La asociación juvenil de extrema derecha Revuelta ha convocado una huelga estudiantil este viernes 24 de noviembre para “putodefender España” coincidiendo con la huelga general “fake” convocada por el sindicato Solidaridad, afín a VOX.
Jueves 23 de noviembre de 2023
Al igual que de este pseudo sindicato dirigido por un empresario millonario que afirma que los ricos son ricos por naturaleza, los estudiantes y jóvenes no podemos esperar de una organización como Revuelta más que la defensa a ultranza de los intereses de los intereses de los empresarios y las grandes fortunas.
Detrás de la imagen rebelde que pretenden dar se encuentran los valores más reaccionarios y conservadores que existen en la sociedad: racismo, machismo, lgtbifobia, autoritarismo, españolismo, fanatismo religioso, nostalgia franquista, clasismo de niños pijos…
A estos “jóvenes patriotas” nunca los hemos visto movilizarse contra la precariedad laboral y vital de la juventud, contra la represión policial que experimenta cada día la juventud obrera y popular en los barrios, contra la imposibilidad de acceder a una vivienda, mucho menos yendo a parar un desahucio o apoyando una huelga obrera. No los hemos visto clamar contra la privatización y elitización de la educación pública o contra las leyes que han entregado nuestras universidades a las grandes empresas y han establecido matrículas imposibles de pagar para buena parte de los hijos e hijas de la clase trabajadora.
Ellos siempre se han posicionado en contra de aquellos y aquellas que organizábamos huelgas por una educación totalmente gratuita y universal a todos los niveles, por una solución a la crisis climática a la que nos condena este sistema capitalista, a cada 8 de marzo contra el heteropatriarcado y la opresión de género.
Ahora rabian y se manifiestan contra la Ley de Amnistía del gobierno PSOE-Sumar. Una ley que incluso deja fuera a la inmensa mayoría de las personas represaliadas del movimiento democrático catalán y queda a criterio de los mismos jueces que se están manifestando contra ella. Los presos políticos y encausados por luchar por los derechos laborales, sociales y democráticos y a los migrantes encerrados en CIES quedan por supuesto fuera de la amnistía. Hablamos de miles de represaliados por huir de las condiciones de hambre y miseria que viven en sus países, por defender derechos democráticos como la autodeterminación, por rapear contra la Casa Real, por poner el cuerpo para evitar que echen a una familia de su casa para dársela al banco o por participar en huelgas y piquetes de trabajadores.
Contra todas estas personas esta extrema derecha siempre pidió caña y mano dura. Hace falta una amnistía, sí. Pero no la que propone este gobierno enormemente limitada, con policías incluidos, en manos de la judicatura y, sobre todo, a cambio de renunciar a la lucha por la autodeterminación. Peleamos por una amnistía para todos y todas las luchadoras y personas perseguidas por la Ley de Extranjería, por la autodeterminación de Catalunya y el resto de los pueblos, por acabar con la represión, la impunidad policial del 1-O y tumbar la monarquía.
Ahora los derechistas se las dan de rebeldes cuando son los máximos defensores de la Corona, la Constitución, la Iglesia, la policía y los grandes empresarios. El problema es que el gobierno “progresista” le toma la agenda posando junto al Rey, asegurando el respeto constitucional y la negativa al derecho a decidir, con una ministra de Igualdad amiga de la Iglesia, un ministro del Interior que infiltra policías en movimientos sociales y una Ministra de Trabajo que pacta con la patronal junto a los sindicatos.
Precisamente si la derecha puede salir a la calle, hacer demagogia y aparentar ser rebelde es por las políticas neoliberales del gobierno del PSOE junto con Unidas Podemos y ahora Sumar. El autodenominado gobierno “mas progresista de la historia” tiene el mérito de haber disparado el gasto militar, de ser cómplice de la matanza de decenas de personas migrantes en Melilla, de reprimir con tanquetas a los trabajadores en huelga de Cádiz, de rescatar a las eléctricas y otras grandes empresas, el mantenimiento de los pactos mercantiles y armamentísticos con Israel… Y lo peor de todo, nos han dicho una y otra vez que esto es la izquierda gobernando, el único freno posible a una derecha cada vez más envalentonada y movilizada.
Es imposible parar a la derecha de verdad con una izquierda de mentira, es necesaria una alternativa. No podemos regalarles la movilización, tenemos que disputarle las calles a la derecha y extrema derecha como ya venimos haciendo en las masivas movilizaciones en solidaridad con Palestina en todo el Estado.
Por ello, desde las agrupaciones juveniles Contracorriente y Pan y Rosas hacemos un llamamiento a los y las estudiantes a activamente no secundar la huelga de Revuelta y organizarse en cada centro de estudio para plantar cara al españolismo, racismo, al machismo y la lgtbifobia. Pongamos en pie una juventud verdaderamente rebelde contra este régimen monárquico e imperialista y contra sus gobiernos amigos todos de los ricos y grandes empresarios. ¡Súmate a construir una juventud anticapitalista, antiimperialista y revolucionaria!