Hacia las elecciones generales de octubre, se reconfiguran las dos cámaras parlamentarias. ¿Qué cambios proyectan los resultados de las PASO de confirmarse en octubre? ¿Cómo quedarían el Senado y el Congreso? ¿Qué pasa con el debate del aborto legal? Columna de Géneros y Sexualidades en de El Círculo Rojo, el programa de La Izquierda Diario en Radio con Vos.
Celeste Murillo @rompe_teclas
Martes 20 de agosto de 2019 18:16
En octubre se eligen 130 bancas en el Congreso y 24 en el Senado. Las cámaras no se renuevan de la misma forma. Mientras la cámara baja lo hace por mitades, la alta sólo renueva un tercio de sus bancas, lo cual retrasa mucho más los cambios políticos. Justamente, esa es la función de la cámara más conservadora, que establece límites mucho más restrictivos a la ya recortada democracia. El senado es un “organismo cuya función es parte de un ‘sistema de contrapeso y frenos’ para balancear la representatividad más popular en términos relativos de la ‘cámara baja’, a favor de los sectores más privilegiados y conservadores”.
Si se confirmaran los resultados de las PASO, el Senado contaría con mayoría peronista, con mayor gravitación del “kirchnerismo puro”. Esto se da por la salida de figuras que se inclinaban hacia Argentina Federal y la virtual llegada de figuras como Mariano Recalde (CABA), Oscar Parrilli de Neuquén o Jorge Capitanich de Chaco.
A su vez, se especula que la exsenadora por Santa Cruz Virginia García, cercana a la Cristina Fernández de Kirchner podría ocupar la secretaría parlamentaria del Senado, un puesto clave. Esta concentración habría funcionado como compensación por los puestos cedidos por La Cámpora en la Cámara Baja en pos de incorporar otros sectores.
Con estos números, Cristina Kirchner accedería a la presidencia del Senado (que corresponde a la vicepresidencia de la Nación). La presidencia provisional quedaría en manos de Carlos Caserio, que lideró el bloque después del alejamiento de Miguel Ángel Pichetto, parte de la fórmula presidencial de Macri.
Los números de Juntos por el Cambio no son tan malos, considerando el resultado. Sin embargo, el bloque macrista se queda sin dos articuladores políticos como Ángel Rozas (UCR) y Federico Pinedo. La incógnita es, ¿cómo seguirá funcionado la coalición después de octubre?
Cómo quedaría el Congreso
En el Congreso, los principales cambios vendrán por la cercanía a una mayoría propia del Frente de Todos, con cerca de 123 bancas. Para sesionar, la Cámara necesita 130 escaños, lo que coloca a la fuerza parlamentaria del casi presidente Alberto Fernández cerca del quórum propio.
La mayoría sería fácil de alcanzar con los números, pero resta ver cómo funcionará esta gran coalición. Vale recordar que varios de los componentes del Frente de Todos fueron clave a la hora de aprobar leyes importantes de la actual administración. Con votos a favor, como el PJ de los gobernadores, ausencias como la de Daniel Scioli o abstenciones del Frente Renovador, se aprobó, por ejemplo, la reforma previsional.
Juntos por el Cambio logró renovar la mayoría de sus bancas y tendría cerca de 107 bancas. Sin embargo, nadie puede asegurar hoy si seguirá funcionando el interbloque PRO-Coalición Cívica-UCR. La campaña electoral terminó de erosionar una relación que ya venía sufriendo tensiones.
Cambiemos perderá figuras importantes como Emilio Monzó (que ya había anunciado su salida), articulador político e interlocutor con los bloques. Otro que sale es Nicolás Massot, jefe de bloque del PRO. Tanto Monzó como Massot fueron señalados por Sergio Massa como figuras con las que le interesaría dialogar un futuro bloque oficialista.
De lado del Frente de todos, la novedad será la presidencia de la Cámara de Sergio Massa. Su llega abre incógnitas alrededor de varios debates. La salida de varias figuras (como Kicillof, que asumiría como gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Mayra Mendoza, que lideraría la intendencia de Quilmes y Fernanda Raverta en Mar del Plata) es compensada con la ampliación la cantidad de bancas. Aunque se redujo nominalmente, La Cámpora conserva sus bancas y renovarían Máximo Kirchner, Luana Volnovich, Eduardo “Wado” de Pedro y Andrés “Cuervo” Larroque, entre otros.
Consenso Federal renovaría 4 de sus 5 bancas y el Frente de Izquierda apuesta a renovar dos bancas por la Provincia de Buenos Aires y pelea por la banca en la Ciudad de Buenos Aires con Myriam Bregman (actualmente legisladora).
