Las persecuciones, represión y asesinatos a ambientalistas crecen día a día. Te contamos la historia de 8 activistas víctimas de esta política represiva en favor de las grandes mineras y el agronegocio.
Martes 24 de septiembre de 2019 00:27
Cada vez es más común que activistas ambientales sufran persecuciones y hasta sean asesinados con una frecuencia cada vez mayor, particularmente en países semicoloniales. A continuación se presentan las historias de ocho personas que enfrentaron compañías poderosas e intereses imperialistas y pagaron con sus vidas.
Cuatro personas son asesinadas cada semana por disputas climáticas y de tierras a manos de las fuerzas estatales y sicarios que defienden los intereses de las grandes corporaciones, terratenientes y gobiernos. Según el Global Witness Report de 2019 que rastrea persecuciones, desapariciones forzadas y asesinatos de activistas en todo el mundo, 164 activistas ambientales fueron asesinados en 2018.
Las historias de los luchadores ambientales a menudo son ignoradas, olvidadas y silenciadas por los principales medios de comunicación norteamericanos. Después de todo, estas personas muchas veces luchan contra las corporaciones estadounidenses. Mientras discutimos cómo resolver la crisis climática, es importante recordar que los lugares afectados por los desastres ambientales han sido y serán en primera medida los países semicoloniales, y que hay personas en esos países que luchan y mueren en la lucha contra catástrofe climática.
Aquí, nos tomamos un momento para reconocer a siete de la inagotable lista de activistas ambientales que han han dado su vida en esta lucha durante la última década:
Berta Cáceres, 2016, Honduras
Berta Cáceres era una mujer originaria del pueblo lenca y defensora de los derechos humanos que, durante más de 20 años, luchó por los derechos y el territorio de su pueblo. Cofundó COPINH (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras) y dirigió campañas contra proyectos mega industriales y la tala ilegal.
A partir de 2013 y junto con COPINH, Berta organizó una serie de protestas junto a la comunidad local durante un año contra la construcción de cuatro represas hidroeléctricas propuestas por la empresa china Sinohydro, la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial y la empresa hondureña Desarrollos Energéticos SA (DESA). Su plan era construir una presa en el río Gualcarque, el río sagrado del pueblo lenca, lo que resultaría en el desplazamiento de las comunidades originarias.
Estas protestas condujeron a un hostigamiento y violencia continuos por parte de los empleados de DESA, su seguridad e incluso el ejército hondureño. El gobierno y DESA pintaron repetidamente a COPINH como terroristas violentos. Cáceres y el ambientalista mexicano Gustavo Castro fueron asesinados en su casa marzo de 2016. Una investigación de 2017 mostró que tres de las ocho personas arrestadas en relación con la muerte de Cáceres estaban vinculadas a tropas de élite entrenadas por los Estados Unidos.
Aysin y Ali Büyüknohutçu, 2017, Turkia
Aysin y Ali Büyüknohutçu fueron dos activistas ambientales que relacionados con agrupaciones de izquierda y que participaron en las luchas contra las canteras de mármol en la ciudadregion turca de Antalya. Las canteras son un pilar económico de la región y contribuyen al país más de $ 2 mil millones al año en exportaciones. Pero su funcionamiento pone en serio riesgo los bosques de la zona.
En 2017, en base a campañas públicas y acciones legales lograron el cierre de dos empresas. Pero dos meses después, en su casa Finike, Aysin y Ali Büyüknohutçu fueron asesinados a tiros por un sicario pagado por el dueño de una cantera. Aunque este inicialmente confesó y señaló al propietario de la cantera como la persona que lo contrató, cambió su testimonio para decir que actuó solo y finalmente fue encontrado muerto en prisión, un supuesto suicidio.
"El asesinato de Ali y Aysin es una señal del nuevo clima en Turquía", dijo Onur Akgül, un activista del grupo de conservación de Defensa de los Bosques del Norte. “Los ecologistas sospechan firmemente que hay más en este caso que motivos individuales”.
Jorginho Guajajara, 2018, Brasil
Líder de una tribu amazónica reconocido por su papel de defensor del medio ambiente, Jorginho Guajajara pertenecía al pueblo Guajajara del el estado brasileño de Maranhão. Los Guajajara apoyan a los Guardianes del Amazonas que se han encargado de proteger lo que queda del borde oriental de la selva amazónica y llevar a cabo acciones directas como quemar camiones y tractores, y expulsar madereros de las reservas para reducir la tala ilegal. Los Guardianes dicen que defienden estos bosques no solo para sus propias familias, sino también para las personas awá no contactadas que viven en la región.
