El dato aparece en un informe de Unicef y se refiere a la selva del Darién, ubicada entre Colombia y Panamá. La situación de miseria y violencia social y política en sus países obliga a cada vez más latinos a migrar de manera desesperada. Miles de menores deben soportar viajes en condiciones inhumanas sometidos a mafias, carteles de drogas y de trata de personas y a las políticas represivas de los gobiernos locales y sus policías.
Martes 12 de octubre de 2021 10:16
Ubicada entre Colombia y Panamá, la selva del Darién es uno de los lugares más peligrosos para los migrantes que intentan llegar a Norteamérica. La espesa vegetación impide a veces ver el sol, hay animales salvajes -incluso serpientes venenosas-, ríos caudalosos y grupos criminales.
Cerca de 19.000 niños atravesaron en lo que va del 2021, a pie y algunos solos, la peligrosa selva del Darién, entre Colombia y Panamá, para llegar a Estados Unidos, advirtió este lunes el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), una cifra que marcó un "máximo histórico" de menores migrantes.
El número de niños que cruzaron la selva del Darién "ha alcanzado su máximo histórico", pese a ser "uno de los lugares más peligrosos para los migrantes que intentan llegar a Norteamérica", precisó un informe de esa agencia de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
La cifra es "casi tres veces más que el número registrado en los cinco años anteriores juntos", afirmó Unicef. La mitad de los 19.000 son menores de cinco años.
La "afluencia tan creciente" de niños migrantes por el Darién "debería ser tratada urgentemente como una grave crisis humanitaria por toda la región", denunció Laurent Duvillier, jefe regional de comunicación de Unicef para América Latina y el Caribe, e instó a los gobiernos a garantizar la protección de los niños durante su viaje y a coordinar una respuesta humanitaria.
El llamado Tapón del Darién, zona selvática de 266 kilómetros, donde la espesa vegetación impide a veces ver el sol, hay animales salvajes -incluso serpientes venenosas-, ríos caudalosos y grupos criminales, se convirtió en corredor para los migrantes irregulares que tratan de cruzar América Central y México, desde Sudamérica a Estados Unidos.
La agencia de ONU alertó sobre los enormes peligros que enfrentan en la travesía y señaló que muchos sufren diarreas, enfermedades respiratorias, deshidratación y otras dolencias que requieren atención médica inmediata.
"Semana tras semana más niños mueren, pierden a sus padres o se separan de sus parientes durante este peligroso viaje. Es espantoso que los grupos criminales se aprovechen de estos niños", afirmó la directora de Unicef para América Latina y el Caribe, Jean Gough, citada por la agencia de noticias AFP.
Entre enero y septiembre de 2021, Unicef registró 20 casos de abuso sexual de niñas y adolescentes, y hay muchas más mujeres que denunciaron abusos sexuales durante el viaje. "En lo profundo de la jungla, el robo, la violación y la trata de personas son tan peligrosos como los animales salvajes, los insectos y la absoluta falta de agua potable", agregó Gough.
Unicef también advirtió sobre un aumento de los niños que cruzan solos el Darién. En 2020 ocho niños eran no acompañados, en 2021 fueron 153.
Huyendo de las condiciones de miseria social y la violencia parapolicial instigada por el estado en el marco de la llamada guerra contra las drogas diseñada por Estados Unidos en Colombia y otras partes de Sudamérica, miles de migrantes buscan llegar de manera desesperada a Estados Unidos. En el camino no solo deben sortear a las mafias locales y las redes de trata de personas, sino que si logran cruzar la selva de Darién les espera aún la represión estatal de las policías en cetroamérica y México.
Estados Unidos de la mano de Trump primero y de Biden ahora ha encontrado aliados locales para sus políticas antiimigrantes a cambio de concesiones mínimas. Así López Obrador se convirtió en uno de los principales escollos para los migrantes centroamericanos. Miles de personas que durante los últimos años organizaban caravanas para cruzar el territorio mexicano hoy se ven impedidas de hacerlo al encontrarse con la Guardia Nacional y la Policía de López Obrador que los expulsa en el acto o los envía a campos de encierro temporales evitando que lleguen siquiera a la frontera con Estados Unidos. Ese trabajo sucio que antes solo quedaba en las manos de la border patrol estadounidense ahora se va corriendo cada vez más al sur y no solo incluye a México sino que el gobierno de Biden ha comenzado a cerrar acuerdos con gobiernos de Centroamérica para "desincentivar" la migración, lo que a falta de una política que permita a las personas vivir dignamente en sus lugares de origen, no significa otra cosa que desplegar una brutal represión contra los migrantes y fortalecer políticas racistas y xenófobas contra ellos.
Con información de Telam