¿Qué pasa con el aborto legal?
Después del rechazo del Senado a la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito volvió a presentar su proyecto de ley. La movilización masiva que acompañó la presentación, sin perspectivas de tratamiento, confirmó la vigencia del reclamo.
Ya existen proyecciones de una virtual votación en 2020. Se calcula que unas 115 bancas votarían a favor y 104 en contra en el Congreso y en el Senado se daría un resultado similar, con 36 votos en contra y 33 a favor. Lo más preocupante es que en la Cámara Baja ingresarán 34 legisladores o legisladoras que no tienen posición pública sobre el derecho al aborto.
Pero no se trata solamente de un problema de números. Por un lado, se instaló un discurso confuso (como el de Alberto Fernández, replicado por varias legisladoras y legisladores) de que la despenalización y la legalización son equivalentes. Miembros de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito ya aclararon en 2018, cuando se quería presentar una “tercera vía” intermedia que, “despenalizar el aborto significa eliminar los artículos que penalizan la práctica”, mientras que, “hablar de legalización significa hacerlo ley, es decir, que la garantía de la práctica esté dada por políticas públicas del Estado. Al haber una ley sancionada por el Poder Legislativo, hay una obligación por parte del Poder Ejecutivo de aplicación de esa ley. La legalización implica que el Ejecutivo tiene que implementar políticas para garantizar eso que es ley, en este caso: el aborto”. Poner un signo igual entre estas dos ideas no es inocente; es una forma de bajar las aspiraciones de un movimiento social y político.
¿Qué significa despenalizar? ¿Aplicar el Código Penal vigente desde 1921 sin judicializar los casos como sucede en muchas ocasiones? ¿Hacer cumplir el Protocolo de Aborto no Punible vigente desde 2012 y que desconocen la mitad de las provincias? ¿Es el camino para terminar con el aborto clandestino?
Incluso, aunque olvidáramos esta “confusión” y la “voluntad política” pudiera definir el tratamiento de leyes urgentes para la vida de la mayoría de las mujeres, las alianzas electorales juegan un papel crucial. Una persona clave del armado nacional del Frente de Todos es el gobernador actual de Juan Manzur, mencionado por diferentes fuentes como posible jefe de Gabinete. No hay que olvidar que Manzur, a comienzos de 2019, sometió a una cesárea forzada a Lucía, una niña de 11 años violada, y le negó el acceso a la interrupción legal del embarazo. Su perfil será insoslayable en cualquier gabinete y agenda parlamentaria.
De hecho, Juntos por el Cambio y Frente de Todos utilizaron una estrategia parecida para equilibrar en sus listas legislativas pañuelos verdes y celestes, con participación similar. En grandes distritos urbanos como la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, Córdoba o Santa Fe, ambas coaliciones fueron encabezadas por candidatos y candidatas verdes, leyendo correctamente el apoyo que existe a esa demanda. Al observar el mapa nacional, los pañuelos celestes tienen una presencia importante, sin no mayoritaria, como sucede en Tucumán, Santiago del Estero, San Juan, Tierra del Fuego, La Rioja, Catamarca o Corrientes. Junto a esto, el hecho de que no sea pública la posición de casi 40 nuevas bancas, ponen al aborto legal en territorio incierto. Estas diferencias geográficas no quiere decir que no existan candidatos y candidatas con una posición antiderechos clara en distritos verdes: es el caso del quinto en la lista de Diputados por la Ciudad de Buenos Aires, Eduardo Valdes, representante de Cristina Fernández de Kirchner en el Vaticano y amigo del Papa Bergoglio.
Los resultados de octubre terminarán de delinear el mapa. Pero existen distritos, mayoritariamente verdes, donde la disputa electoral entre los derechos de las mujeres y los sectores conservadores antiderechos es explícita. Es el caso de la Ciudad de Buenos Aires, donde la proyección de los resultados de las PASO, ubican la séptima banca en una disputa concreta entre Pablo Tonelli, diputado del PRO, que votó en contra del aborto legal, y Myriam Bregman del Frente de Izquierda-Unidad, firmante del proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Por peleas cercanas como estas, cobra importancia el planteo de la propia Myriam Bregman, de que todas las candidatas y candidatos hagan pública su posición sobre este tema clave de salud pública que afecta la salud de la mayoría de las mujeres.
Celeste Murillo
Columnista de cultura y géneros en el programa de radio El Círculo Rojo.