Conferencia matutina. "Balandronadas": así califica López Obrador las amenazas de envío de tropas a México de Ron DeSantis

Leticia Ramírez Anaya, secretaría de Educación Pública explicó que en Coahuila y Chihuahua no se pudieron repartir los libros de textos en este inicio de clases, debido a las controversias constitucionales abiertas por los gobernadores de esas entidades y el dictamen del juez Luis María Aguilar.

Respecto a Guanajuato, Aguascalientes, Nuevo León, Querétaro y Yucatán, la funcionaria declaró que se espera que se avance en el reparto de los libros.

La derecha cuestiona que los libros propagan el "virus del comunismo" y está en contra de la educación sexual integral y las críticas al neoliberalismo que argumentan se incluyen en esos materiales. Pero el contenido de los libros está muy lejos del comunismo, como explicamos acá y acá.

Lo que está en discusión es el modelo educativo, en el marco de una larga coyuntura electoral hacia 2024, pero lo cierto es que ni el modelo de la derecha neoliberal, basada en la meritocracia y el individualismo, ni el modelo del gobierno del Morena -elaborado sin consultar a docentes ni a padres-, que apela a lo comunitario y revaloriza las culturas indígenas en el discurso, mientras ataca a las comunidades que se oponen a los megaproyectos, atienden los graves problemas que cruzan la educación pública -como problemas de infraestructura, precarización laboral de los docentes, pobreza estructural en una parte importante de la población escolar.

Cuestionado ante los dichos del gobernador de Florida, Ron DeSantis, aspirante a candidato presidencial para los comicios de 2024 en Estados Unidos, el presidente afirmó que se trata de baladronadas y que durante la conyuntura electoral los discursos antimigrantes se agudizan.

Pero más allá de las declaraciones, es innegable que la política de seguridad en México es dictada desde el imperialismo estadounidense, como lo demuestra la continuidad de la militarización, con la participación del ejército, la marina y la guardia nacional durante el gobierno de López Obrador.

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Y el despliegue de los uniformados, junto con el creciente poder que les da el presidente, han profundizado el clima de violencia que se vive en varios puntos de México, como lo evidencia los bloqueos, balaceras y ataques a tiendas en Buenavista, Apatzingán y Uruapan, en Tierra Caliente, Michoacán, este domingo.

Cuestionado ante estos hechos, el mandatario calificó los hechos como propagandísticos, y con la intervención de la guardia nacional ya había retornado la calma a esos municipios.

Nada más lejos de la realidad: la violencia desplegada por el crimen organizado y las fuerzas represivas -que como se demostró en distintos casos están coludidos- tiene nefastas consecuencias: desplazamientos y desapariciones forzadas, feminicidios, ejecuciones, y genera un clima de terror para prevenir cualquier expresión de descontento social, aunque esto ya se vio que no siempre les funciona.

Y al mismo tiempo, esta política de seguridad está articulada para apropiarse de territorios de comunidades y explotar las riquezas del suelo.

Por eso es fundamental poner en pie un amplio movimiento democrático contra la militarización, por el regreso de los militares a los cuarteles, y que los fondos que se destinan a seguridad, se utilicen para reforzar los presupuestos de salud y educación.