Esteban Jaramillo, director general de la Cámara Nacional del Maíz Industrializado (Canami), señaló que la producción se reducirá en un millón de toneladas, es decir, en lugar de 19 millones solo dispondrá de 18. Esto significa que para 2024 las importaciones de maíz amarillo a México podrían aumentar un 28 %.
Esto ocurre en medio de la disputa con EE.UU. por la negativa del gobierno a seguir comprando maíz transgénico, manteniendo un panel de discusión para defender que la compra de este tipo de maíz debe disminuir parcialmente hasta desaparecer, mientras el gobierno estadounidense no quiere dejar de vender este producto a México, su principal comprador.
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México atraviesa un ciclo de sequías que no ha cesado desde hace 25 años, atravesando por las sequías históricas de 1996 y 2011 en el país, los números más altos de sequía en el último periodo fueron en 2021, cuando casi el 85 % del territorio nacional estaba en algún grado de sequía, de moderada a excepcional.
Aunque los porcentajes de nivel de agua en las presas ha logrado aumentar en algunos Estados, en otros se mantiene un nivel por debajo de lo contenido de manera regular, la sequía actual afecta al 78 % del país.
Esto perjudica principalmente a los estados de Sinaloa y Sonora, los mayores productores de maíz amarillo, pues tienen las presas a un 28 % de su capacidad por lo que no pueden regar los cultivos.
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Soberanía alimentaria
A pesar de que se ha dicho que el cultivo del maíz blanco, para consumo humano es suficiente, en México se consume más de la mitad del maíz que se produce, esto va de la mano de las políticas de comercio tras la entrada en vigor del TLCAN hace 30 años, hoy T-MEC, que ha provocado la dependencia del país a importaciones de maíz y otros granos básicos.
Las beneficiarias son las empresas agroindustriales transnacionales como Bayer-Monsanto, Maseca o Bimbo; mientras los granos nativos se encuentran en riesgo de desaparecer frente al cultivo de transgénicos, pues tienden al monocultivo por el flujo de los transgenes, que son más resistentes, a las variedades nativas o criollas.
La política de comercio subordinado a EE.UU. y a los intereses capitalistas, hace que más de la mitad del maíz que se consume en México sea transgénico, lo que significa que está cultivado con glifosato, un herbicida que combate plagas y enfermedades que impiden el crecimiento de la planta, pero que también se ha comprobado que causa daño al ambiente y al ser humano.
Diversas investigaciones lo vinculan con el desarrollo de cáncer y otras enfermedades gástricas.
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A pesar de los riesgos para la salud, ni las agroindustrias que manejan el glifosato ni el gobierno estadounidense quieren quitar el maíz transgénico del mercado, más aún, intentan defender que sin su existencia no podría sostenerse la alimentación de miles de personas en el mundo, mismas que corren el riesgo de morir por su consumo.
Es criminal que se mantenga el abasto de maíz transgénico cuando ya se ha demostrado su perjuicio, en lugar de que las empresas alimentarias continúen esparciendo comida dañina para la salud, la producción alimentaria debería estar a cargo de los trabajadores que producen y consumen dichos productos, urge rescatar el campo y las políticas necesarias para sostenerlo de manera justa y sustentable.
Basta ya de que la alimentación se base en el interés lucrativo de las empresas. Luchemos y organícemonos por el derecho a la sana alimentación y al medio ambiente para la mayoría de la población.
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