López Obrador se comprometió a crear cien nuevas universidades públicas durante su gobierno que aparentemente gastarían menos que las ya existentes.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Jueves 30 de mayo de 2019
El bajo acceso a la educación pública, particularmente a nivel medio superior y superior, es un problema que lleva mucho tiempo y cada año excluye a cientos de miles de jóvenes que buscan obtener un título universitario con la promesa de acceder a un mejor campo laboral.
Debido a los bajos números de matriculación universitaria, López Obrador prometió la creación de cien universidades nuevas que operarían con presupuestos menores a los de universidades como la UNAM, la UAM o el Politécnico. Afirma que los problemas económicos de las universidades son debido a la corrupción.
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El problema de la corrupción es real, va desde los exhuberantes salarios de las autoridades universitarias hasta el dinero que se desvía; sin embargo no son las únicas razones del reducido número en la matrícula.
Cada año las universidades tienen que reorganizar su presupuesto aún con el aumento de la inflación y los recortes presupuestales autorizados desde el gobierno federal; cargando con diversos problemas, entre ellos falta de apoyo a la investigación, falta de instalaciones o de presupuesto para preservar las ya existentes, falta de personal y -por lo tanto- sobrecarga administrativa y docente, bajos salarios para los trabajadores administrativos y una mayoría de profesores precarizados que tienen contratos temporales y cero estabilidad.
Es indispensable que no exista ningún tipo de restricción a la educación pública y gratuita de calidad, sin embargo es difícil pensar la creación de nuevas universidades a la luz de las carencias de las ya existentes.
Según Raquel Sosa, la encargada del programa de "Universidades para el Bienestar Beníto Juárez García", 83 de las 100 universidades propuestas ya se encuentran operando; pero se encuentran sin edificios, estructuras importantes y con planes de estudio sin demasiada planificación, varias de estas carreras tampoco tienen acreditación oficial de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Aún hay mucha incertidumbre acerca del funcionamiento de estas universidades, de la emisión de títulos, de las becas que se entregarían a los estudiantes y de la cantidad de alumnos matriculados.
“Los números más optimistas dicen que, si funcionaran a su máxima capacidad, no subiríamos la cobertura ni un 1%”, señala Alma Maldonado, investigadora en educación superior del Instituto Politécnico Nacional (IPN). [retomado del diario EL Pais]
Los problemas que arrastran las universidades públicas son difíciles de abordar, sin embargo el fortalecimiento de estas casas de estudio debería de permitir que ningún joven se quede sin estudiar. Para esto es necesario que se destine un mayor presupuesto a su funcionamiento, el cual debería gestionarse a través de gobiernos autónomos integrados por trabajadores, estudiantes y profesores, quienes decidan cómo destinan los recursos para fortalecer la vida académica y garantizar el acceso pleno a la educación.
El aumento al presupuesto, y la creación de nuevas sedes de la UNAM, la UAM, el Politécnico o la UACM, puede garantizarse a partir de imponer progresivamente altos impuestos a las grandes empresas.