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Red Internacional
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Techbros, xenofobia y competencia capitalista: tensiones internas en el trumpismo para definir las futuras políticas migratorias

La política de fichajes de Silicon Valley para el futuro gobierno de Donald Trump ha desatado tensiones internas en la coalición trumpista. El debate sobre las políticas de inmigración y cómo aplicar las medidas xenófobas prometidas por Trump ha provocado el conflicto entre distintos sectores de la extrema derecha estadounidense.

Roberto Bordón

Roberto Bordón @RobertoBordon13

Viernes 10 de enero 15:54

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Las redes sociales han vivido el debate interno de la derecha estadounidense entre los sectores afines a los empresarios de Silicon Valley y la base social del movimiento MAGA. La disputa ha girado en torno a las futuras políticas de migración y control de fronteras que pueda implementar Trump. Una discusión entre un control de fronteras que divida a la clase obrera y de trabajadores más precarizados y sin derechos a los grandes capitalistas y por otro lado, el discurso del supremacismo blanco y el “America First” que constituye el punto central de MAGA (Make America Great Again) alimentado durante años por Trump. Una discusión entre dos facciones xenófobas que revela tensiones entre distintos sectores sociales de la coalición trumpista.

La chispa que desató el conflicto fue encendida por la influencer de extrema derecha Laura Loomer quien cuestionó hace unos días el anuncio de Sriram Krishnnan, socio capitalista del fondo de inversiones de riesgo Andreessen Horowitz, como futuro consejero principal en el gobierno de Trump en cuestiones de Inteligencia Artificial. Loomer citó un antiguo tweet de Krishnan donde el capitalista pedía eliminar la restricción por países para otorgar la residencia permanente a migrantes en Estados Unidos con el objetivo de facilitar la capacidad de atraer “inmigrantes cualificados”. Loomer rescató el tweet para cuestionar la presencia de figuras como Krishnnan o Elon Musk en el futuro gobierno trumpista, señalando que defendían lo que ella percibía como un programa político opuesto al “America First” defendido por MAGA.

Loomer comenzó una retahíla de mensajes racistas donde cuestionaba las políticas migratorias defendidas por Musk o Krishann desde una perspectiva xenófoba afirmando que buscaban permitir la llegada de más migrantes a los Estados Unidos siguiendo la idea del “Gran Reemplazo” al que acostumbra el supremacismo blanco estadounidense y europeo. Así, Loomer afirmaba que las políticas de los empresarios de Silicon Valley buscaban atraer una migración masiva y negar trabajo a los estadounidenses para seguir enriqueciéndose y poniendo en riesgo a la nación estadounidense.

Por su parte, Musk y otras figuras del llamado sector “Techbros” respondieron afirmando, también desde una perspectiva xenófoba, que tan solo buscaban atraer a los mayores talentos para sus empresas porque eran necesarios para que siguiesen siendo punteras. Musk también aprovechó para censurar a sus rivales dentro de Twitter aprovechando su control sobre la plataforma. Esto provocó que Loomer y sus afines derivasen el debate hacia exigir la abolición de la visa H-1B utilizada por las empresas para reclutar trabajadores extranjeros y que permite a los migrantes residir en los Estados Unidos siempre que mantengan el contrato de trabajo. Un mecanismo que permite a empresarios como Musk controlar y presionar a sus trabajadores bajo riesgos de ser deportados súbditamente.

Medios como Financial Times han destacado la contradicción principal que promueve este conflicto interno es un choque entre diversas alas y sectores sociales que componen el trumpismo. La realidad es que Silicon Valley vive y depende de hiperexplotar trabajadores migrantes para mantenerse competitiva especialmente en un contexto de confrontación con China. Sectores como la IA o los semiconductores requieren que las empresas estadounidenses puedan seguir explotando mano de obra migrante abusando de su situación precaria. Por otro lado, la agudización de la crisis económica y años de propaganda racista ha educado a sectores empobrecidos que componen la base social del MAGA en una perspectiva xenófoba donde la constitución de un etnoestado blanco solucionaría sus problemas. Un discurso que ha sido promovido y apoyado por los capitalistas estadounidenses para dividir a la clase obrera y que tampoco ha sido combatido por el Partido Demócrata quien más bien ha peleado por ser el paladín de las políticas racistas


Frente al racismo y el capitalismo es necesario un partido revolucionario de trabajadores


Frente a las políticas racistas y a la crisis económica y social, como señalan los camaradas de Left Voice, periódico de la red internacional de Izquierda Diario, es necesario construir un partido de los trabajadores con independencia de clase y un programa para combatir por el socialismo y por la unión de trabajadores nativos y migrantes.

Un partido que busque combatir las divisiones de etnia y género que impone el sistema capitalista a los trabajadores para construir una unidad obrera que permita abolir el vigente sistema socieconómico y construir una sociedad de personas libres e iguales. Donde no existan las fronteras ni se nieguen los derechos a las personas por criterios arbitrarios que solo favorecen a una minoría parasitaria como los grandes capitalistas.


Roberto Bordón

Andalucía

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