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PBA. Buenos Aires en llamas: Kicillof y su política frente a Milei

El gobierno de Javier Milei comenzó con fuertes ataques a las grandes mayorías. La Provincia de Buenos Aires no escapa a la situación, entonces, ¿cuál es la política de Axel Kicilllof frente al ajuste y cómo será el próximo período para los bonaerenses?

Sábado 6 de enero 16:59

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La Provincia de Buenos Aires representa el 38% de la población argentina, es donde vive el 39% de los niños y niñas de la Argentina, pero los indicadores demuestran que el territorio es de los más vulnerables del país. A su vez, genera el 50% del valor de la industria, el 37% de la producción agraria y el 35% de las exportaciones. Buenos Aires, es y será escenario de importantes batallas.

El 2023 cerró con una inflación alrededor de 200% y niveles de pobreza del 40% para la PBA. El presidente electo, no dudó ni un día en ir contra los trabajadores y sectores medios con una política de ajuste tipo “shock” y con una ley que planea reformar el Estado en varios aspectos nodales. Frente a el ajuste lanzado hacia los sectores populares por Javier Milei, Kicillof toma nota y repiensa su estrategia y sobre cómo negociar frente a las políticas del Gobierno Nacional.

La primera acción fue la aprobación de leyes en la provincia de Buenos Aires y su contrapartida es la esperada y controvertida Ley Ómnibus del gobierno nacional. En la misma acción, se establece una dicotomía entre sus discursos, entre una posición más “estatista” de Kicillof y otra de librecambismo sin intervención estatal para favorecer a sectores empresarios y del capital financiero por parte de Javier Milei.

La ley tributaria y de endeudamiento aprobada en la legislatura bonaerense, es el primer intento de Kicillof de obtener financiamiento frente a los embates del gobierno nacional. La diputada del PTS, Laura Cano, en el Frente de Izquierda, en conjunto con Guillermo Kane, diputado del PO, rechazaron fuertemente la Ley de Endeudamiento, que profundiza la desigualdad y la pobreza.

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El primer (doble) discurso de Kicillof y una disputa peligrosa

En su discurso de la asunción de la Legislatura bonaerense, Kicillof, se vanaglorió de sus diferencias con el gobierno nacional y también planteó una “autocrítica” dirigida a Alberto Fernández, que, en realidad, no fueron más que un pase de facturas a Alberto, para seguir con el ciclo de endeudamiento.

Para diferenciarse de la gestión Milei, quiso apelar a un discurso mucho más “estatista”. Entre sus dichos “ni ajuste ni motosierra” (...) “Las propuestas del partido que ganó están en las antípodas de nuestra manera de ver la vida, el mundo, de entender la política y la economía nacional.” (...) “De la misma manera, pedimos que se respete la voluntad de la mayoría de los bonaerenses que respaldaron masivamente un proyecto de desarrollo, de inclusión y de defensa de derechos, que es el que llevaremos adelante en la provincia de Buenos Aires".

Aunque las políticas de “más estatismo” o “más librecambismo” no son lo mismo, el discurso quedó de patas cortas, porque en la realidad, el plan del gobernador nacional consistió en contraer un nuevo gran endeudamiento. Esto es una continuidad del mismo plan que nos trajo hasta acá: más deudas y ajuste por devaluación, junto al aumento de impuestos incluidos en la ley impositiva, que lejos de aportar más quienes más tienen, busca sostener la estructura impositiva profundamente regresiva.

Además, a propuesta de Kicillof, se negocia todavía en la legislatura, la creación de SAPEM (dos empresas estatales que serían un centro para la Industria Farmacéutica Bonaerense y la Empresa Bonaerense de Emergencias) lo que implica un intento de crear una sociedad anónima con el capital privado, ya que las tareas que proponen de este centro ya las lleva a cabo el Estado Provincial. Con esta medida, el gobernador se sube al debate nacional, contraponiendo un supuesto modelo “estatista” pero que lejos de ir hacia ahí, termina sosteniendo la estructura de impuestos regresiva de la PBA, más endeudamiento y fortaleciendo el ingreso de capitales privados al sistema de salud.

Estas primeras medidas, se dan además en el marco en el cual, Milei decidió cortar el flujo de fondos de la coparticipación a las provincias. Buenos Aires es la que más fondos recibe respecto a la coparticipación, y con el Programa Fffba (Fondo de Fortalecimiento Fiscal para la provincia de Buenos Aires) tiene un 1,18% de coparticipación extra, independiente del 21,3% que recibe por ley. De los impuestos con los que el Estado Nacional recauda el fondo de coparticipación, el 37 por ciento aporta Buenos Aires, pero sólo regresa el 21 por ciento. Por eso decidió enviar ese paquete de leyes, pero arrastrando una política de pagar cada centavo de la deuda de su antecesora, María Eugenia Vidal, en el cargo. Aunque todavía sin información oficial sobre los pagos de deuda de 2023, se estima que pueden estar entre los 1000 y 1600 millones de dólares, un equivalente al endeudamiento solicitado en la Legislatura (1600 millones). A la par, de que se prorroga el presupuesto 2023 y solicitó que le aprueben (la ley impositiva), donde quienes más terminan aportando son los sectores medios, trabajadores y precarizados.

