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Red Internacional
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Tucumán. Caso Lebbos: una trama de 13 años de encubrimiento

Tanto las pruebas aportadas como las numerosas contradicciones en que incurrieron algunos de los imputados apuntan a un enorme operativo de encubrimiento montado desde la propia gobernación de la provincia.

Lunes 25 de febrero de 2019

En el día de hoy se dará a conocer la sentencia a los primeros acusados por el femicidio de Paulina Lebbos, la estudiante de Comunicación desaparecida el 26 de febrero de 2006.

Roberto Luis Gómez es el único imputado como autor material del asesinato. Gómez fue imputado a partir del informe de una empresa de telefonía celular que identificó el chip del acusado en el teléfono de Paulina Leboos horas después de su desaparición.

Los cinco imputados por encubrimiento son Eduardo di Lella (ex secretario de Seguridad), Hugo Sánchez (ex jefe de Policía), Nicolás Barrera (ex subjefe de la fuerza), Héctor Brito (ex jefe de la Unidad Regional Norte) y Waldino Rodríguez (ex policía de Raco).

Durante el juicio también se denunció por homicidio a Cesar Soto, ex pareja de Paulina, y a Sergio Kaleñuk (hijo del secretario privado del ex gobernador José Alperovich), quien incurrió en numerosas contradicciones durante el juicio tras identificar su celular en la misma zona donde ocurrió el femicidio de Paulina.

Según las pericias, durante la mañana del 26 de febrero de 2006 se registraron varias llamadas de Kaleñuk con el secretario Di Lella y el subjefe policial Barrera, además de la custodia de Alperovich.

Recordemos que días después de la desaparición y asesinato de Paulina Lebbos, el ex gobernador José Alperovich manifestó públicamente que “estamos cerca de encontrar al verdadero asesino”, aunque desde entonces la causa no hizo más que embarrarse de la mano del fiscal Albaca, quien estuvo a cargo de la investigación entre 2006 y 2013. Su antecesor, Alejandro Noguera, fue apartado de la causa luego de haber sido fotografiado saliendo de la casa del entonces gobernador José Alperovich.

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Durante 13 años Albaca mantuvo la causa completamente paralizada, abriendo ocho hipótesis distintas y sin profundizar la investigación en ninguna. Como corolario, en diciembre de 2013 Albaca puso en duda que Paulina haya sido asesinado y apuntó contra la víctima. En un descargo, el fiscal sostuvo que existían tres hipótesis sobre la muerte de Paulina, 1) un ataque de asma combinado con el consumo de alcohol y, eventualmente, de sustancias tóxicas; 2) la práctica de la autoasfixia durante la masturbación y 3) la práctica de la asfixia con una pareja.

Acorralado por los pedidos de juicio político, Albaca presentó su renuncia para acogerse a la jubilación con el 82% móvil, renuncia aceptada por Alperovich. Al mismo tiempo la comisión de Juicio Político, controlada por el alperovichismo, desestimó los pedidos de juicio político formulados por sectores de la oposición.

El año pasado el ex gobernador, citado a declarar como testigo de la causa y amparado en los fueros de su cargo, respondió por escritos las preguntas de la querella, aunque de manera incompleta y contradictoria.

Aunque la hipótesis que apunta a los “hijos del poder” fue desestimada por la fiscalía desde la etapa de instrucción, las numerosas contradicciones en los testimonios de los imputados y el accionar del gobernador, sus funcionarios, y el conjunto de las instituciones del Estado encubriendo el crimen de Paulina, demuestran que la pelea por justicia por Paulina debe apoyarse en la más amplia movilización en forma independiente de las fuerzas políticas que garantizan la violencia institucional contra las mujeres.