En un año la canasta de indigencia subió 277,4% y un hogar de dos adultos y dos menores necesitó $393.319 para no ser indigente, según el Indec. El poder de compra de los salarios se desplomó por la inflación. Es necesario ponerle un freno al ajuste en curso.
Viernes 12 de julio 19:09
Según el Indec, una familia de dos adultos mayores y dos menores necesitó $873.169 para no ser pobre en junio, publicó este viernes el organismo. El dato de la Canasta Básica se conoció el mismo día que se publicó la inflación de junio, que volvió a aumentar a 4,6% y acumula en lo que va del año 79,8%.
Por su parte, una familia conformada por dos adultos y dos hijos menores requirió ingresos por $393.319 para cubrir las necesidades mínimas alimentarias y no estar en la indigencia.
#DatoINDEC
Un hogar de cuatro integrantes necesitó $873.168,77 para superar el umbral de pobreza en junio de 2024: 2,6% más que el mes previo y 275,7% interanual https://t.co/VVMNZEiCGp pic.twitter.com/vBeZzuN3SP— INDEC Argentina (@INDECArgentina) July 12, 2024
La Canasta Básica Total (CBT, que se usa para medir la pobreza) aumentó 2,6% con respecto a mayo, por lo que lleva una variación acumulada del 76,1% en 2024 y alcanza una variación interanual del 275,7%, es decir que en un año subió por encima de la inflación. Por su parte, la Canasta Básica Alimentaria (CBA, estima la indigencia) registró un incremento de 1,6% en comparación con el mes anterior, en los primeros seis meses acumuló 63,4% y la interanual llega a 277,4%, también por encima de la inflación.
La canasta que realiza el Indec no termina de abarcar todas las necesidades de una familia para llegar a fin de mes; por ejemplo, excluye el gasto de alquiler. En tanto, la Junta Interna de Ate Indec estima una canasta de consumos mínimos que alcanzó los $1.309.303 en mayo. Según los trabajadores del organismo, ningún trabajador debería ganar menos de esa suma.
La inflación destruyó los ingresos de las familias trabajadoras, así un hogar que cobra dos salarios mínimos (en mayo fue de $234.315,12) no cubrió la canasta de pobreza. El ajuste que festejan Milei y Caputo es una máquina de arrastrar millones de personas a la pobreza.
Es urgente una suba de emergencia para los trabajadores formales, informales, desocupados y jubilaciones y por la actualización automática frente a la inflación. La CGT y la CTA deberían ponerse a la cabeza de un plan de lucha para enfrentar el ajuste de Milei, el FMI y los gobernadores.
Junto con medidas de emergencia que garanticen el nivel de vida del conjunto de las mayorías trabajadoras, es necesario luchar por medidas de otra clase para combatir la inflación, como el desconocimiento soberano de la deuda, la nacionalización de la banca y el comercio exterior bajo gestión de los trabajadores para atacar la fuga de capitales y las remesas de utilidades de las grandes empresas al exterior que debilitan la moneda nacional.
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