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Fútbol. Bilardo, el Doctor del fútbol: 10 hitos y curiosidades sobre Carlos Salvador

A propósito del éxito sobre la flamante serie documental del exfutbolista y entrenador, repasamos una decena de perlitas conocidas y no tanto sobre su vida y obra.

Juan Ignacio Provéndola @juaniprovendola

Sábado 5 de marzo de 2022 15:00

Bilardo en el recordado partido frente a River en el que tomó "Gatoréi"...

Bilardo en el recordado partido frente a River en el que tomó "Gatoréi"...

El primer round entre Bilardo y Menotti

Colegas como futbolistas y como entrenadores, Carlos Salvador Bilardo y César Luis Menotti nunca habían tenido grandes diferencias. Hasta que, como en todo conflicto, un episodio parte aguas: Argentina pierde un amistoso en España ante el club Valladolid (que, en rigor de verdad, significó la única derrota de Bilardo en su primer año al frente de la Selección) y su antecesor le dijo al diario Clarín que, de esa forma, el equipo “regalaba su prestigio”. La declaración detonó la ira del Doctor y dio inicio a una de las grietas más resonantes de la historia del nuestro fútbol.

El más lírico de los rústicos

Asociado históricamente con el “antifútbol” (en detrimento del aparente buen gusto de la escuela Menottista), Bilardo conserva en su historia más apuestas audaces y ofensivas de las que el prejuicio podría suponer. La muestra cabal fue aquel mediocampo creativo que los Pinchas repiten en orden y de memoria: Sabella, Ponce y Trobbiani, con Russo como volante de contención, todos ellos campeones del Metropolitano ’82 que catapultaría a Carlos a la Selección. Curiosamente, luego el Doctor desafectaría a todos ellos de la lista para México ’86, conservando únicamente a Trobbiani. Es que, para ese entonces, el fútbol argentino contaba con otros valores supremos: Ricardo Bochini, Claudio Borghi y, naturalmente, Diego Armando Maradona.

La prueba de “línea de 3” a pura paliza

Franz Beckenbauer fue campeón mundial como jugador y como entrenador tanto en el Bayern Munich como en Alemania, pero jamás olvidará en su vida el baile que se comió en su estreno como DT de su selección: fue 1-3 en Düsseldorf el 12 de septiembre de 1984, ante Argentina. El equipo de Bilardo todavía no había cautivado el paladar futbolero criollo, pero aquella noche el Narigón se inclinó por experimentar el esquema defensivo que tanto rédito le había dado en Estudiantes: la línea de tres con un líbero y dos stoppers, a los cuales se les podían acoplar ocasionalmente dos laterales-volantes. Sin Maradona, esa noche la 10 la usó Bochini, mientras que el capitán fue Jorge Burruchaga.

Una de sus obsesiones menos conocidas: los videos

El actor Federico D’Elía (uno de los productores de la serie) reconoce la importancia de la tonelada de cintas en VHS que Bilardo acumuló a lo largo de su vida y que su familia no solo conservó en buen estado, sino que puso a disposición. Ese archivo es acaso la gema más preciada de los cuatro capítulos, complementados también con muchas entrevistas ad hoc y un fuerte trabajo documental. En esos videos no solo se observan registros de distintos entrenamientos, sino también de situaciones familiares, lo cual da cuenta de la obsesión que el Narigón tenía por usar la cámara. Incluso bajo la protesta de su hija Daniela, a quien se la observa rezongando varias veces mientras duerme, se peina o se viste ante la cámara de su papá.

Colombia: La bestia negra se asoma

Antes del inolvidable 0-5 por las eliminatorias para el Mundial de Estados Unidos 1994, ya con Alfio Basile como entrenador, Argentina había padecido otra derrota dolorosa ante Colombia en el Monumental. Fue el 11 de julio de 1987, en el partido por el tercer puesto de una Copa América en la que la selección tuvo un deslucido papel, teniendo en cuenta no sólo que era anfitriona, sino, además, campeona del mundo. Fue una tarde de bruma y lluvia con un Maradona apagado y el corolario de una silbatina feroz desde las tribunas para el equipo que tan solo doce meses atrás se había consagrado en México. Poca piedad tuvieron los colombianos con Bilardo, quien dirigió al Deportivo Cali entre el 77 y 78 y, según reconocieron ellos mismos, su presencia fue clave para enderezar un fútbol hasta entonces desorganizado.

