Tras los hechos ocurridos en Costa Salguero, el análisis mediático pone sobre el tapete el típico "qué nos pasa como sociedad". La juventud y sus conductas, en el ojo de la tormenta.
Juana Galarraga @Juana_Galarraga
Miércoles 20 de abril de 2016
Cinco jóvenes murieron en la fiesta electrónica Time Warp realizada en Costa Salguero. El gobierno de la ciudad y los organizadores se desligaron rápidamente de la responsabilidad. Luego se supo que no había agua corriente, que la envasada costaba alrededor de 60 pesos, que no había suficiente ventilación, que había poco personal y equipos de salud y que existió sobreventa de entradas. Pero más que en las responsabilidades políticas y empresariales, la cobertura de los medios masivos se centró en la discusión sobre las conductas juveniles.
Los periodistas indignados de la televisión argentina no parecen comprender. Es como si cualquier motivo que impulse el consumo les fuera totalmente ajeno y por eso lo condenan. Cuesta creer que en el ámbito mediático y televisivo nadie sepa de qué se tratan las drogas y las fiestas, sin embargo desde el sábado a la mañana la televisión fue el escenario donde se montó una nueva grieta: una generacional, donde parece que jóvenes y adultos vivieran en mundos paralelos.
Con tono paternalista y compungido, decenas de conductores y panelistas debatieron sobre la problemática de las drogas. "Nosotros como papás no lo pudimos ver", sostuvo Florencia Etcheves, conductora de TN. Ahora que nadie puede ignorar el tema el eje de todas las vías de solución que se les ocurren, es el prohibicionismo. Nadie pone en discusión seriamente que si el consumo fuera legal, se podría acceder a drogas de manera segura, sabiendo de donde provienen, cómo se producen y se reducirían notablemente los riesgos al consumir. Nadie discute en televisión el nivel de mercantilización del tiempo libre, del ocio y la diversión de los jóvenes, donde el lucro a toda costa los deja expuestos a aberraciones como el agua corriente cortada. Pero la conducta empresarial no fue el objeto de debate central, si no la "incomprendida" conducta juvenil.
“Especialistas”
El programa "Todo en Uno" que conduce Paula Trápani por A24 los sábados de 14 a 17, fue un ejemplo del enfoque periodístico con que se trató el tema en general desde el fin de semana. Con la presencia de Chiche Duhalde y un antropólogo, puede decirse que el debate (para tomarlo con humor), fue de lo más pintoresco. "Acá está Chiche que podría ser mi mamá. El problema ahora es que reina el libertinaje en la crianza de los chicos por parte de los padres", sostuvo Tomás Dente, coconductor del programa, comentario al que Chiche respondió que ve cómo hoy sus nueras son débiles a la hora de poner límites a sus nietos. Esta sería una de las causas de la muerte de los pibes en la fiesta y de allí el dramático cuestionamiento sobre hacia dónde vamos como sociedad.
El antropólogo por su parte habló de la relación milenaria entre la humanidad y las sustancias para alterar la conciencia. El aporte más lúcido a la discusión, lo hizo un joven entrevistado por teléfono que fue a la fiesta: "No vas a poder parar una moda como las fiestas electrónicas con doble escolaridad o con que los chicos vayan al gimnasio. Que el que se vaya a drogar en una fiesta se informe", sostuvo. El cierre de la nota por parte de la conductora sin embargo, fue "mejor no consumir y ya".
Otro personaje entrevistado por los medios en calidad de especialista fue el psiquiatra y forense, Miguel Maldonado. "Se pelean, se golpean y ni siquiera saben por qué. Después de haber consumido esas sustancias, al día siguiente además de sentir la clásica resaca, no recuerdan nada de todo lo que hicieron, no recuerdan todo ese placer que vivieron", sostuvo en un reportaje. Es que los jóvenes, además mal criados y libertinos, parece que son violentos. Hasta el momento sin embargo, no se conoce ninguna versión que involucre a los chicos fallecidos en algún episodio de violencia.
El famoso doctor López Rosetti, en otro claro ejemplo de los grandes lugares comunes en los que cayeron periodistas y “especialistas”, se cansó de repetir que "no existe droga de la buena y de la mala. Toda la droga es mala". Es necesario reiterar: todos podríamos consumir drogas seguras, bien hechas, si fuera legal.
