Ideas de izquierda

Armas de la critica

SUPLEMENTO

Call center: ¿quién está detrás del teléfono?

Enzo

Ilustración: Juan Atacho

Call center: ¿quién está detrás del teléfono?

Enzo

Ideas de Izquierda

Sin datos oficiales por parte del gobierno nacional que den cuenta de la situación de los trabajadores de call center, miles de jóvenes trabajan bajo una dictadura patronal. ¿En qué situación trabajan? ¿Quiénes son sus enemigos declarados y quiénes, sus potenciales aliados? Escrito por un trabajador de call center, compartimos con el/la lector/a un retrato de uno de los sectores más jóvenes de la clase obrera. En Armas de la Crítica nos metemos de lleno en el mundo de los call center.

La realidad que vivimos miles de teleoperadores en los call center es diversa. La gran mayoría son mujeres, sobre todo jóvenes y muchas son madres. Vivimos con salarios que están muy por debajo de lo que necesitamos. Según el INDEC para superar en agosto la línea de pobreza el salario debería ser de $120 mil pesos por mes. De hecho, muchos estamos cerca o debajo de un salario de indigencia, que ronda los $52.990. [1]

Rápidamente el sentimiento de satisfacción por haber encontrado un trabajo y poder llevar una ayuda al hogar se convierte en indignación y bronca por tener que soportar a cambio tratos y condiciones de trabajo que nadie debería atravesar.

La preocupación por las consecuencias de la crisis económica y social, los altos niveles de ansiedad y estrés, la falta de perspectiva de estos trabajos, unido a la sensación que buscan crearnos las empresas (con complicidad el sindicato) de que “estamos solos” en esta situación, que en cualquier momento podemos perder el trabajo se suman a que laburamos con la cabeza quemada. Este padecimiento llamado “burnout”, ingresó a la lista de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) de la Organización Mundial de la Salud en los primeros meses del 2022:

En la clasificación de la OMS el burnout tiene tres dimensiones: sentimientos de falta de energía o agotamiento; aumento de la distancia mental con respecto al trabajo o sentimientos negativos o cínicos, también con respecto al trabajo y sensación de ineficacia y falta de realización [2].

No hay call center del que no salgamos con la cabeza quemada. Lo sufren también las y los trabajadores telefónicos. Al igual que la precarización en las modalidades de contratación que vienen siendo flexibilizadas. Desde ya que esto no es nuevo. Viene de mucho tiempo atrás. Hay que remontarse a la dictadura militar del ‘76 y al menemismo. Incluso durante el kirchnerismo los trabajadores enfrentaron ataques de este tipo [3].

Los tres meses de prueba que rigen en infinidad de ramas e industrias (incluido los call center), tiene su remake 2.0 denominada “plazo fijo”. Funciona como una modalidad en la que el “contrato” (si es que se le puede decir así) dura uno o dos meses y al finalizar el mismo la empresa se guarda el derecho a re-contratar por la misma cantidad de tiempo o a despedir sin indemnización. Porque ante todo, los gobiernos cuidan lo que ganan los empresarios. Obviamente, el Ministerio de Trabajo de la Nación es una escribanía de los caprichos e intereses patronales. Obra social (de calidad), vacaciones, aguinaldo, días de estudio: estabilidad laboral… Se desvanecen como las promesas, deja de existir para la juventud.

Buscan moldear la idea de que lo “normal” es lo precario, para así bajar las expectativas a los trabajadores más jóvenes. No solo precarizan nuestro trabajo, precarizan nuestra vida.

Las y los supervisores que se hacen “los buena onda” y al mismo tiempo juegan al 100% para las empresas son los primeros en una larga cadena de mando en apretarnos y exigirnos resolver llamadas en tiempos más cortos. La constante presión para cumplir objetivos dentro de parámetros cada vez más difíciles y la cantidad de horas trabajadas (la mayoría trabajan 9 horas), hacen de este tipo de trabajos verdaderas máquinas de padecimientos físicos y psíquicos. La satisfacción de colgar la vincha al terminar el horario de trabajo es enorme. Pero cuesta arrancar después, la ansiada libertad está totalmente condicionada y limitada.

