Estados Unidos. Biden mantiene a miles de menores migrantes en condiciones inhumanas

Los temibles centros de detención de la Patrulla Fronteriza estadounidense son conocidas entre los migrantes como "la hielera". El nombre proviene tanto de la agencia de migraciones (ICE, hielo en castellano) como de la forma en la que se vive en esos centros en los que muchos dicen pasar un frio que hiela hasta los huesos.

Las imágenes publicadas este lunes por el congresista demócrata Henry Cuellar no hacen más que confirmar esta realidad, como así también dar por tierra con el discurso de Biden que prometía durante la campaña una política diferente hacia los migrantes, pero mantiene la lógica que antes llevaron adelante tanto Trump como Obama, Bush y Clinton.

El las fotografías se muestra una serie de ocho carpas en las que está dividido el centro de detención de la localidad de Donna, en Texas, que a pesar de tener capacidad para 260 personas, retiene en condiciones de hacinamiento a 400 menores migrantes.

Allí se ven niños y adolescentes, separados por sexo, y sentados o recostados en el piso dentro de compartimentos separados por plástico transparente.

A pesar de las permanentes denuncias de las organizaciones de migrantes y derechos humanos, estas fotografías son las primeras que salen a la luz ya que el Gobierno prohíbe a la prensa acercarse a los centros.

Si bien la legislación estadounidense no permite tener en esta situación a los menores migrantes durante más de 72 horas, esos plazos casi nunca se cumplen y los niños y niñas terminan estando durante 10 o más días allí.

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La cifra de migrantes indocumentados detenidos en la frontera y expulsados ha estado aumentando mes a mes desde mayo de 2020, y al acercarse el fin del invierno llegó en febrero a poco más de 100.000 personas, con un aumento del 28 % sobre el mes anterior.

En el caso de los menores no acompañados, el aumento mensual fue del 61 % en febrero, mientras que el de las familias se disparó un 163 % con respecto a enero pasado.

El Gobierno del presidente, Joe Biden, mantiene la política de su predecesor, Donald Trump, por la cual los migrantes adultos y parte de los grupos familiares detenidos en la frontera son expulsados debido a la pandemia, mientras que los menores terminan en estos centros de detención.

Biden se ha venido resistiendo a hablar de crisis. La semana pasada Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional, publicó un comunicado en el que señala que “La situación a la que nos enfrentamos ahora en la frontera suroeste es difícil. La estamos abordando. Estamos manteniendo nuestras fronteras seguras, haciendo que se cumplan las leyes, y siendo fieles a nuestros valores y principios”.

En temas migratorios no existe una grieta entre demócratas y republicanos. Aunque los primeros discursivamente prometan un mejor trato y algún tipo de regularización, en realidad tienen el objeto de reglamentar de alguna manera a a los millones de trabajadores migrantes que hoy son la mano de obra más precarizada del país, siempre al borde de una deportación.

En las políticas generales no hay diferencias. Trump siguió construyendo un muro, a medias por cierto, que ya habían comenzado antes Obama, Bush y Clinton. Aún con su discurso xenófobo y racista, y llamando a los migrantes violadores y narcotraficantes, Trump no llegó a deportar a la cantidad de personas que expulsó Obama, por lo que se lo conoce popularmente como "deportador en jefe". Mientras que Trump, avanzada su gestión, sumaba unas 750.000 deportaciones, Obama llegó a expulsar a 400.000 migrantes en un solo año, y gobernó durante 8.

Los centros de detención de menores migrantes tampoco son un invento de Trump, no solo ya existían desde antes, sino que bajo el Gobierno de Obama, del que Biden era vicepresidente, se creo la "Priority juvenile docket", que bajo la propaganda de dar prioridad a los pedidos de asilo o estatus legal para los menores que llegaban solos al país, en realidad bajó de 365 días a solo 21 el tiempo para que estos puedan hacer la presentación legal del caso, lo que redundó en una expulsión "en caliente" de miles de menores que no llegaban a presentar un "caso sólido". Siendo los mexicanos los primeros en ser deportados en forma inmediata.

Hoy, Biden mantiene vigente un acuerdo que viene de hace años pero que Trump reforzó con López Obrador para militarizar la frontera sur de México, a cambio de asistencia financiera. Es decir que la mayoría de los migrantes hondureños, guatemaltecos o salvadoreños, entre otros, que cruzan México para llegar a Estados Unidos ahora se enfrentan no solo a las mafias y redes de trata de personas, sino a una verdadera milicia reforzada por López Obrador que "contiene", reprime, encarcela y expulsa a miles los migrantes centroamericanos, a pedido de Estados Unidos.

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