Jueves 2 de junio de 2016
Unas quince mil personas se reunieron en la Avanida Paulista en San Pablo contra la cultura de las violaciones. Convocadas por las redes sociales, las movilizaciones "Por todas ellas" surgen a partir de la escandalosa violación colectiva ocurrida en Rio de Janeiro.
La columna compuesta por el grupo de mujeres Pão e Rosas, la agrupación juvenil Faísca y el Movimiento Revolucionario de los Trabajadores cuenta con decenas de trabajadores y estudiantes, sumandose a esta lucha fundamental.
Diana Assunção, de la Secretaría de Mujeres del Sindicato de Trabajadores de la Universidad de San Pablo (Sintusp) y de Pan y Rosas, dijo a Esquerda Diário:
"Es fundamental la organización de las mujeres para ir a las calles a luchar contra la cultura de las violaciones. En la USP estamos haciendo esta discusión en el medio de nuestra huelga, y deliberamos componer una columna en este acto además de expresar nuestra solidaridad con las recientes víctimas de violaciones colectivas en Río y en Piauí. El gobierno golpista de Temer quiere atacar aun más los derechos delas mujeres prohibiendo abortos incluso en caso de violaciones, y recientemente recibió a (el mediático actor) Alexandre Frota, violador confeso, para oir sus propuestas para la educación. Por eso, nuestra lucha debe ser también contra este gobierno golpista que refuerza en cada acción la cultura de la violación".
Flávia Toledo, dirigente del centro de estudiantes de Letras de la USP dijo: "Estamos ocupados en una huelga en la Facultad de Letras contra los ataques a la educación y también luchamos contra la cultura de las violaciones dentro de la USP, que quedó de manifiesto recientemente por la postura criminal del Rectorado ante la Comisión Parlamentaria de Investigación sobre violaciones en la Facultad de Medicina. Ante centenares de casos de violaciones sistemáticas, el Rectorado solo castigó a un estudiante con una suspensión de seis meses. Instituciones como el Rectorado son parte de la cultura de la violación y la refuerzan, así como la policía, como vimos en las declaraciones dadas por el comisario que asumió en un principio el caso de Rio, que le preguntaba a la víctima si practicaba sexo grupal y luego alegó tener fuertes indicios de que no había ocurrido violación. Eso muestra que solo organizadas y en lucha podemos combatir la cultura de la violación, y al lado de trabajadores y trabajadoras, que tienen la fuerza para cambiar esto".