Todo lo que perdemos los trabajadores, lo ganan los empresarios

El gobierno nacional del Frente de Todos, en medio de la cuarentena de 2020, con una ley express, la ley de teletrabajo, acordó entre dirigentes sindicales burócratas y diputados amigos del lobby empresarial (encabezados por la Cámara Argentina de Centros de Contacto que tiene de vice-presidente el CEO de CAT.Technologies) cargar sobre los trabajadores de las telecomunicaciones, entre muchos otros sectores, los costos de la crisis. En aquel momento el diputado del Frente de Izquierda-Unidad, Nicolás Del Caño, denominó a esta ley como una clara “flexibilización laboral de hecho”. El Frente de Izquierda-Unidad fue el único bloque del Congreso que rechazó esta ley. [4]

La imposición de pasar al teletrabajo tuvo dos grandes consecuencias. La primera, el despido de toda persona que no tenga computadora para realizar la labor y que no posea internet y por otro lado, la carga sobre el salario de los gastos de electricidad, internet y uso de los materiales de trabajo (como computadoras o sillas no adecuadas para trabajar tantas horas). Es decir, el ahorro (ganancia) de millones por parte de las empresas de call center y la transferencia del bolsillo de los trabajadores a estas empresas privadas. El salario es la muestra más evidente de la precarización laboral, pero no la única.

Esta diversidad de situaciones en el sector será una característica que marca a fuego las dificultades a las que nos enfrentamos los trabajadores para poner un freno a las intenciones constantes de los empresarios y los gobiernos de avanzar sobre nuestros derechos y conquistas.

La desconfianza y el rechazo que crece con un sindicato al que nunca decidimos pertenecer

Si queremos enfrentar estas situaciones, no podemos naturalizar que los trabajadores de call center jamás decidimos en qué convenio encuadrar nuestra actividad. Con una relación en su mayoría estrecha con las telecomunicaciones, tanto por el sector en el que una gran porción de teleoperadores trabaja, como por la tarea que realizamos, cabe una seria reflexión sobre en qué gremio encuadrar nuestra actividad.

Lo que está más que claro es que si la gran mayoría se encuentra dentro del sindicato de Comercio (SEC) y no dentro del sindicato telefónico (por ejemplo FOETRA), es porque empresas, gobierno y sindicato pactaron a espaldas de los trabajadores y decidieron por nosotros. Hay compañerxs que están en la UOM cumpliendo tareas que nada tienen que ver con la industria metalúrgica. Otros, descubrieron que existía un sindicato de publicidad al firmar el contrato. Una fracción reducida que trabaja en los call center de algunos bancos se encuentra dentro del gremio La Bancaria. Pero como sabemos, son casos excepcionales.
La burocracia sindical nos quita derechos mínimos, como debatir y votar democráticamente en asamblea. Entre ellos, a qué gremio pertenecer.

En el libro “¿Quién habla? Lucha contra la esclavitud del alma en los call centers”, editado en 2006 y escrito de forma colaborativa, con la participacion activa de trabajadores de call center, recorren los entreveros, experiencias y exponen algunas posibles conclusiones para pensar a este sector a partir del conflcito en 2005 en las oficinas de Barracas en Capital Federal de la multinacional de call center ATENTO. A la vez que elaboran algunas consideraciones que colaboran a debatir y esclarecer un sendero posible de práctica e ideas puestas al servicio de la lucha contra la esclavitud asalariada. Dicen lxs autores: “Esta lección fue y sigue siendo durísima: el sindicato tiene sus intereses que muchas veces coinciden con los de los trabajadores y otras no. Los trabajadores tenemos nuestros intereses que muchas veces coinciden con los del sindicato y otras no”. [5]

El “choque de intereses” existe sin duda desde el momento en que los dirigentes actúan de forma opuesta a fortalecer las posiciones de lucha, la confianza y la unidad entre trabajadores; tanto de una misma industria como de otras ramas diferentes y desocupados.

