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Red Internacional
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Tribuna abierta. Barbie y la metáfora de crecer

Rebeca es una estudiante de nivel bachillerato, quien da su interpretación sobre el filme: “lo interpreto como la transición de la niñez a la adultez en este sistema capitalista y patriarcal, donde la violencia se antepone a nuestra libertad”. Alerta de spoiler.

Miércoles 9 de agosto de 2023

Quiero comenzar por expresar que me parece que esta película se trata desde el asiento del feminismo blanco, sin que se profundice en la realidad de la mayoría de las mujeres, como puede ser el racismo que viven las mujeres negras, la discriminación contra las mujeres campesinas pobres o la precarización de las mujeres trabajadoras. Una vez dicho esto, les comparto algunas reflexiones que hice sobre la película Barbie, muñeca ícono de la mujer rubia, blanca y privilegiada que “puede ser lo que ella quiera ser”.

La creación de la muñeca icónica, según la película, pasa por la idea que se tenía detrás de un mundo de ensoñación, tal como sucede en nuestra infancia cuando podemos imaginar que seremos doctoras, presidentas, cantantes, deportistas, ganadoras del premio Nobel, sirenas, lo que sea según nuestras expectativas. Asimismo, cuando somos pequeñas podemos expresar cosas sin esa bruma de la realidad, sin ser conscientes de la opresión en nuestra contra (y de las minorías) y, aun así, sentimos la discriminación por nuestra sexodiversidad, clase socioeconómica, raza hasta por nuestros comportamientos, los cuales deben ser heteronormados en una aplastante realidad y cualquiera que se salga de la norma es discriminado, como le sucede a Alan o a la Barbie rarita.

Justo cuando el personaje de Margot Robbie se da cuenta de que su mundo perfecto no es tan perfecto, que debe lidiar con días malos, que sus pies “planos” ahora “tocan la tierra”, resulta metafórico porque son problemas propios de gente adulta, como la aparición de celulitis o el pensamiento de la muerte y, entonces, ella se acompleja, porque las entiende como imperfecciones, lo cual sucede en la vida real.

Entonces, cuando su vida ya no es tan perfecta, acude con la Barbie rarita, quien ha sido segregada de Barbieland, y es la representación de les niñes que no encajan con la normatividad ni con estereotipos, cosas de las que no nos damos cuenta y no racionalizamos hasta que somos grandes. La muñeca rara le dice que debe ir “al mundo real”; esto puede interpretarse como que está pasando su etapa de la infancia hacia la adultez, aunque Barbie no lo sabe o no lo asimila.

Allí es cuando ella y Ken atraviesan los mundos imaginarios que conocen hasta llegar al mundo real; el primer golpe de realidad, que sufre Barbie es similar al que padecemos las niñas en la realidad al salir solas a la calle: somos acosadas y cosificadas. Lamentablemente, al igual que la muñeca, sufrimos manoseos en la calle y vociferaciones; hay que resaltar que Ken no sentía acoso, sino admiración por estar en la misma situación que Barbie. Tras esto, cuando ella se defiende de la agresión, es criminalizada y hasta la detienen, siendo cosificada por los propios policías que simbolizan un poder, demostrándole que las autoridades no la defendieron ni la defenderán, es más, promueven la violencia machista.

Debido a este acoso, cambia su vestimenta y es, nuevamente, apresada por no pagar la ropa; también es cosificada por su forma de vestir, ahora los policías le dicen que es debido a “lo que deja a la imaginación”. En esta ocasión ya no interpelan a Ken, porque está vestido como vaquero y de negro; o sea, de macho con colores “masculinos”.

Al ser liberada, Barbie se agobia por todo lo sucedido y se sienta en una parada de autobús para pensar y tratar de conectar con su humana; aquí es donde recibe el segundo golpe de realidad, ya que a su lado hay una mujer de edad avanzada y queda muy sorprendida, pero de manera agradable, ya que le expresa lo hermosa que es; lo que puede interpretarse como una metáfora sobre que crecer significa envejecer.