Es decir que la estrategia de Kicillof fue emitir endeudamiento para sostener el pago de deuda. En la práctica, su “estatismo” es terminar negociado con muchos intendentes radicales y peronistas que operaron para que sus legisladores apoyaran estas medidas, negociando a su favor la prórroga del vencimiento de la deuda que los municipios tienen con el estado provincial para diciembre del 2024 y la creación del Fondo de Fortalecimiento Fiscal de los Municipios, que será coparticipable. Un punto importante en la política nacional, ya que al no tener tanta caja y en un contexto recesivo como plantea Milei, los intendentes podrían quedarse sin dinero para medidas de emergencia, y en su idioma, contener cualquier estallido social.

Por eso saludaron esta iniciativa de Kicillof, diputados del PRO como Agustín Forchieri junto a su bloque; de la UCR como Diego Garciaerena con su bloque y un sector de la libertad avanza liderado por Gustavo Cuervo, que votaron a favor. Con este fuerte apoyo de los intendentes el Gobernador decidió profundizar la estructura impositiva regresiva de la provincia. Por ejemplo, el aumento a 5% de Ingresos Brutos afectará a millones de personas ya que es un impuesto que opera como el IVA porque es un porcentaje sobre las ventas. Es decir que los empresarios trasladaron el aumento a los precios.

El aumento de hasta 200% del impuesto inmobiliario que viene congelado hace más de 1 año, afecta a los propietarios de vivienda. En una provincia, que en dichos del propio gobernador arrastra un déficit habitacional de 1 millón de hogares. También ARBA aumentará hasta un 100% a lo largo del año y el aumento de patentamiento. Todos estos cambios buscan atacar al conjunto de los trabajadores precarizados y clases medias.

El tironeo que se vio en esta semana sobre la reforma sobre La Ley de Pesca enviada al Congreso Nacional es otra parte de estas ideas y venidas. El ministro del Interior Guillermo Francos, que está sobre el ojo de la tormenta por ser un “mal negociador”, convocó a una reunión para discutir la temática con el sector pesquero en Mar del Plata sin el Gobernador. Francos buscó como aliado al Gobernador de Chubut, que negoció cambios en la obligatoriedad de descarga en puertos nacionales, respecto a la Ley de Pesca. Mientras Kicillof estuvo con representantes de sindicatos y cámaras de la actividad pesquera, para rechazar el proyecto de Ley.

Esto se da en el marco de que todos los gobernadores peronistas están negociando la coparticipación que recibirán sus provincias, donde la Provincia de Buenos Aires podría dejar de recibir los Fondos discrecionales. Y Guillermo necesita conseguir los votos necesarios en el congreso para aplicar la Ley Ómnibus. Así quedó lejos el utópico escenario de “La liga de Gobernadores Peronistas” contra Milei.

Cacerolazos y asambleas muestran un incipiente ánimo de resistencia

El ánimo a la resistencia se empieza a sentir. En muchos lugares de la PBA los trabajadores, estudiantes y vecinos se autoconvocaron para rechazar el DNU, expresión también de una situación crítica que no se aguanta más.

Con métodos que empezaron con un cacerolazo, posterior asamblea y culminando muchas veces con una movilización céntrica, se desarrollaron las asambleas en La Plata, Morón, San Martín, San Miguel, Lomas de Zamora, Brown y Lanús, extendiéndose al interior de la Provincia de Buenos Aires, con mucho peso en la ciudad de Tandil.

En San Miguel fue impulsada por estudiantes de la Universidad de General Sarmiento, también participaron estudiantes de la UNLu y estuvieron presentes trabajadores de MadyGraf y de trabajadores de distintas ramas. En la Ciudad de La Plata la asamblea votó prepararse para el paro activo.

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También empezaron a surgir asambleas de artistas, inquilinos, del movimiento feminista, en distintos barrios populares de la Provincia. Todo un arco de movimiento que acompaña los cacerolazos.

Esta bronca que se empieza a ver en los distintos barrios del Gran Buenos Aires se puede canalizar este 24 de enero. El paro nacional y movilización convocados por la CGT será la primera gran pelea. Por eso los trabajadores, estudiantes y vecinos de cada distrito debemos prepararnos como un “polo independiente” de las burocracias sindicales para ese día, ya que somos los únicos que podemos frenarle la mano a los planes contra nuestros derechos.