Si bien las direcciones de la mayoría de los sindicatos están en manos, como dijimos, de burocracias sindicales, los trabajadores tenemos que tener claro que ni “muchas” ni “pocas” veces nuestros intereses van a coincidir con los de ellos. Es decir, nunca. Si eventualmente hacen declaraciones a favor de nuestra lucha - por más mínima que sea-, o si toman medidas concretas (movilizar, realizar paros, etc) lo hacen a su pesar, y de la manera que implique menor participación de trabajadores. Por eso llaman a veces a paro desde la televisión, no hacen asambleas para que nos involucremos y hagamos un paro activo. Es decir, es la fuerza - organizada - que podemos desplegar nosotros, los que trabajamos, la que puede sacar de sus sillones a estos dirigentes traidores.

El sindicalismo mayoritario, incluida la dirección de Comercio encabezada por Cavalieri proviene del peronismo. Ni la CGT ni las CTA’s defienden los intereses de los trabajadores.

Ambas facciones sindicales tuvieron más encuentros con funcionarios del FMI y embajadores de EEUU que planes de lucha en los últimos años. Si a alguien apoyan es al gobierno del Frente de Todos. No sea cosa que vayan a dejar pasar un apoyo a alguna lucha de trabajadores. En pos de defender su posición en el sindicato, negocian con las empresas y trabajan para ellas, degradando nuestras condiciones de trabajo para que ellos ganen más y nosotros, cada vez menos.

Teniendo estos dirigentes, no hace falta mucho para que los intereses entre ellos y los trabajadores entren en conflictos. Viven como millonarios y a nosotros nos sobra mes a fin de sueldo. Sin embargo, no podemos confundir tensiones, descontento y bronca con que ya existan las condiciones para superar a esos dirigentes burócratas y vendidos. Y por esto cobra mayor peso tener en claro en qué situación estamos para poder enfrentarlos y obligarlos a que dejen sus sillones.

Los autores de “¿Quién habla?...” afirman a continuación que “parecería que nos encontramos ante una situación imposible de resolver… ¿Es posible sortear esta encrucijada? ¿De qué modo?” y entre otras cosas dicen “éste es uno de los grandes desafíos que nos quedan por delante… Ampliar las redes, sostenernos también en otros puntos de apoyo, otras organizaciones”. [6]

La encrucijada es posible de resolver con la participación activa de los trabajadores. Como dijimos anteriormente, con mayoría de mujeres jovenes, no tenemos dudas que miles de trabajadoras de call center participaron en su momento de la lucha por la conquista por el aborto legal. Pero lo hicieron de manera aislada. Cabe preguntarse, ¿Qué hizo el gremio de comercio por desarrollar esa lucha dándole protagonismo a las mujeres para que se debata en lugares de trabajo como intervenir con fuerza en esta importante lucha?

Si nada sucedió, no es porque las trabajadoras no lo quisieran, sino que sobre ellas pesa una burocracia podrida que actúa como contención al desarrollo de la organización. ¿Hasta dónde hubiera llegado la marea verde si los sindicatos hubieran tomado medidas efectivas? ¿Por qué Foetra no tuvo ninguna acción contundente para unir la fuerza en las calles a miles de compañeras mujeres, jóvenes trabajadoras de call center?

Es claro que la política de estos sindicatos no busca la alianza con otros sectores, como tampoco resolver ninguna encrucijada. El objetivo de la burocracia es conservar, no transformar. Por este motivo es que necesitamos recuperar estas herramientas de lucha. Veamos a continuación dos casos importantes que se dieron en call center para pensar qué hace falta para ir por más.

