Goleada en Boedo. Con un Lobo diezmado, el Ciclón aprovechó la oportunidad para seguir puntero

¿Cuánto tiene que ver en el rendimiento de un equipo jugar cuatro partidos en tres semanas con temperaturas que fueron in crescendo entre los 30 y los 40 grados? Obviamente, decir que ésa fue la razón de la derrota 4-0 de Gimnasia ante San Lorenzo este domingo, sería poco serio. Pero dejar ese aspecto de lado no estaría bien. Sobre todo porque el Ciclón venía de jugar de noche y cuenta con un plantel más “entero” que el Lobo, cuya realidad viene siendo retratada en esta columna.

Lo cierto es que en el Nuevo Gasómetro, a las 17 y con 40 de térmica, San Lorenzo recibió a Gimnasia y Esgrima La Plata. Y el calor, en definitiva, lo sufrieron los dos equipos. Y vaya un reconocimiento a las y los hinchas el Cuervo que le pusieron el pecho al clima y fueron a ver a su equipo. Aunque no llenaron las tribunas, el acompañamiento se hizo sentir.

Metida de pata

Los pibes de Gimnasia se plantaron desde el arranque frente a los muchachos de Boedo. A los seis minutos ya habían tenido dos acercamientos al área del arquero Augusto Batalla. Era San Lorenzo más bien el que se posicionaba expectante. Con un buen trabajo de Maximiliano Comba, los de La Plata encaraban.

A los 12 minutos Guillermo Enrique (a quien Sebastián “Chirola” Romero volvió a confiarle el puesto de delantero derecho) llegó muy jugado a disputar la pelota con Malcom Braida y terminó levantándolo por el aire. El árbitro Pablo Echavarría le sacó amarilla y el juego siguió normalmente. Pero un minuto después Fernando Espinoza (a cargo del VAR) lo llamó para que mirara la jugada. El referí lo pensó un buen rato y, finalmente, anuló la amonestación y le sacó la roja. Gimnasia se quedaba con diez cuando el partido recién mostraba el hocico.

La decisión del árbitro puede discutirse, pero lo cierto es que el Loco Enrique le dio flor de patadón al mediocampista azulgrana. Y tras la expulsión, lo que habían mostrado los pibes en ese cuarto de hora ya no pudo ser. El partido empezó a hacerse muy cuesta arriba para el equipo albiazul. Y San Lorenzo se dio cuenta de que aprovechando los espacios y sin perder la paciencia podía lastimarlo.

Gimnasia se retrasó en exceso y el local fue comiéndole terreno. Sin embargo, en casi todo el primer tiempo San Lorenzo se había apenas aproximado a la valla de Tomás Durso. A los 28 incluso Gimnasia pudo abrir el marcador con una muy buena jugada armada en el área rival entre Benjamín Domínguez, Cristian Tarragona y Alan Lescano. La pelota terminó en las manos de Batalla tras un disparo de Tarragona.

Pero con toque y paciencia San Lorenzo fue inclinando la cancha. A los 38 le llegó la oportunidad y no la desaprovechó. Un centro de Braida tras eludir a Bautista Barros Schelotto (quien había debutado una semana atrás) fue muy bien recibido por Andrés Vombergard, que saltó y la cabeceó fuerte y abajo, al palo derecho de Durso que se tiró pero no pudo hacer nada. Pese al 0-1, el primer tiempo dejó una buena imagen de resistencia de Gimnasia.

El penal que abrió la canilla

La segunda mitad arrancó con los equipos intentando aclimatarse tras el descanso. El calor no bajaba ni siquiera cuando una de las tribunas entregaba una buena sombra a casi todo el campo de juego. A los diez minutos Romero reemplazó a Ignacio Miramon y Maxi Comba por Antonio Napolitano y Tomás Muro. Pero no tuvieron tiempo de tomar ritmo. A los 11 Echavarría decidió cobrar un penal para San Lorenzo.

El agarre de Barros Schelotto al brazo de Braida existió. Pero lejos estuvo de desestabilizar al central de San Lorenzo, que terminó pateando al arco e hizo que Durso protagonizara una de las mejores atajadas del partido. El árbitro pitó poco después de que Braida ya había pateado. En cuestiones de interpretación, dicen que le asiste el derecho de cobrar si le parece. Para mayor calentura tripera, Adan Bareiro se la “picó” a Durso y la pelota entró lentamente por el centro del arco.

A los 19 Chirola hizo otros dos cambios. Afuera Domínguez y Tarragona, adentro Eric Ramírez y Franco Soldano. En el Lobo sabían que había chances de remontar el 0-2. A los 22 Ramírez recibió la primera falta. Carlos Sánchez lo bajó de un manotazo. Amarilla dijo Echavarría. Acá no hubo llamado del VAR para que el árbitro contemple una posible roja. Interpretaciones, que le dicen.

Los cambios mejoraron a Gimnasia, lo hicieron jugar más adelantado y se crearon algunas jugadas. Ramírez probó un par de veces desde afuera del área y eso preocupó a Insúa. Pero los pibes del Lobo tenían enfrente a unos inspirados Agustín Martegani, Jalil Elías, Braida y Vombergard. Y a los 32 Martegani picó desde mitad de cancha perseguido por el debutante Matías Bazzi (reemplazó al lesionado y de los pocos experimentados Matías Melluso), quien no lo pudo alcanzar en su entrada al área. Centro bajo al centro del área chica y el pie de Bareiro que no perdonó. Una vez más Gimnasia era agarrado mal parado y pagaba las consecuencias ante un San Lorenzo que saca chapa de puntero.

Menos de tres minutos después llegó el cuarto. Tiro libre pateado por Elías al centro del área. Eludiendo la posición adelantada, Gastón Hernández entró como pancho por su casa y tampoco perdonó al joven arquero albiazul que no llegó a achicar y se le metió por la izquierda. A esa altura del partido no parecía que San Lorenzo tuviera sólo un jugador de más. El desgaste de los pibes de Gimnasia fue tal que el debutante Bazzi terminó acalambrado.

Pensando en el desarrollo del partido, sobre todo del primer tiempo, el 4 a 0 es exagerado. Pero lo cierto es que San Lorenzo hizo cuatro y Gimnasia ninguno. Y ya hace tres fechas que no hace ninguno, piensa Romero, ahora ya enfocado en lo que viene: el clásico contra Estudiantes , el próximo domingo en el bosque y… ¡a las 16:30! Parece joda, pero es en serio.

Del lado de San Lorenzo, tal vez con decir que lleva siete triunfos al hilo como local, que ganó nueve de los once últimos once partidos y que es puntero con 16 unidades, alcance y sobre. Más allá de lo abultado del 4 a 0, sigue demostrando que no está primero de casualidad. Eso sí, Insúa y compañía saben que el torneo recién empieza (van siete fechas de veintisiete) y el camino es largo. Algo que también saben Romero y sus pibes, que tienen todo un futuro por delante.

Comentario final. Este sábado en la Ciudad de Buenos Aires la temperatura llegó a los 38,6 °, convirtiéndose en el calor récord para esta fecha de los últimos 117 años. Pero lejos de ser algo sorpresivo, la ola de calor no para desde hace semanas. ¿En qué están pensando los dirigentes de la AFA? Para ellos, queda claro, vale más el dinero que pagan las cadenas de transmisión televisiva que la propia salud de los jugadores.

Ah, y no te olvides. ¡Lolo Regueiro Presente! ¡Juicio y castigo a los asesinos y sus cómplices!