Conforme explora el mundo real, Ken se da cuenta que es todo lo contrario a Barbieland, pues quienes tienen el poder y son reconocidos son los hombres, mientras que las mujeres reciben los peores trabajos con salarios muy precarios; sin embargo, cuando trata de conseguir trabajo en diferentes áreas, se da cuenta de la meritocracia, pues no es suficiente con ser hombre, ya que necesita doctorados, maestrías y experiencia en general. Simboliza que, actualmente, las y los jóvenes no podemos conseguir trabajos decentes con derechos plenos, porque piden esos requisitos muchas veces inalcanzables. Finalmente, Ken toma lo que le conviene del sistema patriarcal y lo lleva a Barbieland para hacer su propia versión e influir en las infancias.

Regresando con Barbie, encuentra a la que considera es su humana para tratar de conectar con ella y “regresar” a Barbieland de forma segura para volver a ser feliz, o sea a la infancia, pero la adolescente es quien le da su tercer golpe de realidad dándole argumentos sobre que es el modelo de estándares inalcanzables de belleza, además de que esta muñeca plástica y estereotipada ha impuesto causando la frustración a montones de mujeres. Barbie huye y llora por su falta de consciencia, lejos de lo que ella cree, la realidad es que muchas mujeres viven horribles estigmas e, incluso, se odian y crecen traumadas porque no son como la muñeca.

Aquí es donde interviene la compañía que creó la Barbie, que en mi perspectiva representa este manto protector de los hombres sobre las vivencias femeninas donde quieren hacer creer que todo es color de rosa, y pretenden regresarla a su mundo de ensoñación e irreal. Nuevamente, Barbie se da cuenta que, incluso, la compañía que la creó, en realidad era dirigida exclusivamente por hombres y las mujeres poco o nada “son lo que quieren ser”. Al darse cuenta de esto, escapa por sus propios métodos para regresar a su “mundo rosa”, se encuentra con su humana, que ya es una adulta y que no logró “ser lo que quería ser”. Logrando una metáfora, que para mí significó lo que las mujeres adultas nos transmiten a las de menos edad: sus traumas propios dentro de un sistema machista.

Barbie sigue tratando de regresar a esta etapa de confort, siendo esa transición de la niñez donde las mujeres nos encontramos cómodas de alguna manera sin saber sobre lo que implica serlo dentro de este sistema capitalista y patriarcal, con Ken pasa lo mismo, porque este sistema jode todo, pero ya no puede dar vuelta atrás porque adquirió otro nivel de consciencia, en la misma película te lo explican cómo es que Barbie vivió en el mundo real y ahora es consciente de otras cosas. En cambio, las otras muñecas que, obviamente, nunca han salido de Barbieland y lo que te plantean es que, como nunca han salido y nunca se han expuesto a lo que realmente es el sistema (que luego implanta Ken) entonces se adaptan a él, porque es mucho más fácil sólo sonreír, ser una cara bonita y sostener una cerveza para que ellos disfruten.

Justo de esto trata el diálogo más famoso de la película, cuando la humana dialoga con su hija y le dice a Barbie todo lo que conlleva ser una mujer en este sistema y no sólo eso, sino también ser una minoría como Alan o la muñeca rarita, por ejemplo a mí me tocó mucho lo que dice no importa lo que hagamos nosotras somos las culpables de eso y hasta debemos disculparnos o sentir vergüenza, debemos ser flacas, pero no tanto, debemos tener curvas, pero no ser gordas, porque si no somos asquerosas, tenemos que ser sexys y bonitas, pero no demasiado para no provocar a los hombres y que nos ataquen, es una perspectiva de alguien que ya es adulta que deja ver todo lo jodido que el muchas y muches han vivido. Justo a través de esta muñeca es que se promovió, durante muchos años, los estereotipos inalcanzables para muchas mujeres que no cumplen con esos estándares de belleza: rubia, de ojos claros, piernas largas, delgada, tetas grandes, pero no tan grandes, con buena nalga, escultural, lo que se supone que es una mujer bonita, pero además un accesorio para los hombres, justo el sentido contrario de lo que representa Ken en esta película, él es quien se siente de esta manera en un “mundo de mujeres”, pero además qué superficial es el mundo donde nos colocan, como ejemplo está la presidenta que no sabe cómo llegó ahí, presumen la ropa de moda y los zapatos último modelo, siempre bien arregladas y hasta cuando duermen nunca se ven ojerosas ni desmañanadas, por supuesto, la crisis existencial de la muñeca es por qué no muere, respuesta que está en la película: si no envejeces, no tienes la capacidad para morir. Y qué jodido es que nos metan en la cabeza estos miedos o inseguridades desde pequeñas.