De luchas testigos, multinacionales y desafíos

De los constantes conflictos en el sector por los ataques a los trabajadores, los teleoperadores dieron respuestas en todos estos años: Marchas, cortes de calle, tomas de edificios, desconexiones y exigencias de todo tipo.
Hablamos de dos conflictos. El primero en 2005. En las oficinas de ATENTO en CABA, comenzó con la pelea por la reincorporación de trabajadores despedidos. En aquel momento si bien ATENTO pertenecía todavía a Telefónica y trabajaba exclusivamente para esta empresa, la misma actuaba como una tercerizada. Asambleas permanentes por parte de los trabajadores de ATENTO que se encontraban bajo convenio de Comercio, toma del edificio, movilizaciones, exigencias a Foetra, pelear por hablar en asambleas de Foetra donde algunos dirigentes no les daban voz, su lucha fue un ejemplo y le arrancaron a la multinacional Telefónica 31 reincorporaciones y el reencuadramiento bajo el convenio telefónico en vez del de comercio. [7]

ATENTO hoy sigue funcionando en nuestro país. Desde 2012 pertenece al fondo de riesgo de capitales Bain Capital, fundado por Mitt Romney, ex-candidato a presidente por el Partido Republicano en 2012. Fue quien desembolsó $1.051 mil millones de euros.

El otro gran momento se dio en Rosario, durante el 2021, en el call center de Hey Latam (actual Rectuel).[8] Mientras sus dueños vacacionaban en Miami y sus ganancias crecían, los trabajadores del call realizaban campañas para el Grupo Clarín, American Express y Unicef. Estos patroncitos de estancia creyeron que podían vaciar la empresa y salirse con la suya. ¿La consecuencia? 300 familias quedarían en la calle de un día a otro. A pesar de todo pronóstico y ante la sanción de una quiebra trucha, y a pesar de la burocracia de Comercio, los trabajadores tomaron las oficinas de forma pacífica para evitar el vaciamiento y resguardar sus fuentes de trabajo. Coordinando con trabajadores de otros sectores, tomaron la tradición de MadyGraf y Zanón que llevan 20 años de gestión obrera y defendieron sus puestos de trabajo. Venían movilizados hacía bastante tiempo, buscando apoyos de familias desocupadas, de trabajadores ocupados y estudiantes.

A pesar de encontrarse en situaciones muy diferentes, los trabajadores tienen la capacidad de dar respuestas que muestran predisposición de defender realmente sus fuentes de trabajo (como la toma del edificio para frenar totalmente el servicio y la toma de oficinas para resguardar puestos de trabajo y máquinas) y la búsqueda activa fuera de sus establecimientos de trabajo.

La enorme lucha que dieron (y en el caso de Hey Latam siguen dando), fue en respuesta a ataques de las empresas. Estas encontraron rápidamente apoyo de los gobiernos (tanto de Nestor Kirchner y en 2021 del gobierno provincial y la justicia rosarina). Los trabajadores debemos debatir cómo profundizar la lucha, y buscar alianzas con otros sectores, para que las próximas peleas nos encuentren preparados.

A modo de conclusión

Vimos lo que para muchos forma parte de su cotidianidad. Cómo se conjugan en una misma “industria” como call center, variadas formas de trabajo que se desarrollan bajo el impulso de los más variados gobiernos que son creadores de trabajo precario y mano de obra barata para multinacionales. Contra toda idea de justicia social, la proliferación de call center que actúan como verdadero picadero de carne joven que si no termina con licencia psiquiátrica es despedida. Sin embargo, frente a un panorama difícil que se agrava por el virreinato del FMI con el Frente de Todos, no todo son malas noticias. Dos grandes ejemplos, entre muchos otros que no salen en los medios, muestran un camino.

La lucha por recuperar nuestras organizaciones sindicales necesita de preparación y fuerza, dentro, pero también fuera del sindicato. Fuertes agrupaciones de trabajadores, independientes (es decir, que no tengan las manos atadas por compromisos con ningún gobierno o empresario) que puedan actuar fuera de la vista de los jefes y supervisores y de los delegados buchones, por la unidad entre trabajadores de call center tercerizados y efectivos sindicalizados en Foetra. Esta apuesta es la que por ejemplo defienden los trabajadores telefónicos de la agrupación Violeta en Foetra, principal oposición a la conducción ligada al Frente de Todos, donde participan militantes socialistas revolucionarios del PTS en el FIT y trabajadores independientes, agrupación presente en 2005 junto a los precarios de ATENTO.

