En tiempos de cuarentena, hablamos con la medallista olímpica para reflexionar sobre el rol de los deportistas en la sociedad, la importancia de alzar la voz y sobre cómo el Covid-19 le dio un giro a su vida deportiva.
Leila Grayani @chinagrayani
Martes 5 de mayo de 2020 23:05
Cecilia Carranza junto a Santiago Lange: la dupla del oro olímpico en Río 2016, en plena competencia. Foto: Gustavo Cherro.
Corrían los primeros días de marzo cuando Cecilia Carranza llegó a Mallorca para disputar el Trofeo Princesa Sofía. La idea era seguir con la preparación de cara a los Juegos Olímpicos que iban a desarrollarse del 22 de julio al 9 de agosto en Tokio, y que ahora quedaron postergados hasta el próximo año.
La regatista cuenta que en España el clima era raro, incluso entre colegas porque algunos ya ni saludaban. Además, constantemente rondaba la idea de suspender la competencia. Pero con poca certeza de lo que estaba pasando, el equipo argentino alcanzó a navegar durante un día y medio hasta recibir el mensaje que cambió todo.
¿Cómo te enteraste de la suspensión del torneo?
Estábamos en el agua cuando nos llegó el mensaje. Ese día nosotros habíamos salido y algunos deportistas ya se estaban yendo por orden de las federaciones. Cuando volvimos la playa era un cementerio. De repente estaban todos los trailers con los barcos guardados y la gente recogiendo sus cosas.
Podemos decir que viajaste al futuro.
(Risas) Sí. Haber ido a España y ver cómo estaba la situación allá fue un shock. Tardé varios días en entender la verdadera problemática y su gravedad. Al principio, los amigos y rivales no me saludaban, me decían ’no te puedo dar un beso’. Aparte, no nos veíamos desde el viaje anterior (Australia) y lo típico era saludarnos, yo me preguntaba ¿a estos que les pasa? Fue de locos.
¿Qué cosas fueron cambiando desde ese día?
Habíamos determinado que no podíamos ni comer afuera, ni ir al gimnasio. Pero después, viste, también te sentís mal con vos misma. Yo decía cómo no voy a ir al gimnasio, tengo que entrenar, entonces un día me mandé a escondidas y se enteró Santiago (Lange), mi compañero de equipo, y se enojó con razón. Es que al principio era toda una novedad y ahora es obvio que no puedo ir. Pero eso también habla de cómo los deportistas muchas veces ponemos por encima de cualquier cosa nuestro objetivo y nos creemos como que nada nos va a pasar. Esto a mí me hizo reflexionar un montón. Hoy, las personas que tenemos la posibilidad de reflexionar y deconstruirnos, estamos prestando mucha atención a nuestras palabras. Las palabras o las frases que usamos los deportistas son muy de dejar la vida, que si no hay dolor no hay ganancia, y esta situación me hizo dar cuenta de eso.
¿Cómo venís llevando la cuarentena?
Ahora que ya estoy en mi casa y conseguí todo lo que necesitaba para entrenar, estoy muy bien, no me puedo quejar. Fui previsora y cuando me di cuenta de lo que se estaba viniendo me ocupé de tener todas las herramientas. Al principio, con bastante incertidumbre al igual que todo el mundo. Después me fui dando cuenta que la situación es compleja y obviamente que afecta en mi vida, pero entendí que tengo que estar tranquila y ocupándome solamente de lo que me puedo ocupar, mis cosas. Si bien técnicamente no puedo entrenar, puedo entrenar la parte física, mental y psicológica. Esto me agarra en un momento de mi vida donde después de los JJOO tengo otros objetivos y ganas de hacer otras cosas, así que pensando nuevos proyectos y proyectando para adelante.
¿Cómo imaginás tu vuelta a los barcos, al contacto con el agua?
El agua se extraña, es nuestro lugar. Es difícil estar lejos del agua para nosotros. Cuando estás ahí no mirás el reloj, el tiempo no es un factor. Mismo, la problemática diaria que hay que resolver, la picardía de los entrenamientos, el trabajo mental que hay que hacer. Todas cosas que son muy lindas y te caracterizan como deportista. Por otro lado, hace muchos años que mi rutina es esa -pienso ahora en voz alta- y creo que al final este espacio tampoco está mal. Desde hace un tiempo a esta parte estoy tratando de disfrutar otras cosas de la vida que no sean solo el deporte, entonces también creo que este espacio, a pesar de extrañar un montón la diaria, me está ayudando para trabajar en otro aspecto, en Cecilia persona.
Hablando de tus aspectos personales, hace poco hiciste un posteo sobre “el amor, la diversidad y la libertad”, ¿qué importancia tiene plantarse públicamente y hablar de estos temas?
Es importantísimo. Me terminé de dar cuenta el día que fui consciente que abrirme a hablar del tema iba a ayudar a otras personas. Yo, quizá, tengo una voz más fuerte que una persona que no es deportista olímpica, y probablemente tengo una voz más débil que una persona que hace deporte popular o una persona famosa por otra cosa. Entonces es importante hablar en todas las escalas porque siempre a alguien le vas a llegar. Estando en el lugar en el que estoy sé que puedo ayudar a bastante gente para que podamos elegir con libertad e incorporar la diversidad en nuestras vidas para que personas que sufrieron más, igual o un poquito menos de lo que sufrí yo tengan de repente una historia diferente a la mía y puedan vivir con menos peso y más libertad. Ahora vivo con menos peso y más libertad.
También hay un contexto que acompaña a hablar de todos estos temas, el feminismo.
Lo que me pasó con el feminismo es que tuve una historia y una personalidad, por el lugar en el que fui criada, muy de ir para adelante siempre sin importar lo que pase a mi alrededor. Entonces, si me mirás desde afuera, yo podría ser de esas mujeres que han logrado muchas cosas y quizás un ejemplo para que otras mujeres se animen a elegir con libertad. Fui criada en un contexto que me hizo muy fuerte sin darme cuenta de que había trabas. Recuerdo que mi lema era tengo que ganar con mucha distancia para que no haya ninguna discusión porque yo competía entre varones y todos me querían ganar pero en ese momento no lo entendía, ahora lo pienso y digo obvio, les daba bronca que les ganara una mujer y se sentían totalmente humillados, encima en un deporte con características muy físicas. Y cuando más me empecé a dar cuenta de la realidad fue cuando ya el debate era imposible de evadir. Lo que más me identificó fue cuando se empezó a hablar de hermandad y sorodidad porque la lucha no es por una, es por todas.
En tu bio de Instagram tenés una frase que dice “Aprendiendo de café y de teatro”, me gusta la combinación ¿Qué aprendiste de esas dos cosas?
Por un lado, Mica, mi novia, es actriz de teatro musical y me abrió un mundo nuevo. Imaginate que vivir en un barco es peor que vivir en un termo, para que te des una idea. Después de conocerla empecé a ir muchas veces al teatro, de hecho, ella dice que desarrollé un ojo crítico muy bueno. Por otro lado, hace un tiempo que me empezó a gustar el café especialidad entonces, como tengo la suerte de viajar mucho, a cada lugar que voy busco lugares donde se venda y me tomo mi cafecito especialidad y disfruto mucho ese rato para mí.
Volviendo a la cuarentena, mucha gente está dedicando tiempo a ciertas manualidades como cocinar, tejer, arreglar artefactos de la casa, pintar, etc ¿cuál es la especialidad de Cecilia Carranza en estos días?
De por si me doy maña para los arreglos del hogar, entonces hice alguna cuestión de electricidad. También cociné, me gusta y me estoy tomando más tiempo para eso.
