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Red Internacional
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Educación Pública. Bachillerato de Adultos: una lucha con rostro de mujer

Cientos de estudiantes, en su mayoría trabajadoras y amas de casa, quedarían sin acceso a la educación media. Las docentes perderían su trabajo o lo conservarían en condiciones de mayor flexibilización y explotación. Pongamos la fuerza del movimiento de mujeres al servicio de las luchas en curso.

Lunes 12 de marzo de 2018 15:19

Desde diciembre de 2017, la Dirección General de Cultura y Educación (DGCyE), a través de la resolución 1657/17, elimina los Bachilleratos de Adultos dependientes de Secundaria, dejando a cientos de estudiantes mayores (en su mayoría mujeres trabajadoras y amas de casa) sin acceso a la educación media.

Con esta medida, que las autoridades pretenden presentar como una "reasignación de recursos", tras la cual aquellos que no pudieron completar sus trayectos educativos en la adolescencia o lo hicieron en forma incompleta porque debieron insertarse en el mercado laboral, etc., no podrán continuar su Bachillerato. De esta manera, el gobierno de la provincia de Buenos Aires superaría a la política educativa de la Dictadura Militar (1976-1982), periodo que puede identificarse como el momento histórico en el que se plasmó la política más orgánica destinada a instalar nuevas desigualdades e implementar la segmentación en los niveles educativos.

Las mujeres trabajadoras de los barrios del conurbano bonaerense, por sus historias de vida, encuentran en el Bachillerato de Adultos un ámbito de socialización y de crecimiento personal

Cerrar los Bachilleratos de Adultos, como pretende hacer el gobierno de María Eugenia Vidal, constituye además un ataque a los trabajadores, el pueblo pobre y los adultos mayores, franjas sociales y etarias que ya habían sido perjudicadas con el auténtico robo al bolsillo que fue la Reforma Previsional, que Cambiemos hizo votar en forma bochornosa mientras fuera Congreso se reprimía a manifestantes con gases y balazo limpio el último 18 de diciembre. Pero sobre todo es un ataque a las mujeres, que históricamente han sido las que, por los condicionamientos y limitaciones que la sociedad patriarcal impone, retoman sus estudios después de haber criado a sus hijos y egresan de los Bachilleratos de Adultos.

Las mujeres trabajadoras de los barrios del conurbano bonaerense, muchas de ellas empleadas de servicio doméstico, empleadas de comercio, niñeras, obreras textiles, trabajadoras de la salud, vendedoras informales, amas de casa, etc., constituyen la franja de población que, por sus historias de vida, encuentran en el Bachillerato de Adultos un ámbito de socialización y de crecimiento personal.

Si bien la escuela (una de las instituciones que no fue impugnada por la sociedad en las jornadas revolucionarias del "que se vayan todos" del 2001) por sí sola no puede transformar la realidad padecida por miles de mujeres estudiantes adultas que enfrentan cotidianamente el hambre, la explotación, la violencia de género, el abuso, la imposibilidad de decidir sobre sus cuerpos a causa del aborto ilegal, etc., la educación en los Bachilleratos de Adultos constituye una conquista del pueblo trabajador que ha posibilitado históricamente un ámbito en el que los adultos mayores recuperan su autoestima, establecen nuevos lazos y relaciones socioafectivas (destruyendo así los mitos oscurantistas que condenan a las mujeres de las familias trabajadoras a permanecer exclusivamente en el ámbito privado del hogar) y a ampliar su horizonte cultural.

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Eliminar el acceso a la educación secundaria es un acto de violencia hacia las mujeres estudiantes pobres, sea cerrando directamente las escuelas o trasladando estudiantes a otras instituciones (los CENS en los que se precarizaran aún más las condiciones de las cursadas en detrimento de la calidad en la formación y las condiciones laborales de los pocos docentes que queden a cargo de las horas), lugares distantes de residencia de los estudiantes adultos.

Cerrar los Bachilleratos de Adultos constituye un ataque más del gobierno de los ricos a la educación de los trabajadores y el pueblo pobre, un acto de violencia de género a las mujeres estudiantes y a los trabajadores y las trabajadoras de la educación (mayoritariamente mujeres sostén de familia) que perderán su trabajo y/o en el mejor de los casos permanecerán en los cargos en términos de mayor flexibilización y explotación.

Graciela Monje, docente de la agrupación Marrón, Secretaria de Salud del Suteba Quilmes

No podemos dejar pasar este ataque a la educación que prepara el gobierno. Pongamos la fuerza del movimiento de mujeres al servicio de las luchas en curso. El ajuste macrista se puede derribar. Los trabajadores y las trabajadoras de la educación, los alumnos y ex alumnos, sus familias, los vecinos, los comerciantes del barrio y la comunidad de conjunto, estamos dispuestos a defender la educación pública y el derecho a estudiar en los Bachilleratos de Adultos.


El miércoles 14 de marzo se realizará una marcha de antorchas. Concentraremos a las 17:30 en la plaza de la estación de Quilmes y en la plaza de los Bomberos de Solano. Se marchará puntualmente a las 18.

Recorrido desde Solano: por avenida 844 hasta Calchaquí. Por Calchaquí hasta la Técnica 6. Recorrido desde Quilmes: Hipólito Yrigoyen, Puente, 12 de Octubre, Calchaquí hasta Técnica 6. Allí se cierra la actividad.