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Red Internacional
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Debate. Con tal de no democratizar la FUBA, la UJS-PO se la entrega a La Cámpora

Después de haber eliminado los congresos de la FUBA por siete años con La Mella, el PO se niega a iniciar un proceso estatuyente que la democratice como le proponemos desde la Juventud del PTS. Prefieren una alianza con La Cámpora

Jesica Calcagno

Jesica Calcagno @Jesi_mc

Martes 20 de noviembre de 2018 23:15

Cuando en el país se está jugando la vida y el trabajo de millones de laburantes porque el FMI de la mano de Macri inició un plan para arrasar con todo, la respuesta del PO sobre la FUBA da vergüenza ajena para cualquier lector de izquierda.

El poroteo de delegados para negociar una co-presidencia con La Mella los ubica en el pelotero de la rosca universitaria sosteniendo una FUBA vaciada y completamente intrascendente. En el mundo real avanza un saqueo de magnitudes históricas y el kirchnerismo se prepara como alternativa electoral adelantando que no romperán con el FMI, lo que equivale a decir que pagarían 115 mil millones por intereses de la deuda a costa del pueblo trabajador si llegan al gobierno (además de ser enemigos del surgimiento de cualquier activismo obrero y/o estudiantil que quiera superar a las burocracias).

Hay dos caminos muy claros: patear el tablero con un proceso estatuyente que ponga a la FUBA como organizador estudiantil para enfrentar el saqueo, o seguir haciendo acuerdos burocráticos con los que serán cómplices de él. Es parte del debate que les planteamos en la nueva carta ante la necesidad de construir un partido unificado de la izquierda revolucionaria.

¿Hay que cambiar algo o que siga todo igual?

La UJS “acusa” al PTS de querer “transformar la federación”. Tienen razón: nuestra propuesta de que los delegados a FUBA electos se pongan al frente de iniciar un proceso estatuyente tiene exactamente ese objetivo y esa es nuestra diferencia fundamental. La urgencia de esta alternativa la plantean la propia situación del país y la experiencia que hizo el movimiento estudiantil este año con tomas, asambleas y movilizaciones, con una “marea verde” de gran peso en la juventud que empezó a cuestionar al reaccionario senado y a la iglesia.

El PO parece dispuesto a todo menos a que la FUBA cambie y se democratice. Prefiere una alianza “hasta con La Cámpora” cuando Cristina Fernández acaba de anunciar que hay que unir los “pañuelos celestes y verdes”, para hacer una alianza con lo más de derecha del peronismo. ¿El PO quiere ser en la FUBA el ala izquierda del frente popular o “social y cívico” que propuso la ex presidenta?

La juventud del PTS pone toda su militancia para llenar los centros de estudiantes y la federación de trabajadores combativos y antiburocráticos para que confluyan con los estudiantes que están despertando a la lucha, discutiendo cómo enfrentar al gobierno y qué organización política necesitamos, junto a secundarios y terciarios, a cientos de jóvenes trabajadores a los que este sistema condena a una vida precaria y sin futuro. Unir lo que todas las burocracias dividen.

Apostamos a una nueva tradición del movimiento estudiantil combativa que rompa con todo corporativismo que lleva a luchas parciales por sector y separados. En el CEFyL dimos pasos en este sentido que son muy importantes, aunque los consideramos insuficientes.

El PO podrá sumar delegados y centros de estudiantes, y conformarse así con su mediocridad para mantener todo como está, mientras el programa que dicen defender no se expresa en nada de lo que hacen cotidianamente. Podrán hablar de triunfos electorales, mientras está mermando su fuerza militante y capacidad de movilización. Pero lo que callan es ¿cuál es su objetivo? ¿Sólo se trata de ocupar cargos y por eso vale cualquier alianza? Sino deberían clarificar para qué quieren la FUBA, y si debe ser transformada iniciemos un debate sobre qué cambiar y cómo hacerlo.

El PO y un auto-mandato hasta para eliminar los congresos

Para intentar explicar su ferviente oposición a nuestra propuesta de proceso estatuyente, el PO dice que iría en contra del mandato de más de 80 mil estudiantiles que votaron en las elecciones a centros de estudiantes. Veamos.

