Así se desprende de estudios realizados por el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz y Relevamiento Nacional de Personas en Situación de Calle. La situación será más grave con la derogación de la Ley de Alquileres que promueve Milei.
Martes 26 de diciembre de 2023 22:30
Foto: la crisis habitacional es más grave en la Capital Federal y grandes ciudades, pero se extiende a lo largo y ancho del país | Ricardo Palmadessa
Según un informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), los precios de los alquileres de departamentos en la ciudad de Buenos Aires registraron en diciembre incrementos de entre 7,1% y 23,7% mensual. La variación depende de la ubicación y la cantidad de ambientes.
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De esta forma, de acuerdo a la entidad, los aumentos acumulados en los últimos doce meses acumulan:
En todos los casos las subas superan la inflación interanual que a noviembre alcanzaba el 160,9%, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
El CESO precisó que el valor promedio en la oferta de monoambientes en la ciudad es de $ 250.000. El Salario Mínimo Vital y Móvil, que en diciembre es de $ 156.000, alcanza para cubrir solo el 62,40% de un alquiler. Esto es menos de lo que llegaba a cubrir el mes anterior.
"Los valores expresados anteriormente no incluyen expensas, las cuales alcanzan en promedio el 9,2% del costo del precio de oferta de un alquiler", agregó la entidad.
El informe señaló que los incrementos respecto de los valores de octubre fueron de 11,1% en los monoambientes, 7,1% para los departamentos de dos ambientes y 23,7% en los de tres ambientes.
"En la ciudad de Buenos Aires, los altos precios impiden a gran parte de la población alquilar siquiera un monoambiente medio, empujándoles hacia zonas con infraestructura y servicios de menor calidad", señaló el CESO.
La cara más cruel de la crisis habitacional: personas en situación de calle
Las exorbitantes subas de los alquileres tienen como correlato el hacinamiento de las personas en casas de familiares, o en alquileres de viviendas de mala calidad donde se exponen a derrumbes y diversos problemas de infraestructura. Las familias en situación de calle son la cara más grave de esta profunda crisis habitacional.
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Según el Relevamiento Nacional de Personas en Situación de Calle (Renacalle), difundido este martes, la Ciudad de Buenos Aires es el distrito con mayor incidencia de esta problemática: de 9.440 casos relevados en 11 ciudades del país, 8.028 corresponden a la Capital Federal.
Este estudio es realizado por el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y Nuestramérica Movimiento Popular, junto a organizaciones como la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Cáritas, entre otras.
El informe indica que una persona se encuentra en situación de calle cuando "pernoctó al menos una noche en los últimos 30 días en espacios públicos; expresa que pernocta actualmente en un dispositivo y si se observa que pernocta en el espacio público".
Según Daniela Valiente, una de las coordinadoras del informe, los datos relevados permiten "derribar mitos, como que las personas en situación de calle no trabajan". “Pudimos recuperar que la mayoría de las personas se encuentran en búsqueda de trabajo y también están trabajando en un gran porcentaje, pero hay un indicador muy importante que nos indica que solamente el 1,7% de la población que trabaja lo hace de manera formal", agregó Valiente.
De acuerdo al informe, el 64,1% de las personas encuestadas trabajó al menos una hora en la última semana, mientras que el 31,7% no lo hizo. Estos datos demuestran la enorme crisis de la calidad del trabajo, cada vez más precario con el correr de los gobiernos. El fenómeno de los trabajadores y las trabajadoras pobres, llega al punto de que hace imposible afrontar un alquiler con el salario y arroja sectores de trabajadores a la calle.
Del total de casos relevados a nivel nacional:
Las ciudades y partidos donde se desarrolló el relevamiento fueron:
Más nafta al fuego: qué pasa si derogan la Ley de Alquileres
La realidad habitacional que exhibe la ciudad de Buenos Aires es un ejemplo concentrado de una crisis que se extiende a lo ancho y a lo largo del país. En la Capital Federal, en las capitales provinciales y en las ciudades turísticas, el problema es más notorio debido a la mayor concentración de población y la dolarización de los alquileres para turismo. Sin embargo, la crisis habitacional existe en todo el país. En todos lados es difícil acceder a un alquiler con el nivel salarial actual, cada vez más deteriorado por la inflación y la precarización.
