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Red Internacional
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Estanflación. Banco de México: baja expectativa de crecimiento, aumenta inflación

Los pronósticos del Banco de México no son muy alentadores para la economía mexicana, en sus últimos cálculos redujo la expectativa de crecimiento y aumenta la de la inflación.

Jueves 1ro de septiembre de 2022

La economía mexicana no es ajena a la dinámica global, en un mundo donde la guerra en Ucrania ha afectado la dinámica económica global, aumentando el precio de los energéticos como el gas y el petróleo, así como los alimentos, en México también se sienten los efectos de una crisis busca ser descargada sobre las espaldas de la clase trabajadora.

Recientemente, el Banco de México (BdeM) ajustó al alza sus previsiones para la inflación general y subyacente de 2022, advirtiendo que los efectos de choques sobre los precios podrían tener una duración mayor a la estimada o incluso agudizarse.

Así, se prevé que la inflación general alcance 8.1 por ciento en el cuarto trimestre de 2022, desde la estimación previa de 6.4. Por otra parte, redujo la estimación de crecimiento para 2023 a 1.6 por ciento desde 2.4 previo.

Con estas cifras observamos un escenario que se acerca claramente a la llamada “estanflación” un momento económico donde no hay crecimiento económico, pero si inflación elevada. Este escenario resulta en un empeoramiento en las condiciones de vida para la clase trabajadora, que ve como sus salarios cada vez alcanzan para menos, mientras el desempleo avanza.

Por su parte, en agosto, el BdeM aumentó, por décima vez consecutiva, su tasa referencial a un máximo histórico de 8.5 por ciento, en un nuevo intento por enfriar la inflación, que ha tocado máximos de más de 20 años. Esto lo hace siguiendo la política de la Reserva Federal norteamericana, una decisión que encarece el crédito y vuelve más vulnerable y dependiente a la economía respecto al capital financiero-especulativo.

En este escenario es fundamental plantear medidas económicas que favorezcan a la mayoría trabajadora y no a los bancos y a las grandes empresas, un aumento salarial de emergencia que recupere lo perdido con la inflación o el reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados, son medidas que se vuelven cada vez más acuciantes ante la crisis que avanza.

Y es que solo la reorganización de la economía sobre bases socialistas, donde se planifique la economía en función de las necesidades sociales, es una salida de fondo.