Ser activista ambiental se ha vuelto cada vez más peligroso, particularmente bajo el régimen de Bolsonaro, donde aumentan los asesinatos y el acoso de activistas. Las comunidades indígenas de la Amazonía, que luchan constantemente con la ocupación ilegal y la violencia en sus tierras, son las principales víctimas. Desde el año 2000, alrededor de 80 guajajaras han sido asesinados en el área. El cuerpo de Jorginho fue encontrado en las márgenes de un río que ya es infame debido a la cantidad de guajajaras asesinados por madereros o sus colaboradores que han aparecido en él.
Gloria Capitan, 2017, Filipinas
A principios de 2014, Gloria Capitan, junto con unos 30 de sus vecinos de la ciudad filipina de Bataan formó la Asociación de Ciudadanos Unidos de Lucanin que se opone a la operación y expansión de las plantas de carbón y sus instalaciones de almacenamiento a cielo abierto.
Tomó contacto con movimiento global contra cambio climático en una reunión en Manila en 2015 y se unió al movimiento Bataan sin carbón. Su trabajo finalmente resultó en la decisión de la ciudad prohibir el almacenaje de carbón a cielo abierto para reducir el polvo atmosférico. Esto condujo a un aumento de las amenazas de muerte y el acoso dirigido a Gloria, tanto abierta como encubiertamente.
En julio de 2016, dos hombres en una motocicleta la asesinaron de 3 balazos. En una declaración después de su muerte, Val De Guzmán, un activista del Movimiento Filipino por la Justicia Climática aseguró que “Si este es un mensaje para silenciar a otros activistas, entonces están equivocados, porque en el suelo donde cayó el cuerpo de Gloria, brotarán más como ella”.
Chut Wutty, 2012, Camboya
Chut Wutty fue un destacado activista contra la tala y los derechos a la tierra en Camboya. Fundó el Grupo de Protección de Recursos Nacionales (NRPG) en la provincia de Koh Kong y abogó incansablemente contra las tácticas de acaparamiento de tierras empleadas por el estado. También fue instrumental en exponer una venta masiva secreta de parques nacionales por parte del estado, en la que el gobierno otorgó concesiones a empresas y les permitió industrializar tierras designadas como parques nacionales y santuarios de vida silvestre.
Como muchos de los que hicieron de la protección de los bosques la misión de su vida, Chut Wutty fue tratado como una gran amenaza por las empresas, los militares y las élites políticas del país. En abril de 2012, llevó a dos periodistas del Cambodia Daily para investigar la tala ilegal en las montañas de Cardamomo. A su regreso, fue interceptado por la policía militar y, tras un altercado en el que se negó a entregar su evidencia fotográfica, fue abatido a tiros mientras intentaba huir. En 2016, cuatro años después de su muerte, el gobierno camboyano prohibió el documental británico I Am Chut Wutty, basado en su vida y los últimos meses.
Isidro Perez y Melesio Ramirez, 2019, Guatemala
Isidro Pérez y Melesio Ramírez fueron dos líderes indígenas que que participaron en el Comité de Desarrollo Campesino (CODECA) en Guatemala. Fundado en 1992, el trabajo de CODECA se centra en cuestiones como las condiciones salariales de los campesinos, la reforma agraria y la nacionalización de la energía eléctrica en el país. Regularmente organizan protestas masivas contra la violación de los derechos de los pueblos indígenas.
Con los años, los miembros de CODECA han sufrido amenazas generalizadas, hostigamiento, persecución, secuestros y, a menudo, asesinatos. En los últimos años, el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, se manifestó abiertamente en contra de CODECA y sus esfuerzos por defender los derechos humanos y ambientales, incluso dando un visto bueno a los continuos ataques contra los miembros del grupo. Solo en 2017, siete miembros de CODECA fueron asesinados, pero nadie ha sido acusado por esos crímenes. Isidro y Melesio fueron asesinados mientras asistían a una acción pacífica organizada por CODECA el 5 de julio, cuando 15 hombres armados irrumpieron en la granja de Nuevo Edén y comenzaron a disparar contra el grupo.