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Red Internacional
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Cultura. Congreso Argentino de Musicología 20/21: diálogos entre música, arte y sociedad

Una breve reseña de las temáticas y discusiones abordadas en una nueva edición de las jornadas de musicología sobre Argentina y América Latina

Sábado 14 de agosto de 2021 16:57

Se realizó virtualmente entre los días 9 y 13 de agosto, organizado por el Instituto Nacional de Musicología Carlos Vega, la Asociación Argentina de Musicología y la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba, que había sido elegida para hospedarlo de manera presencial antes que la pandemia forzase el cambio de formato.

Contó con casi 30 sesiones y mesas temáticas, con decenas de ponencias que abordaron cinco espacios temáticos: Música y género; Música y Nación; Folclore, tango y músicas populares; Música contemporánea y Música historia y performance. Entre los expositores se encontraron invitados de países como Chile, Uruguay, Colombia, México, Brasil y España.

La conferencia de apertura del Congreso estuvo a cargo de Pilar Ramos López (Profesora titular de la Universidad de La Rioja, España, Directora de la Colección Biblioteca de Investigación de la Universidad de la Rioja, secretaria del Consejo de Redacción de la revista Anuario Musical, y miembro del Consejo de Redacción de la Colección Monumentos de la Música Española). Fue titulada “Escribir hoy sobre la historia, la música y las mujeres” y abordó la problemática de género en la música. Ramos López habló de un “impacto” del feminismo en la divulgación y los manuales de musicología y una “feminización” de la misma. Lo planteó incluso para la musicología que se autopercibe como no feminista, que actualmente pone un énfasis mayor en el contexto histórico y social, y las situaciones en las que se crean las producciones estudiadas, y que necesariamente incluyen el rol de la mujer. En cuanto a las agentes de la música, expresó la contradicción de que mientras que se han incrementado los estudios sobre mujeres intérpretes, han disminuido aquellos sobre mujeres compositoras.

Las contradicciones en relación a la música y las cuestiones de género (que en Argentina también se expresan en una Ley que reglamenta la paridad de género en los escenarios pero que los empresarios de los grandes festivales no quieren cumplir), cruzaron transversalmente el Congreso. Es que al mismo tiempo en que se le da más reconocimiento formal al rol de las mujeres en la música y el arte, y se realizan más investigaciones en torno a esto, ese rol sigue estando limitado dentro de los marcos históricamente patriarcales y capitalistas que predominan en la producción y difusión de la música. Esto se muestra, como explicó Ramos López, en la disminución de estudios sobre las mujeres compositoras, pero también en el hecho de que la mayoría de las mujeres implicadas en las producciones musicales históricamente estudiadas, no figuran como compositoras o intérpretes, sino como coreógrafas, vestuaristas, etc. En este sentido también es para destacar ponencias como las de la mexicana Maby Muñoz, quien rescató a una generación de mujeres pianistas discípulas del compositor y director Carlos Meneses, quienes estaban completamente invisibilizadas en el estudio de las obras y el legado de dicho pianista, y Paloma Martín, quien incursionó en la identidad y los discursos de las mujeres en el tango vinculados a la marea verde en Argentina durante el 2018, entre muchas otras.

En el transcurso del Congreso también se desarrollaron exposiciones sobre estilos compositivos en América Latina y Argentina durante los s. XX y XXI, vinculados a diversos autores y sus contextos sociales. Entre ellas se encontró la ponencia de Daniel Halabán sobre Oíd, una interesante obra del compositor argentino Juan Pampín, compuesta a raíz de los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán por parte del gobierno de Eduardo Duhalde. Esta pieza toma como punto de partida el himno nacional, para de-construirlo y des-componerlo en una nueva obra para piano, procesamiento en tiempo real y video digital, con tintes sonoros tétricos y amenazantes, con los que Pampín busca denunciar esa falsa idea de unidad nacional que propone nuestro himno, para desglosarla en una realidad donde algunos ganaron con el avance del neoliberalismo y las privatizaciones, mientras que otros dejaron la vida luchando por una realidad más justa. Halabán tomó una cita de Pampín donde este declaraba que “Si quisiéramos rastrear el origen de esta desgracia, deberíamos quizás remontarnos a nuestra composición nacional original, a ese esperpento musical llamado Himno Nacional Argentino. Codificado en ese híbrido entre canción guerrera y polca, cual ADN de nuestra cultura, está el pedido de sangre que designaría para siempre nuestro destino catastrófico. ... En mi obra OID he buceado en las profundidades de esa construcción musical despiadada, intentando hallar su relación con el regreso cíclico de nuestras catástrofes nacionales, aquellas que vienen siempre acompañadas del pedido de masacre. La obra se enfoca en los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán a manos de la policía de Duhalde, quizás el hecho político más relevante de nuestra más reciente caída al vacío.”

