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Red Internacional
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Vuelan más moscas. El 2025 arrancó caliente: en los portones se debate quién paga la crisis

Muchas empresas comenzaron el año con nuevos ataques, a tono con la política de Milei sobre las y los estatales. Dass (calzado), Euro y Las Heras (frigorífico), Bajo Hondo (molinos), Lipo (alimentación), Radio Victoria (metalúrgica), Ideal San Justo (transporte), en pocos días. Pero hubo respuestas a esos ataques, con asambleas, paros, piquetes e incluso una ocupación. El golpe a los espacios de la memoria se convierte en una pelea que va más allá de los puestos de trabajo. Hay que organizar la resistencia.

Lucho Aguilar

Lucho Aguilar @Lucho_Aguilar2

Viernes 10 de enero 13:28

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En el portón de Dass, la fabricante de Adidas y Nike en Argentina, hay un cartel muy simbólico. “Nuevo año, nuevos desafíos”. Pero el mensaje “motivacional” empresario escondía una cachetada a los obreros y obreras del calzado, que el 2 de enero recibieron un telegrama de despido. Son 360 telegramas en total, porque la multinacional anunció su cierre.

El método de los despidos sorpresivos, entre las fiestas, por whatsapp, telegrama o en el molinete de ingreso, lo repitieron varias empresas. Otras prefirieron pagar sueldos por la mitad.

Seguramente los patrones esperaban que los trabajadores agachen la cabeza y se queden en sus casas. Si total la CGT está durmiendo desde mayo, no se va a despertar justo ahora. Se equivocaron. En el frigorífico Euro (Gálvez) montaron piquetes en la puerta y tuvo que aparecer el sindicato y los funcionarios del gobernador Pullaro para dictar la conciliación con los trabajadores “adentro”. En General Las Heras las obreras y obreros de la carne se cansaron de que los “descansen” y se congregaron en las puertas. Llegó el sindicato de la carne. Hace un mes decidieron ocupar la empresa “para evitar el vaciamiento”. En la Pesquera Rawson (Chubut) montaron un acampe contra 11 despidos y los incumplimientos salariales de la empresa. En la electrónica Radio Victoria despidieron trabajadores en medio de las fiestas y la comisión interna tomó una medida de fuerza. Ya reincorporaron a dos pero hay conciliación. Los choferes de las 10 líneas de Ideal San Justo amanecieron el lunes al lado de sus bondis, pero no se subieron. Retención de tareas hasta que depositen los salarios adeudados. “No queremos ser rehenes del debate subsidios vs tarifazos”. Las líneas que había cobrado se solidarizaron con las que no. Los obreros de Lipo se pusieron “superácidos” cuando vieron que les habían depositado el 50% del salario. No sale un caramelo más. Paro. En Harinas Bajo Hondo, cerca de Bahía Blanca, los despidos por goteo hartaron a los molineros. Paro de 96 horas, piquete y conciliación “con los trabajadores adentro”. Apareció la Unión Molinera. Ahí cerca también, en Coronel Suárez, los trabajadores de Dass se empezaron a juntar en los portones, llamaron al sindicato, fueron a la Municipalidad y tuvo que intervenir el ministerio de Trabajo bonaerense. Las y los jubilados estrenaron el miércoles las acciones callejeras contra el gobierno nacional. Este viernes los pilotos de Aerolíneas Argentinas comunicaron que se podría reabrir el conflicto si el gobierno no llama pronto a paritarias. También hoy los pacientes y trabajadores de CEMEFIR (centro de rehabilitación) de La Matanza hicieron un abrazo contra el cierre. En Pilar, más de 80 familias "sin techo" del Barrio Río Luján resisten el intento de desalojo del intendente Achával (UP).

Esto sucedió en 4 o 5 días.

Hay algunas claves para resumir lo que está pasando:

1. Sigue el ataque. El 2025 fue una vuelta en el almanaque pero sigue sin pausa el ataque de Milei y los empresarios. El debate profundo es ¿quién paga la recesión y la crisis? A pesar de los datos que difunde el gobierno, el plan de guerra sigue siendo bajar los salarios reales, despedir para aumentar la explotación de quienes mantienen sus puestos, atacar las condiciones de vida (jubilaciones, vivienda, comedores).

2. Trabajo basura. El plan incluye un aumento de la precarización. Como denuncian en Dass “se quieren llevar la producción a Misiones donde pagan la mitad”. El sindicato de la carne dice que echan “porque quieren contratar monotributistas”.

3. Mosca mata relato. Como analizamos en las notas que publicamos el pasado domingo 5/1, nadie puede negar al ajuste pero tampoco se puede ocultar la resistencia. El relato de “ante un ajuste gigante no voló una mosca” vuelve a ser desmentido por la cruda realidad.

