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Red Internacional
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¿Quién paga la crisis? Bahía Blanca: un molino despide y amenaza cerrar pero tras el paro y piquetes dictan conciliación

Se trata de Harinas Bajo Hondo, ubicado en la localidad de General Cerri. Anunció que cerrará en marzo y despidió 7 trabajadores, que rechazaron el ataque. El sindicato molinero convocó un paro de 96 horas y hubo piquetes en la puerta. Trabajo dictó la conciliación, pero el conflicto sigue abierto.

Viernes 10 de enero 11:44

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Esta semana se abrió un nuevo conflicto en la zona de Bahía Blanca, tras el anuncio del cierre de Dass Coronel Suárez. Se trata del Molino Harinas Bajo Hondo, que fabrica distintos tipos de harinas bajo la marca La Rosaleña, además de abastecer a otras industrias. Comercializa en el mercado local y países limítrofes.

En los últimos días de diciembre había despedido a tres trabajadores pero el 7 de enero se sumaron otros tres. El sindicato había pedido que sean suspensiones (art 223) pero la empresa insistió con los despidos y además anunció que en marzo cerraría la planta.

La bronca obrera llevó a una medida de fuerza anunciada por la Unión Molinera: 96 horas de paro. La medida comenzó con piquetes en los portones del molino. Tuvo que intervenir el Ministerio de Trabajo bonaerense que dictó la conciliación, que implicaría el reingreso de los despedidos mientras dure esta.

Hay que apoyar la lucha de los molineros, con la solidaridad de los gremios y trabajadores de la región.

El conflicto se enmarca en un enero que comenzó con varios ataques empresarios pero también respuestas obreras. Esta semana cumplió un mes la toma del frigorífico Las Heras, en la misma región. Pero también hubo medidas de fuerza en otras agroindustrias, como Euro (Gálvez) y Lipo (Lanús). Dánica anunció su cierre definitivo en Lavallol. Además hubo una “retención de tareas” en las líneas de la Ideal San Justo por salarios atrasados.

En medio del tira y afloje del gobierno y los empresarios por el dólar, los subsidios y distintas leyes, todos coinciden en descargar la crisis sobre la clase trabajadora. La CGT está borrada. Los sindicatos de rama toman medidas cuando “se pudre” y buscan canalizar el conflicto para evitar que se siga radicalizando.

El debate central es ¿quién pagar la crisis? La izquierda propone prohibición de despidos y suspensiones, aumento salarial de emergencia, apertura de los documentos contables de las patronales y ocupación de toda empresa que cierre o despida masivamente.