Nadia Calviño ex-ministra de Economía del Gobierno “progresista” de Sánchez ha dado un tremendo espaldarazo a las políticas militaristas y belicistas de la UE desde su nuevo cargo como presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Para ello ha roto todos los diques de contención respecto de las limitaciones que existían para que el BEI ponga todo su arsenal financiero al servicio de las políticas guerreristas de la UE.
Juan Carlos Arias @as_juancarlos
Martes 16 de abril
El pasado viernes, Nadia Calviño presentó a los ministros de finanzas de los Estados miembro de la UE (Ecofin) los planes del BEI para facilitar el “bazooka” financiero que se viene demandando desde Bruselas, para alcanzar el mínimo del 2% de inversión militar exigida por los USA a los países de la OTAN. Un rearme militar que en muchos países europeos ya supera con creces el 2% exigido y que se enmarca en una política de rearme imperialista sin precedentes, de la que los países de la UE son auténticos entusiastas y protagonistas sin excepciones, incluido el Gobierno neoliberal “progresista” de coalición en el Estado español de Sánchez y Sumar, al igual que lo fue antes cuando estaba Podemos en el gobierno.
Basta con recordar el elevado coste en gasto militar de los presupuestos de 2023 con una subida del 26% que fue aceptada sin rechistar por Podemos y sin mayores problemas cuando estaba en el Gobierno de coalición. Un escandaloso y sangrante 26% de aumento del gasto militar para 2023, pero, sin contabilizar, además, muchos de los gastos relacionados con las actividades militares de todo tipo que no se incluyen en la partida principal de los gastos y que hace que aún sean más elevados los costes militares reales invertidos con esa finalidad militarista en el Estado español durante 2023.
Mientras que otras partidas de carácter social fueron claramente disminuidas en los últimos presupuestos generales en comparación, ya sabemos y sufrimos en nuestras condiciones de existencia cómo se encuentra la inversión y el gasto en sanidad, educación o políticas sociales. Algo que no impide que ahora Podemos esté radicalizando su discurso para tratar de ganarse al electorado más radical de izquierdas y haya pasado a criticar el fuerte gasto militar a costa de reducir el gasto social del actual gobierno, en el que curiosamente ya no está.
Al mismo tiempo que Sumar sigue con su política de mirar hacia otro lado y mantener a toda costa el gobierno de coalición, más allá de alguna crítica velada para las cuestiones más sangrantes. Apuesta en definitiva por una política de ofensiva militarista e imperialista que pueden repercutir electoralmente en las próximas elecciones en Euskadi, Catalunya y las europeas y que pueden dejar muy maltrecho el horizonte electoral tanto de Podemos como del propio Sumar por ser cómplices de esas políticas guerreristas del Gobierno neoliberal “progresista” del PSOE de Sánchez y del que Sumar se hace corresponsable directo por estar en el Gobierno.
El BEI como arma financiera de destrucción masiva
Las intenciones del BEI expresadas directamente por Nadia Calviño sin rubor alguno el viernes pasado, pasan por eliminar la restricción actual existente que obligaba hasta ahora al BEI a que al menos la mitad de sus proyectos financiados lo fueran en el ámbito de lo civil.
La propuesta consiste en eliminar cualquier limitación porcentual sobre la inversión financiera en gasto militar. Pero eso sí, para no parecer tan siniestros se va a abrir la posibilidad de exigir que una parte, por pequeña que sea, de las inversiones que se vayan a sostener desde el BEI, puedan tener un uso no militar. Se puede ser más cínico, pretenden suavizar el cambio destacando que alguna inversión no militar podría caer, pero vamos que si se destina todo a gasto militar, tampoco va a pasar nada. Esas son las bases estratégicas de la nueva orientación del BEI en su política de inversión financiera.
Un instrumento financiero que, por lo tanto, se pone alineado absolutamente al servicio de las necesidades de la inversión militarista de la UE para el desarrollo de sus políticas imperialistas, en un contexto de continuas declaraciones belicistas por parte de muchos de los dignatarios europeos e incluso por el propio representante de su política exterior, Borrell, que no hace mucho se despachó con unas declaraciones que incidían en el elevado riesgo de que pudiera llegar a producirse una guerra de carácter mundial y para la que habría que prepararse aumentando los arsenales militares en Europa.
Es cierto que todavía los cambios propuestos por la dirección del BEI todavía tienen que ser aprobados por sus órganos de Gobierno. Sin embargo, esto no va a suponer ningún escollo. Los miembros del Ecofin manifestaron durante la reunión explicativa de los planes del BEI su mayor satisfacción y regocijo con lo expresado por Nadia Calviño, incluido el representante del Gobierno “progresista” de Sánchez y Sumar. “Nadie ha puesto problemas” fue la frase taxativa enunciada por representantes del BEI. Algo que además fue corroborado por el vicepresidente económico Valdis Dombrovskis y por el ministro español Carlos cuerpo, que se sumó al regocijo generalizado. Sin que haya habido reacción a este respecto a día de hoy por parte de Sumar, tampoco Podemos ha señalado nada en este sentido sobre este importante acuerdo financiero.