Poner en cuestionamiento los símbolos artísticos del Estado burgués Argentino, al calor de una de las mayores crisis de su historia como fue la del 2001 y el asesinato de los piqueteros, da a la composición y a su análisis un valor incalculable y pone en discusión el valor social que puede tener la música para canalizar y expresar la bronca y el descontento social contra los avances más despiadados del capitalismo. Es muestra de un arte al servicio de los sentimientos y las necesidades sociales, bajo una estética compositiva distinguida y potente.

En ese sentido también se pusieron en valor a otros músicos y prácticas musicales con un rol social importante en la historia latinoamericana, como el caso del músico uruguayo, Marcos Velázquez, cantor criollo de la década de los setenta que se radicó en Chile, fue militante del Partido Comunista y participó de diversas campañas políticas y sociales. Otro caso vinculado a Chile en los setenta destacado el Congreso, fue el rol de la radiofonía a la hora de difundir nuevos géneros y estilos musicales,como el rock progresivo y el jazz fusión que enriquecieron a la vida musical chilena y latinoamericana, específicamente el caso del programa “Nueva Dimensión”, de la radio de la Universidad de Concepción, que fue pionero en su trabajo y fue destacado por el investigador Rodrigo Pincheira. También se trató el surgimiento, la difusión y la afirmación del rock y otros géneros populares en Argentina por la misma época.

Además se realizaron exposiciones centradas en estilos compositivos, generaciones y movimientos musicales, transtextualidades, obras de decenas de compositores, intérpretes y gestores culturales latinoamericanos durante los últimos dos siglos, como fueron los casos de la pianista brasilera Eunice Katunda, el compositor Argentino Jorge Horst, el guitarrista colombiano Gentil Montaña, entre muchos otros.

El Congreso también contó con un concierto de dos obras para contrabajo y clarinete: ...Otra vez… del ya mencionado Daniel Halabán y Gordo, gordo, gordo de Gabriela Yaya, con la participación de los intérpretes Eduardo Spinelli en clarinetes y Gustavo Aiziczon en contrabajo.

Finalmente, la conferencia de cierre estuvo a cargo del Dr. Samuel Araujo (Profesor Titular de la Escuela de Música de la Universidad Federal de Rio de Janeiro, Coordinador del Laboratorio de Etnomusicología, cofundador y expresidente de la Asociación Brasileña de Etnomusicología y miembro del Comité Director del Consejo Internacional para la Música Tradicional, órgano consultivo formal de la UNESCO). Se tituló “Etnomusicología en un mundo sin estaciones. Reflexiones acerca de la música, las artes y la convivialidad”. Se trató de una exposición sobre un trabajo social y musical en las favelas de Río de Janeiro, abordando las posibles contribuciones intelectuales y prácticas que una investigación interdisciplinaria sobre música puede presentar a las formas de convivialidad y retomando de esta forma el diálogo entre la música y las necesidades del pueblo trabajador. Recibió una mención por su parte Marielle Franco, concejala de la ciudad por el Partido Socialismo y Libertad, activista social en las favelas y asesinada en el 2018 por su militancia por los derechos de las mujeres negras y su denuncia de la violencia policial en los barrios pobres. La conferencia dió pie a pensar, en palabras de Araujo y de Adriana Cerletti, la presidenta de la AAM, si la creación artística, la labor investigativa de la musicología y la etnomusicología pueden vincularse a las necesidades sociales.

La pregunta planteada por Araujo y Cerletti, sumado a lo expuesto en otras ponencias como las versadas sobre Juan Pampín o Carlos Velasquez permiten profundizar el debate. En un mundo cruzado por la epidemia de la covid-19, los artistas e investigadores no pueden quedarse sin pensar con qué perspectivas se afronta la situación. Miles de trabajadores de la cultura se quedaron sin recursos para producir y estudiar, y se registra un aumento de la pobreza y el desempleo y una distribución cada vez más desigual de los recursos: Los pobres son más pobres y los ricos son más ricos. Mientras, los gobiernos nacional y provincial dan respuestas nulas o insuficientes. No puede darse un desarrollo pleno de las tendencias artísticas que enriquecen a la humanidad bajo tal sistema de desigualdad. Es imperante pensar una musicología crítica que considere las necesidades y las reivindicaciones de los artistas.

Los marcos del capitalismo no harán más que profundizar las contradicciones sociales y de género, y encorsetar el desarrollo pleno de las artes, marcado por la búsqueda de las ganancias para unos pocos empresarios. Esto no implica que todas las producciones culturales tengan que enunciar explícitamente un contenido anticapitalista, ya que muchas obras pueden estar imbuidas o inmersas en la conciencia sin tener que declarar nada ni ser un panfleto o un manifiesto explícito. Pero es en la búsqueda de una sociedad sin diferencias ni desigualdades donde se encontrará un arte pleno, monumental y de desarrollo ilimitado y una práctica investigativa que esté al servicio de las necesidades populares. Seguir desovillando estos diálogos entre la música y la sociedad, organizándonos para superar el capitalismo, es el punto de partida.