¿Qué hubiese sido del predio de la AFA sin el Doctor?

Desde hace muchos años, el imponente predio de entrenamiento que la Asociación del Fútbol Argentino tiene en Ezeiza es una postal fija de todo entrenamiento previo a cada partido por Eliminatorias, e incluso amistosos en suelo local. Esa naturalidad, sin embargo, no hubiese sido posible sin la insistencia de Carlos Bilardo, quien convenció al entonces presidente Julio Grondona para levantarlo. Hasta ese entonces, la selección entrenaba no muy lejos de ahí, en el Sindicato de Empleados de Comercio, a apenas ocho kilómetros. En unos videos registrados con la propia cámara del entrenador, se lo ve a él mismo empujando carretillas y dando indicaciones. Sin embargo, nunca pudo usarlo: fue inaugurado con un asado mientras la delegación viajaba a Italia rumbo al Mundial, y al término de éste el Doctor se tomó unos meses para, finalmente, presentar su renuncia al cargo.

La polémica del bidón contra Brasil

El famoso “Bidón de Branco” (en “honor” al jugador que más se vio afectado por el líquido que aquel contenía) es como “La mano de Dios”: un mito que de mito tiene poco, pues con el tiempo el secretismo fue perdiendo conducta y poco a poco los testigos largaron prenda. En el documental son claves las risas de Oscar Ruggeri y Julio Olarticoechea a la hora de fingir una negativa poco creíble. Pero el que termina de romper toda duda es Roberto Mariani, parte del cuerpo técnico de Bilardo, quien recuerda el conocimiento del entrenador en la bioquímica (materia que había aprobado con un 10 en la carrera de Medicina).

La frustración del Club de Amigos como antesala del Sevilla

Cuando Bilardo decide no renovar el contrato con la AFA, inicia un derrotero fuera del banco de suplentes pero no muy lejos del fútbol. Así, por ejemplo, abrió su propia escuela con el Tata Brown como ladero y sucursales hasta en Japón con el propósito de concentrarse en las categorías formativas. Incluso aplicó a la licitación para manejar el Club de Amigos de Buenos Aires, presentando la oferta más suculenta. Según confiesa su esposa, el rechazo le provocó una tristeza muy grande. Pero al poco tiempo llegó una oferta difícil de rechazar: la dirección técnica del Sevilla, quien, como si fuera poco, además abrochó la contratación de Diego Maradona en su regreso tras la primera suspensión por doping positivo.

Bilardo Presidente

A Maradona no sólo lo dirigió en la Selección y en el Sevilla, sino también en el primer Boca de la era Macri, una experiencia marcada entre los cinco penales errados de Diego y el debut de Juan Román Riquelme. Como si eso fuera poco, después tuvo un paso exótico por la Selección de Libia, para la cual el dictador Gadafi no solo le exigió que convocara a su hijo Al-Saadi, sino que, además, lo nombrara capitán. ¿Qué más le quedaba a Bilardo de todo ese currículum? La Presidencia de la Nación, postulación que anunció el 1º de enero del 2001 a la 1 de la madrigada (es decir: el primero del uno del uno, a la una) en una confitería. Todavía ejercía Fernando de la Rúa y faltaban dos años para las próximas elecciones, aunque finalmente el Doctor se bajó antes de tiempo.

Carlos Salvador, el primer aliade

Cuando en verdad ya estaba retirado, un Estudiantes al borde del descenso lo convenció para iniciar su cuarta y última etapa y entonces Carlos Bilardo protagonizó acaso el último de los hechos que harían historia. Las jugadoras Bettina Stagñares y Paola Vinai fueron al predio en City Bell para agradecerle por algunos gestos con el equipo femenino y el Doctor les propuso entrenar con la Primera masculina. Así, una hizo dupla ofensiva con Mariano Pavone y otra con Ernesto Farías. Sin subestimarlas, les pidió que jugaran el picado como siempre, aunque también las cuidó: después de tirarle un caño a Ezequiel Maggiolo, Bettina recibió una dura entrada de Israel Damonte, quien automáticamente fue regañado a los gritos por Carlos Salvador.