El parque industrial de Burzaco fue un gran eslogan en la promesa de empleo a miles de jóvenes en el sur del conurbano.
Sábado 9 de julio de 2016 00:00
En tanto, la precarización laboral y sus contratos temporarios fueron la carta fuerte que las empresas jugaron durante un largo período, situación que se agrava con el correr del ajuste económico del macrismo ¿Cuál es el futuro de nuestra búsqueda de trabajo?
Durante los días de semana agencias laborales como Manpower, Addeco, Gestión Laboral o Suministra concentran largas colas de jóvenes que buscan el empleo prometido. Se levantan temprano y currículum vitae en mano caminan durante horas el centro urbano estación por estación y de agencia en agencia, un recorrido que se torna hostil cuando se vuelve cotidiano. Sucede que las leyes de flexibilización laboral han dado un rol clave a las agencias laborales como intermediarias del sistema productivo y es el de garantizar personal para ocupar puestos de forma rápida y eficaz para las empresas. Su verdadera función es abaratar costos en salarios borrando derechos laborales, contratos que duran de 3 a 9 meses, sin efectivización, por fuera de convenio, sin indemnización; la condición de contratado se impone como una condición “de segunda”, discriminando a trabajadores contratados de los efectivos. Grandes empresas como General Mills, Megaflex, Offal, Rexam, Industrias Guidi, se han servido de esta precarización laboral a gusto en función de maximizar sus ganancias.
El parque industrial de Burzaco es la concentración industrial más importante del Sur del conurbano bonaerense, concentra más de 200 empresas, y emplea en distintas modalidades a 6000 trabajadores. Durante los años de kirchnerismo, intendentes peronistas y altos funcionarios presentaron a Burzaco como emblema del “pleno empleo” y bandera de un modelo económico inclusivo, relato contrastante con la realidad que viven millones de jóvenes sumergidos en la precarización laboral, que comprenden el aterrante porcentaje de ser el 40% del total asalariado.
Esta agravante situación no fue transformada en absoluto. Scioli y Cascallares en Aceros Angeletti hablaron de mayor empleo tras anunciar una inversión de 14 millones, lo mismo hizo Cristina con las inversiones en nuevas líneas de producción en General Mills, o la silenciosa y reciente compra de la metalúrgica Rexam por la americana Ball Corporation. Al contrario estas empresas son las primeras en implementar en su plantel de contratos temporarios, sumado a esto se hizo moneda corriente situaciones de amenaza de cierre como en los depósitos de La Serenísima, o la decisión de industrias metalúrgicas nacionales de reducir su plantel frente a la apertura de importaciones. Mientras tanto la promesa de “lluvia de inversiones” de Macri resuena como un gris eslogan del ya viejo primer semestre. Lo que si podemos afirmar es que se han empoderado empresarios que revelan como falso el relato que recubre al parque industrial de Burzaco como fuente del soñado empleo. Mientras tanto el gobierno dice “cambiemos” y las empresas responden “yo ya cambié” el plantel de mi empresa con agencias laborales.