Desde el Pentágono afirmaron que fueron en respuesta a los bombardeos a bases estadounidenses en Irak el mes pasado. Se trata de la primera intervención imperialista de la era Biden.
Jueves 25 de febrero de 2021 22:18
Este jueves Estados Unidos llevó acabo en Siria realizó la primera intervención militar de la era Biden. La fuerza aérea norteamericana realizó un ataque aéreo contra una estructura militar que pertenecía a milicias respaldadas por Irán, según informaron fuentes de la Administración estadounidense citadas por los medios locales, en respuesta a los ataques con cohetes contra objetivos estadounidenses sufridos recientemente en Erbil, Irak.
Según la agencia Reuters, la ofensiva aprobada por el presidente Biden ha sido limitada, lo que podría reducir el riesgo de una escalada de tensión entre países. El Gobierno iraquí está llevando a cabo su propia investigación del ataque que el 15 de febrero hirió a estadounidenses, por eso la decisión de atacar solo en Siria y no en Irak, le evita responder y le concede tiempo.
U.S. Conducts Defensive Precision Strike in Syriahttps://t.co/pcPrU86Jx6
— U.S. Central Command (@CENTCOM) February 26, 2021
Los ataques con cohetes contra las posiciones de Estados Unidos en Irak coincidieron con las conversaciones entre Washington y Teherán para recuperar el acuerdo nuclear de 2015 abandonado por el expresidente Donald Trump. En el ataque del 15 de febrero, una serie de cohetes alcanzaron la base militar estadounidense del Aeropuerto Internacional de Erbil, en la región controlada por los kurdos, lo que causó la muerte de un "contratista" no estadounidense e hirió a varios contratistas estadounidenses.
Se trata del primer bombardeo oficial ejecutado por el Gobierno de Biden y en medio de las negociaciones sobre el acuerdo nuclear con Irán. El ataque tiene el objetivo de mostrar que la nueva administración no tiene problemas en usar la fuerza sobre el terreno para responder a ataques contra sus posiciones y lo hace como parte de las condiciones para sentarse a la mesa hacia un nuevo acuerdo nuclear. Una serie de ataques similares a principios del año pasado terminaron en el episodio de más alta tensión de los últimos tiempos entre Estados Unidos e Irán cuando la administración Trump ordenó asesinar al alto general iraní Qasem Soleimani.
Las disputas se enmarcan en el avance de Irán en la región durante la última década, coincidiendo con la retirada de Estados Unidos tras el desastre de las intervenciones e invasiones en Irak y Afganistán, y su negativa a intervenir en soledad en Siria. Esta retirada estadounidense le permitió a Irán convertirse en un actor de peso regional extendiendo su influencia en Siria, Líbano, Irak y Yemen, entre otros. Las sanciones de la era Trump, aunque lograron desestabilizar relativamente al régimen iraní que enfrentó importantes protestas internas tanto por el hambre y el desempleo, como por reivindicaciones democráticas, no modificaron el avance regional del país persa que además redobló su retórica sobre el avance de su desarrollo nuclear. Ahora, Biden buscará otro camino más centrado en las condiciones para la negociación de un nuevo acuerdo nuclear. Para ese objetivo, como se ve, no renunciará a los bombardeos estadounidenses en la región.