Sobre este incendio vinieron a echar nafta el plan del ministro de Economía, Nicolás Caputo, y el posterior DNU anunciado por Javier Milei. Entre las medidas “de emergencia” según el flamante gobierno se encuentra la derogación de la actual Ley de Alquileres.
El lobby por parte de grandes propietarios y cámaras inmobiliarias había logrado una modificación de la normativa en octubre, perjudicial para la población inquilina. Se redujo a 6 meses el plazo de actualización de los valores (que antes era anual). También se cambió el ICL (Índice de Coeficiente Inquilino) por la fórmula Casa Propia, que se utiliza para los créditos Procrear.
Pero el plan por el que vienen trabajando desde hace tiempo es la desregulación total del mercado. Este es el sueño que les quiere cumplir Milei con el decretazo que deroga la ley.
La Ley de Alquileres vigente desde hace tres años, establece condiciones mínimas para resguardar a las 10 millones de personas que alquilan. Según el DNU, la idea es dejar que el mercado se regule según la negociación de “dos partes iguales”, sin intromisión del Estado.
Sin embargo, entre propietarios e inquilinos no hay igualdad de condiciones para establecer contratos. Quienes alquilan y necesitan una vivienda siempre están en peores condiciones para negociar. Sin ley de Alquileres, las condiciones de los contratos de "libre acuerdo" serán definidas por la parte propietaria.
En declaraciones a Télam, Gervasio Muñoz, referente de Inquilinos Agrupados dijo que a partir de la derogación de la Ley de Alquileres "las actualizaciones pueden estar atadas a cualquier índice, público o privado, el IPC, la inflación, por supuesto que es lo que se le antoje a la inmobiliaria, 30% mensual, o atar el precio del alquiler al dólar blue, a la nafta o a lo que quieran".
"No hay país del mundo donde hoy se lleven adelante políticas de este tipo para proteger la vivienda", agregó Muñoz.
Según el DNU de Milei:
"Desde el sector inmobiliario estamos satisfechos respecto de la derogación de la Ley de Alquileres; desde siempre sostuvimos que el Estado no debía inmiscuirse en un mercado que se maneja por acuerdos libres entre privados, por lo que apoyamos esta medida", dijo a Télam Marta Liotto, expresidenta del Colegio Profesional Inmobiliario.
Marta Libera, vicepresidenta de la Cámara Inmobiliaria Argentina, sostuvo que "esto es algo positivo para que haya una flexibilidad y las partes acuerden y puedan ir adaptándose a la inflación".
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Las cámaras propietarias argumentan desde hace rato que la ley de alquileres las hace perder con la inflación. Sin embargo, como muestran los datos relevados por el CESO, en el último año en CABA los alquileres subieron bastante más que el índice de precios. Los únicos que pierden con la inflación son los bolsillos populares.
La derogación de la ley promovida por Milei sólo le da libertad a la parte propietaria para imponer aumentos permanentes, desalojos y desampara a la población inquilina. Es una medida contra la clase trabajadora.
Como sostuvo la periodista de este medio, Lucía Ortega, no es cierto que la única solución al drama de los alquileres sea derogar la Ley. Se podría por ejemplo garantizar alquileres más económicos, poner impuestos a las viviendas vacías y terminar con la especulación, prohibir que los precios se fijen en dólares y un plan de obras públicas para construir las viviendas que faltan.
Inquilinos e inquilinas nos tenemos que sumar a la pelea de conjunto de todo el pueblo trabajador contra el DNU, el plan Caputo y la represión de Patricia Bullrich. Que la CGT y las CTA llamen a un paro general y un plan de lucha para derrotar el plan de ajuste del gobierno de Milei.