4. Debaten los de arriba. No hay tal o cual empresa afectada. Hay una crisis más profunda producto de las políticas económicas de los distintos gobiernos, que con Milei ha pegado un salto con la caída del consumo, la recesión industrial, la apuesta al capital financiero y un ataque a la principal fuerza productiva, la clase trabajadora. Esas contradicciones han avivado un debate entre sectores capitalistas. Muchos reclaman políticas que los favorezcan: devaluación y dólares diferenciales, cierre de importaciones, subsidios, beneficios impositivos, nuevos regímenes especiales. El debate llega muchas veces al terreno del chantaje, con los trabajadores como carne de cañón. Es lo que vemos en muchas empresas del transporte o la agroindustria.

5. Burocracia atenta. La CGT está borrada, cómplice del ajuste. Pero muchos sindicatos locales han tenido que ponerse en movimiento. Cuelgan sus banderas al lado de los portones. En algunos casos porque los cierres los dejan sin representación en regiones enteras. Además saben que es preferible que se pongan a la cabeza de una negociación antes de que se radicalicen los conflictos y “se vayan de las manos”. La ocupación de Textilcom por 100 obreras fue un llamado de atención.

6. Mal menor. Los sindicatos se meten en el debate de ¿quién paga la crisis? pero no encaran una pelea seria por los intereses obreros, que significaría afectar los de los empresarios . En algunos casos negocian mejores indemnizaciones, en otros menos despidos o cambiarlos por suspensiones. Hay ramas donde se alinean abiertamente con los pedidos de subsidios o políticas comerciales (transporte, calzado, indumentaria, carne).

7. Conciliaciones fantasma. Los gobiernos provinciales, peronistas o cambiemitas, se limitan a liquidar los conflictos o negociar lo mismo que las conducciones sindicales. El principal objetivo es evitar que cualquier lucha dura contagie a otros sectores que sufren el mismo ajuste. El Ministerio de Trabajo de Axel Kicillof se ha transformado en un Ministerio de la Conciliación Fantasma, donde las patronales no respetan las condiciones o hacen maniobras, pero siempre termina mal.

8. Ajuste negacionista. Estos primeros conflictos del 2025 no son solo en las empresas. El ataque a las y los estatales de la Secretaría de DDHH y los espacios de la memoria desató un conflicto que ya tuvo como primera respuesta un festival multitudinario en la ESMA. Allí se escuchó el reclamo de “paro general” otra vez. El ataque de Milei-Villaruel, que forma parte de su política negacionista, amenaza con despertar una lucha que puede ser un hito en la resistencia.

Este rápido punteo puede servir para continuar el debate sobre lo que pasó en 2024 y cómo organizar una resistencia que derrote a Milei y su plan.

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Para La Izquierda Diario mostrar esta “conflictividad” como no hace ningún medio nacional es parte de esa lucha política: permite saber qué está pasando, que cada luchador/a no está solo, que hay otros que se plantan, contra las visiones desmoralizantes del peronismo y prepotentes de la derecha.

Pero no se trata solo de difundir esas peleas, o apoyarlas por separado. Como dijimos en el balance del año de Milei, “las experiencias de 2024 tienen que ser un punto de apoyo para una resistencia que necesariamente tiene que pegar un salto, endurecerse y coordinarse. Pelear en común y buscar que vaya madurando cada vez más una vanguardia que se endurezca y saque conclusiones de cada pelea, más allá de cada batalla parcial, es parte de seguir organizando y desarrollando la resistencia”.

El PTS y sus agrupaciones clasistas estamos en esa. Tenemos un lema: que la crisis la paguen los grandes empresarios. Tenemos un camino: unir y coordinar a todos y todas los que quieran resistir, pelear lo más duro que se pueda, como empiezan a mostrar estos conflictos. Tenemos un programa, una salida: ningún recorte, aumento de emergencia de salarios y jubilaciones; si baja la producción que se reduzca la jornada laboral y repartan las horas de trabajo sin reducción salarial; que se prohíban por ley los despidos y suspensiones; que las patronales muestren sus números; si cierran o despiden masivamente, hay que proponerse la ocupación y puesta en funcionamiento bajo gestión obrera, como hicieron miles de trabajadores en la crisis de 2001.

El grito de "paro general" que se escuchó en la ESMA puede ganar eco al calor de los nuevos sectores que resisten y la persistencia de quienes venimos peleando desde hace años.

Son ellos o nosotros. Sumate a pelear con la izquierda y los sectores combativos por esta salida.


Lucho Aguilar

Nacido en Entre Ríos en 1975. Es periodista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001. Editor general de la sección Mundo Obrero de La Izquierda Diario.

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