En la edición del lunes del programa que conduce Mariana Fabbiani por canal 13, "El Diario de Mariana", también se habló hasta el hartazgo sobre el tema pero sin variaciones en cuanto a la perspectiva de análisis. "Si se trata de que quiero probar cosas y saber cómo se siente, agarro un auto y voy a correr una picada para saber cómo se siente y mato a alguien", sostuvo Fernando Cerolini. Grueso error confundir un tipo de conducta que puede ocasionar daños a terceros, con las decisiones y derechos individuales, que no afectan a nadie sino al propio cuerpo, como consumir o no consumir drogas.
En este panel participó también Pedro Robledo, Subsecretario Nacional de Juventud y Presidente de Jóvenes PRO. “Peter” se atrevió a decir que en Alemania existen sistemas para que antes de consumir una pastilla, el consumidor pueda testear lo que tiene para saber si es o no segura. "Pero ¿vos me estás diciendo que estás a favor de la despenalización de la droga?", increpó rápidamente Cerolini. "No por supuesto que no estoy a favor de la despenalización", se encargó de aclarar el joven Pro, y sostuvo que apela a los ejemplos de Holanda y Alemania para ver cómo se trabaja haciéndose cargo de que el problema existe.
Más prohibicionismo desde el oficialismo por supuesto, espacio desde donde nada diferente podría esperarse. "La droga mata a los pobres como a la gente normal", dijo la vicepresidenta Gabriela Michetti el lunes en declaraciones a los medios. Si desde el segundo peldaño en la cadena de mandos en el país se cae en tan bajo nivel de análisis y en una falta de respeto tal, qué puede esperarse en cuanto a políticas de estado sobre el tema. Peter Robledo puede hablar muy fresco en los medios sobre el tema y poner como ejemplo a seguir a lo más avanzado de Europa, pero no parece que acá hubiera plafón entre la dirigencia política a la que intenta lavarle la cara para hacerse cargo del tema.
Una voz disidente
El tema de las drogas y Costa Salguero no podía quedar afuera del encendido debate que caracteriza a Intratables, programa conducido por Santiago del Moro en América. Uno de los invitados a debatir en esta edición fue Alan Ojeda, docente y especialista en el tema de la "movida electrónica", autor de esta nota. Luego de escuchar, entre otras cosas, al abogado constitucionalista Sabsay hablar durante largo rato sobre Cristina Kirchner y su parecido con Hitler, Ojeda contó con un minuto para expresar su postura.
"Esto no es exclusivo de la movida electrónica. Se consumía en el jazz, se consumía en el rock, se consumía en cualquier momento. El tema es que una cuestión de amarillismo pone que hoy mueren acá y bueno, ¿por qué no se habla de la cantidad de cocaína y tetrabrick que se consumía por ejemplo, en Los Redondos? El tema es si hay alguna responsabilidad por parte de la organización. Posiblemente sí en varios puntos como sucede siempre. Imagínense que hasta hace unos años Lolapalooza no iba a estar acá en Argentina por problemas de organización, porque no se cumple con los estándares internacionales para poner un evento en funcionamiento”, arrancó a explicar el docente.
Del Moro interrumpió para preguntarle cuál sería para él la solución. "En este caso, aceptar que la gente ya consume. No tener que estar alentando el consumo, sino todo lo contrario, pero tener una política de reducción de daños que es la necesaria. Es decir, concientizar a los chicos, que en la escuela haya un espacio que no se dedique a moralizar al respecto. Tiene que haber una ética de consumo, tiene que haber una ética respecto a cómo se enseñan estas cosas. No puede pararse cualquier persona señalando a los chicos como sucede muchas veces, ‘vos sos un tonto, sos un tarado, vos te drogás’. No funciona así, el chico no responde a eso, entonces lo que hay que hacer partiendo de la base de que consumen, es qué información le podés dar vos para que ese chico cuando vaya a una fiesta no se muera".
Es de esperar que la visión de muchos que piensan como Alan, sin señalar con un dedo acusatorio a la juventud, pueda ser más difundida y mejor desarrollada en los medios de comunicación.