Un vergonzoso resultado arrojó el “Catastro Nacional de Campamentos 2022” que dió cuenta de que en Chile hay más de 1000 campamentos repartidos por el país, donde habitan casi 72 mil familias y en su mayoría son mujeres las que sufren la precariedad en su máxima expresión.
Jueves 27 de octubre de 2022
El ministerio de Vivienda y Urbanismo, encabezado por el PS Carlos Montes, junto al Banco Interamericano de Desarrollo, presentaron hace algunos días las cifras oficiales recolectadas por el “Catastro Nacional de Campamentos 2022”.
Los resultados de dicho catastro dejaron en evidencia cifras escandalosas sobre la realidad que viven millares de familias pobres en el país. Según cifras oficiales, la data de campamentos existentes en todo el territorio nacional alcanzan los 1091 y el número de hogares que habitan en ellos es de 71.961. A su vez en el periodo 2019 y 2022 el número de nuevos campamentos fue de 355, lo que representó 21112 nuevos hogares.
Concentración regional
Si bien la existencia de estos campamentos es una realidad en la mayoría de las regiones, son tres regiones las que concentran el mayor número de hogares: Valparaíso (255), Metropolitana (142) y Biobío (156). Otro dato importante es que el 75% de estos hogares se concentran en cinco regiones: Valparaíso (18405), Metropolitana (13392), Tarapacá (9300), Antofagasta (7384) y Biobío (7122).
Como se puede apreciar en los números, es la región de Valparaíso la que concentra las cifras más altas en todos los items, incluso en el número de nuevos campamentos Valparaíso llega a la impactante cifra de 71 nuevos asentamientos, muy por sobre los 59 de la región Metropolitana por ejemplo.
Pero también el factor migración ha impactado en el crecimiento de los campamentos sobre todo en algunas regiones. Según este nuevo catastro el 40% de los hogares de campamentos son habitados por familias migrantes, un 10% más que en el 2019 y estos hogares se concentran en un 89% en tres regiones: Metropolitana (31%), Tarapacá (27%) y Antofagasta (24%), donde cada región con mayor concentración destaca sus propias comunidades, en el caso de la Metropolitana es principalmente nacionalidad Haitiana, en Tarapacá: Boliviana y Antofagasta: Colombiana.
Precarización, bajos salarios y la feminización de la pobreza
Otro de los datos claves entregados por el catastro es la composición por sexo de las personas que habitan en los campamentos, donde el 51% de quienes viven en estas condiciones son mujeres (entre 25 y 34 años en su mayoría) y menores de edad ( entre 5 y 9 años mayormente). En esta cruda realidad destacan los hogares monoparentales (19%) que generalmente tienen a una mujer a la cabeza, cuestión que se puede observar en el dato de que un 22.5% del tiempo de las mujeres en hogares se utiliza en labores domésticas (9% de hombres), o en el 40.7% de cuidados de niñas, niños y adolescentes (13,6% de los hombres).
Otro dato relevante son los ingresos de estos hogares: un 48% de los hogares que habitan en campamentos reciben menos de $406371 pesos mensuales (promedio nacional 10%) y un 25% recibe menos de $270914 (promedio nacional 4%).
Dentro de las razones entregadas por las familias de porqué trasladarse a un campamento, el 55% señala que se debe a los bajos ingresos del hogar y un 47% a los altos costos de un arriendo, más abajo se ubican por cesantía (21%) y dejar de ser allegados (19%). Es decir, las tres principales razones para terminar en un campamento son de índole económica.
De conjunto todos estos datos muestran la precariedad en la que viven estas familias que son condenadas a condiciones extremas producto de las desigualdades que genera el sistema capitalista.
Mientras la miseria crece, la CChC exige más garantías para nuevos proyectos
Mientras el déficit habitacional crece, las inmobiliarias y constructoras exigen al estado que les facilite el negocio para asegurar sus ganancias.
Así lo dejó entrever hace solo unos días el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción, Antonio Errazuriz, quien alabó el trabajo que ha desarrollado el Ministro de Obras Públicas (Juan Carlos García) ya que según él, este se ha abierto a la renegociación de los contratos entre las constructoras y el Estado para el reajuste del valor de los costos apropósito de las alzas de los últimos trimestres y ha mostrado disposición a revisar toda el papeleo administrativo que se debe revisar antes de iniciar la construcción de los proyectos inmobiliarios.
Todo esto en el marco de las alertas que se activaron producto de la quiebra de dos emblemáticas empresas inmobiliarias y que han llevado al sector a pedirle al Estado que intervenga para evitar un efecto dominó.
Pero estas empresas están lejos de atender necesidades del pueblo trabajador, es más una de ellas es responsable del desarrollo del denominado “Sanhattan” en uno de los barrios más exclusivos de Santiago (Vitacura), lo peor de todo es que las propias autoridades de gobierno se han mostrado abiertas a discutir cómo abordar esta crisis, aun cuando han acumulado millones de ganancias por décadas o aprovechando el boom inmobiliario de hace algunos años, muchas de estas empresas crearon verdaderos guetos verticales como los de Estación Central, donde se acumulan miles de familias en pocos metros cuadrados con todos los riesgos que ello significa.