Donald Trump sigue desafiando los limitados acuerdos ambientales de los últimos años. En las últimas horas anunció que el país que más ha contribuido al calentamiento global, deja el Acuerdo de París.
Jueves 1ro de junio de 2017
Se confirmó lo que muchos esperaban. A pesar de la campaña que venían haciendo el resto de los países del G7, China, el papa Francisco , la ONU, el partido demócrata, movimiento ambientales y hasta su propia hija Ivanka Trump, Donald Trump decidió sacar a Estados Unidos del acuerdo de París.
El Acuerdo se había firmado durante el mandato de Barack Obama, quien lo había definido como "mejor oportunidad para salvar al planeta”. La meta entonces era que Estados Unidos reduzca para 2025 las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 26 y un 28 por ciento respecto a los niveles de 2005. Junto a otros pactos, el objetivo es mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2°, una meta aún así criticada por científicos que lo consideran insuficiente.
El acuerdo es cuestionado, en especial porque no asegura que los firmantes cumplan con el mismo. Uno de sus puntos centrales consiste en “contribuciones previas determinadas por el nivel nacional” declarado por los Estados. La reducción de emisiones de gases de efecto de invernadero no son vinculantes, sino que dependen de cada país, sin mecanismos de revisión o sanciones en caso de no respetarlas.
Estados Unidos siguió liderando los índices de contaminación y emisión de gases, pero Trump ha decidido dar otro paso adelante. Su política, como analizamos en este medio, priorizó los intereses de los grupos ligados a los combustibles fósiles, deshaciendo medidas destinadas a proteger el medioambiente y mitigar el calentamiento global.
Se suma así a un breve lista. Sólo dos países habían quedado afuera del acuerdo de París: Siria y Nicaragua. Ahora son 196 países acuerdan con la “estrategia multilateral contra el Cambio Climático” de las Naciones Unidas.
Hace pocas semanas, en exclusiva para La Izquierda Diario, el reconocido intelectual John Bellamy Foster había marcado con preocupación las tensiones que se viven en el planeta. Allí señalaba que “ahora que Trump está dejando de lado el Plan de Energía Limpia de Obama, estamos aprendiendo qué diferencia existe entre medidas que son simplemente insuficientes pero no cortan la posibilidad de seguir aumentando nuestras acciones para contener el cambio climático y políticas que en realidad nos llevan hacia atrás y amenazan con eliminar por completo lo que James Hansen ha llamado “la última oportunidad para la humanidad. Con Washington abandonando el Acuerdo de París de facto o de jure, existe el peligro de que todo se desmorone”.