En un ataque repentino de “representatividad”, omiten que hace siete años son el propio PO y La Mella quienes directamente eliminaron los congresos de la FUBA, pasando por encima del mandato de miles de estudiantes. Frente a la crisis de no lograr quórum para elegir autoridades por el boicot de la Franja Morada, su opción fue… dejar todo como está, seguir administrando bares y fotocopiadoras y poner dos presidentes “a dedo” producto de un acuerdo burocrático.

Ni la “marea verde” ni el conflicto educativo los empujó a convocar un congreso extraordinario para fortalecer la lucha este año. Ahora que llega diciembre con las facultades vacías, al PO sí se le ocurre convocar un congreso para que participen sus delegados, Papa Noel y los renos (lo mismo que hacían antes de eliminarlos). Ya es una definición no organizar ni a un estudiante en la federación.

Su política se resumió en “patear” el problema por siete años hasta que el resultado electoral sea favorable para que la UJS-PO se autopreserve en la conducción, ahora sí, con algún tipo de legitimidad formal. Ya que Asiner habla de antecedentes anarquistas superados, sería interesante que nos explique en qué tradición histórica se han apoyado para defender esta anomalía ajena no sólo al marxismo sino a cualquier principio democrático elemental.

Pero hay más. El PO pone por escrito, casi “teorizando”, lo que vienen haciendo en los hechos con La Mella: que la FUBA es de los presidentes y las conducciones, no de los estudiantes para organizarse. Y si ni siquiera son presidentes electos como el propio Julián Asiner, también. Así lo afirman cuando se refieren a que “los organismos democráticos de la federación” surgen solamente de las “presidencias de centros y delegados que reúne cada fuerza”. Ni siquiera en sindicatos dirigidos por gente no amiga de la democracia sindical se animan a eliminar los congresos como tales. En la FUBA parece que sí.

Sólo una lógica limitada a las reglas que pone el régimen es capaz de contraponer delegados a FUBA y presidencias de centros al desarrollo de asambleas que involucren a cientos de estudiantes para que también decidan sobre el destino y el rumbo de la federación, empezando por el activismo surgido de las luchas de este año.

Estatuyente que democratice la FUBA para la lucha contra el saqueo

Nuestra propuesta apunta a que todas las agrupaciones que tengan representación en las presidencias de los centros y hayan obtenido delegados a FUBA, que quieran transformar la federación poniendo en cuestión la tradición y el modelo de la Franja Morada y sus aliados, convoquen a un congreso ordinario que tenga el único objetivo de iniciar un proceso estatuyente de la federación en el que delibere el movimiento estudiantil de las 13 facultades. Que discuta cuáles deberían ser los principios políticos y organizativos de la FUBA y las metodologías de funcionamiento, incluyendo el manejo de fotocopiadoras.

Estos ejes (y otros) se podrían debatir abiertamente mediante plataformas públicas de todas las agrupaciones y estudiantes independientes. Y si organizaciones como La Mella y La Cámpora se niegan a este llamado, tendrán que explicar al movimiento estudiantil entonces que su discurso “anti-Franja” o “anti-UES” es para una política electoral pero no para un modelo de federación distinto.

La mejor manera de defender la FUBA de la Franja Morada es si el movimiento estudiantil sienta otras bases de organización. Así, quien quiera atacarla no necesitará sólo sumar delegados, sino que deberá avanzar sobre conquistas construidas.

Hoy la FUBA está en una situación de extrema vulnerabilidad, porque se mantuvo igual a sí misma y con una política conciliadora por 17 años. Es hora de que el PO deje a un lado la calculadora, haga explícito cuál es el modelo que propone para la federación y diga cómo propone construirlo.

Para que triunfe una política de clase en el movimiento estudiantil, que tenderá a dividirse cada vez más con el desarrollo de la crisis económica, lo decisivo es la relación de fuerzas real que se construye todos los días. Los centros y federaciones podrían jugar un rol para fortalecer esa pelea si rompen con la rutina impuesta por el régimen.


Jesica Calcagno

Nació en Buenos Aires en 1984. Licenciada y profesora en Sociología (UBA). Acreditada en el Congreso.

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