Argentina está es una crisis económica profunda, la deuda con el FMI y la devaluación del peso argentino como consecuencia de los resultados de las elecciones primarias (PASO) traen resultados nefastas para el pueblo pobre y trabajador. ¿Como deben defenderse las masas populares argentinas?
Domingo 25 de agosto de 2019
La deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que solo crece a medida que los gobiernos de turno han ido pagando y que establece condiciones de precarización para el pueblo pobre y trabajador, es un factor gravitante en la crisis y en la devaluación del peso argentino.
El pasado 11 de agosto, el resultado de las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias), que tienen el fin de definir que candidatos y que partidos podrán presentarse a las elecciones generales del 27 de octubre, tuvieron como resultado la derrota del actual presidente Macri, la cuál capitalizó el candidato Alberto Fernández, kirchnerista. Esto significó una reacción en el mercado de devaluación del peso Argentino, y de una subida del dolar a casi $61 argentinos.
¿Cuáles son las consecuencias de la devaluación?
El peso argentino se devalúa en al menos un 25%, o sea un cuarto de su valor. Antes de las PASO, según el último informe de la UCA, la pobreza de los niños y adolescentes en el conurbano alcanzó el 63,6% (15,4% de indigencia), mientras se calcula que la desocupación es la más alta del país, con un 12,4%. Al mismo tiempo, el mes pasado la jubilación mínima no alcanzaba el nivel de indigencia. Después de las paso, estas cifras se disparan por la devaluación.
El presidente Macri, como manotazo de ahogado, anunció la semana pasada algunas medidas paliativas para los efectos de esta corrida en el bolsillo de los trabajadores: bono de $ 5.000 para trabajadores estatales, de $ 2.000 para privados, de dos pagos extras de la Asignación Universal por Hijo, aumento del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, aumento de las becas Progresar, entre otras. Sin embargo, esto no es suficiente, pues la pobreza extrema y el desempleo sigue aumentando: cierre de fabricas, despidos, encarecimiento de la vida, entre otras consecuencias.
Por otro lado, el candidato kirchnerista Fernández avaló la devaluación manifestándose conforme con la subida del dólar a 60 pesos. Su prioridad fue mantener la calma de los mercados, los acreedores y el FMI, asegurando que en el caso de asumir se buscará reestructurar la deuda.
Las principales centrales sindicales argentinas, la CGT y las CTA,están dejando que se pulverice el salario y las condiciones de vida de la población, con pasividad e inactividad, sin impulsar movilización ni paro efectivo, a pesar de que también sufren los aumentos de tarifas, los despidos y suspensiones.
Por otro lado, el Congreso nacional, donde la oposición cuenta con la posibilidad de tener quorum, continúa sin reunirse para votar ningún tipo de medida de emergencia que favorezca a las mayorías populares.
Con las condiciones en contra, las y los trabajadores, estudiantes y pueblo pobre forjan su alternativa
Es en este escenario que el Frente de Izquierda Unidad, conglomerado de partidos trotskistas, con Nicolás del Caño (PTS) como uno de sus candidatos para octubre, plantea la exigencia a las centrales sindicales de un paro de 36 horas junto a una gran movilización para enfrentar este ataque, el aumento del salario, jubilaciones y pensiones acorde al aumento de la inflación, la anulación de tarifazos, y la prohibición de los despidos, como algunas medidas elementales para parar un poco el descargo de la crisis sobre los sectores populares.