En el camino de esta lucha, pero también por todas las demandas que tienen hoy los trabajadores, muchos que tienen su primer o segundo laburo, buscan espacios de organización. Y hoy es necesario que sean lejos de la vista de los supervisores y delegados vendidos. Para esto en las Casas Culturales Socialistas del PTS se realizan encuentros todos los meses asambleas abiertas para debatir y tomar medidas para difundir ideas y salir a las calles.

La defensa de los puestos de trabajo, por el fin de la flexibilización laboral, por ejemplo, pueden unir a teleoperadores de call y telefónicos, pero existe fuerza para ir por mucho más. Es necesario poner todos los avances de la ciencia que usan para explotarnos, al servicio de nuestro intereses. Por qué no discutir en lugares de trabajo y asambleas de todos estos sectores para salir a las calles exigiendo la reducción de la jornada laboral a seis horas de trabajo, cinco días a la semana, donde todo trabajador cobren igual que la canasta básica familiar, sin que se afecte el salario, absorbiendo a todos los trabajadores desocupados en perspectiva de lograr el reparto de las horas de trabajo.

Cómo dice Pablo Anino en Ideas de Izquierda, “la reducción de la jornada laboral y el reparto de las horas de trabajo exigen, no solo, obviamente, una lucha organizada de la clase trabajadora, sino que incluso su conquista parcial, hará necesario un control de los trabajadores en los lugares de trabajo para evitar las previsibles maniobras patronales. La conquista duradera y generalizada, necesariamente, planteará la lucha por un gobierno de trabajadores”. [8]

La apuesta de los trabajadores de call que enfrente todos los problemas que existen hoy, como mostramos, estará en mejores condiciones y podrá contar con mayores fuerzas si busca no solo espacios de debate colectivos, donde participen otros sectores, sino y fundamentalmente si busca tender un puente entre los problemas de hoy con soluciones de fondo.

Bajo el capitalismo el desarrollo tecnológico es usado para sacarnos hasta el último segundo de trabajo, terminamos siendo apéndices de una máquina controlada por ellos. Nuestra generación tiene el enorme desafío no solo de responder a los ataques de los empresarios y el gobierno, sino también el de construir la fuerza social que sea capaz de plantear un cambio social de raíz, para poner todo el conocimiento científico, lo más avanzado de la ciencia y la técnica al servicio de construir otro orden social, una sociedad socialista. La posibilidad o no de este tipo de transformación está en manos de los trabajadores. Una fábrica u oficina puede funcionar sin patrones, pero sin trabajadores no. De ahí nuestra fuerza: habrá que hacerla valer.

*Enzo es un nombre utilizado para resguardar la identidad de la persona que escribió el artículo frente a la persecución laboral.


VER TODOS LOS ARTÍCULOS DE ESTA EDICIÓN
NOTAS AL PIE

[3Entre las leyes que podemos citar se encuentran la ley de Defensa del Consumidor (Ley Nro. 24.240) que se sanciona en el año 1993. En el año 1995 se sanciona la Ley número 24.465, que reforma aspectos de la Ley de Contrato de Trabajo (Ley 20.744), luego la Ley número 25.013 sancionada en el año 1998 sobre la competencia empresarial y en el año 2000 se sanciona la Ley de Protección de Datos Personales (Ley 25.326). Tomando a Carlos Walter Espinoza en ‘Inestabilidad laboral: El caso de los Call centers’, podemos dar cuenta también de la sanción de la Ley de Empleo (24.013) y la sanción en el 2000 de famosa Ley Banelco (25.250), una ley votada a partir de sobornos para aprobar una mayor flexibilización laboral durante el gobierno de Fernando De la Rúa.

[5Quién habla? Lucha contra la esclavitud del alma en los call centers. Tinta Limón, 2006. pág. 183

[6Quién habla? Lucha contra la esclavitud del alma en los call centers. Tinta Limón, 2006. pág. 183
COMENTARIOS
CATEGORÍAS

[Juventud ]   /   [Juventud precarizada]   /   [Call center]

Enzo