Esto supone un espaldarazo a la política militarista de la UE sin precedentes y garantiza su aprobación en el seno del BEI puesto que los accionistas del principal brazo financiero de la UE son los propios Estados y son estos los que tienen que dar el visto bueno en los órganos de gobierno internos que se reunirán durante el mes de mayo para eso, pero que ya han recibido todo el beneplácito posible las medidas indicadas.
Otras medidas que pretenden garantizar la vía libre para la inversión del BEI en gasto militar a escala europea es permitir que los bancos comerciales que colaboran con el BEI —ya que desarrolla sus políticas financieras utilizando la red de bancos privados comerciales como hace el ICO— puedan usar las líneas de financiación compartidas para dar créditos a pymes de la industria de defensa. Otra vía de agua a través de la que colar el dinero público hacia el desarrollo y los grandes negocios y beneficios de la industria belicista en este caso hacia las pymes del sector y de paso incrementar el negocio financiero de los grandes bancos que también se llevan tajada de todo esto.
El BEI, increíblemente, haciendo algo que hasta ahora nunca había hecho para ningún tipo de inversión, va a abrir una “ventanilla única” para facilitar al máximo la comunicación con las empresas del sector para que se vean beneficiadas de estas líneas de financiación para proyectos de seguridad y defensa. Incluso se creará un grupo de trabajo específico para la gestión exclusiva de este tipo de solicitudes.
En palabras de la propia Calviño: “intensificaremos y aceleraremos nuestro apoyo a la industria europea de seguridad y defensa”. Y añadió: “ como brazo financiero de la UE, debemos contribuir a garantizar la paz y la seguridad de Europa. El plan de acción puesta en marcha hoy mejorará las condiciones de financiación de los proyectos europeos”. La ex-ministra que durante su estancia en el Gobierno de coalición “progresista” se caracterizó por ser la más fuerte defensora de los recortes y las políticas de austeridad respecto a los gastos sociales, o defensora de la barra libre de los despidos baratos, ahora se sube al caballo de la generosidad desbocada para los gastos armamentistas, todo ello a costa, sin duda, de las próximas reducciones en gastos sociales que llegarán más pronto que tarde una vez tengan que aplicarse las políticas de disciplina presupuestaria que la UE pretenden implementar de manera muy destacada en el Estado español para reducir la deuda pública y contener el déficit.
Deuda y déficit público generado en su mayor volumen por el dinero gastado en el salvataje empresarial aplicado durante la pandemia mediante las políticas de socializar pérdidas y privatizar beneficios que aplicó de manera desmedida el Gobierno neoliberal “progresista” de coalición. Mientras el llamado “escudo social” no impidió ni las colas del hambre, ni los desahucios, ni la precariedad laboral ni, por supuesto, la fuerte brecha social que se ha abierto entre los más ricos y las clases más humildes en este período, como atestiguan todos los informes sociales sobre el riesgo de pobreza en el Estado español.
El BEI que es una enorme herramienta financiera, cuenta con más de medio billón de euros en activos, se ha puesto de manera absoluta al servicio de las políticas militaristas e imperialistas de la UE, algo que no nos puede sorprender, pero sí hacer patentes las políticas que todos los Gobiernos de la UE, sin distinción ideológica, están planteando y defendiendo como alternativa a la situación prebélica en la que estamos inmersos y que refleja la lucha intercapitalista por mercados y recursos que nos puede llevar al desastre y a la debacle mundial y, por lo tanto, ante la que los activistas y luchadores antimilitaristas y anticapitalistas no podemos permanecer impasibles.
Hace menos de un mes nada menos que catorce países de la Unión, entre ellos los más poderosos (Francia, Alemania e Italia) enviaron una carta al BEI exigiendo algunos avances en el sentido en que se han planteado el viernes pasado. A partir de aquí, Calviño se ha mostrado absolutamente complaciente a esos postulados, por algo fue nombrada, y ha dejado claro su convencimiento destinado a “reforzar a la industria europea de defensa y nuestra capacidad disuasoria”
Por otra parte, los desequilibrios financieros de la economía española junto a la aplicación de las medidas disciplinarias de política fiscal que van a ser exigidas desde Bruselas al Estado español van a llevarnos a un ajuste fiscal difícil de asumir para amplios sectores de la mayoría social. Nuestras cuentas deberán dejar atrás abruptamente el déficit primario —sin contar los intereses de la deuda— para arrojar un excedente cercano al 1% del PIB, algo que solo es posible con fuertes incrementos de impuestos o recortes de gasto social difíciles de implantar por miles de millones de euros aún por determinar, dependiendo si el Gobierno se acoge al ajuste en cuatro o siete años.
Estas son cuestiones que se van a dilucidar en las próximas luchas de masas que se encaren en las calles y para las que debe levantarse un programa de emergencia política y social sobre la base de la autoorganización, el frente único de lucha y la independencia de clase, con una orientación antimilitarista, anticapitalista y socialista, que pueda dar respuesta y una salida a la situación de expansión militarista y al callejón sin salida al que nos aboca la carrera armamentística iniciada en el seno de la UE y el resto de estados imperialistas.
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Juan Carlos Arias
Nació en Madrid en 1960. Es trabajador público desde hace más de 30 años y delegado sindical por UGT de la Consejería de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid. Es columnista habitual de Izquierda Diario en las secciones de Política y Economía. milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.