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Red Internacional
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Tucumán. Crisis en Supermercados Luque y en los ingenios: ni una familia más en la calle

El empresario supermercadista amenaza con despidos masivos. En el Ingenio Santa Bárbara los trabajadores denuncian que no hay soluciones a la vista y peligran las fuentes de trabajo.

Juan Lobo @CanisLupus1917

Lunes 8 de julio de 2019

Tucumán es una de las provincias con más desempleo y la primera en el ranking de empleo en negro desde que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) dio a conocer el nivel de desempleo el ultimo trimestre. En el Gran Tucumán – Tafí Viejo, el 49% de los asalariados no están registrados, algo así como 130 mil de los 266 mil asalariados de ese conglomerado urbano no gozan de los beneficios de un trabajo formal. Sumado a esto se están dando distintas crisis en todos los sectores:

La crisis de Emilio Luque

Hace unas semanas, Tucumán se vio convulsionada por una protesta de los más de 1.200 empleados del supermercado Emilio Luque, denunciaban que la empresa confirmó que estaba en quiebra y que no cuenta con el dinero suficiente para abonar los salarios y aguinaldos, ni para reponer la mercadería en los locales. La protesta era motorizada por el sindicato de comercio (SEOC) y manijeada por la propia patronal, que puso los vehículos de la empresa a disposición y garantizó el pago del salario para el primer día de protestas. Con las cuentas bancarias embargadas, Emilio Luque salía por los medios a solicitar del gobierno un rescate financiero.

Pero rápidamente la bronca de los trabajadores se hizo sentir y las muestras de solidaridad entre los trabajadores de las distintas sucursales amenazaban con despertar un procesos difícil de contener, razón por la cual Emilio Luque salió nuevamente por los medios a despegarse de la protesta de los trabajadores.

Luego de dos días de angustia y negociación, hubo un preacuerdo y finalmente los supermercados reabrieron sus puertas. La firma se comprometió a pagar $ 3.000 a cuenta de los dos tercios del sueldo de mayo que aún está en mora y, de lo recaudado en las ventas, se destinará al pago del resto de los haberes adeudado.

Sin embargo, nuevamente Luque volvió a la carga con la solicitud ante la justicia de una “convocatoria de acreedores”, para habilitar el despido del 50% de los empleados de planta permanente. Además ofrece pagar la mitad de la indemnización correspondiente en 18 cuotas, que comenzarían a abonarse a fines de octubre de 2019.

Emilio Luque figura con 235 cheques rechazados en cuentas personales por un importe millonario de casi 230 millones de pesos, que viene acumulando desde noviembre del año pasado.

En el 2017 Luque obtuvo ese mismo año la compra de los ingenios Marapa y concepción el Grupo Atanor, parecía que no tenía problemas y que financieramente le estaba yendo bien. Entonces ¿qué paso en un poco más de un año para que tenga 235 cheques rechazados en cuentas personales de un monto de 230 millones?

Los empleados recuerdan como les agradeció explicando que pudo realizar esa expansión gracias a los supermercados y que les iban a “llover mercaderías”. Ahora rápidamente advierte ante la prensa que esos emprendimientos “no tienen nada que ver” con los supermercados y deja a los trabajadores a la deriva.

En una entrevista realizada por La Gaceta en setiembre del año pasado se ufanaba de ser una persona “normal”, que lo más le gusta es hacer el bien, un perfil bastante distinto del que mostró apenas hace unos días cuando dijo, sin pelos en la lengua que “reestructurar significa dejar gente en la calle porque en día hay una mano de obra ociosa”. Estas declaraciones fueron realizadas nada menos que en una cena-reunión organizada por el candidato a presidente Alberto Fernández. Toda una declaración de principios tanto del empresario, como de esta pretendida oposición a Macri, que ya antes de llegar al poder se apresta a acordar con patronales que no tienen problemas en “dejar gente en la calle”, así sin más.

Luque pretende dejar de lado el enorme patrimonio que reunió gracias al esfuerzo de los trabajadores y descargar la crisis del sector comercial en sus familias, actuando para ello con la complicidad del gobierno de Manzur y el aval del sindicato, que también responde al PJ.

La crisis de los ingenios

Como se menciona arriba, Emilio Luque también está inmerso en la industria azucarera y cuenta con dos ingenios a su nombre, se tratan del Marapa y el Concepción. Justamente, en estas dos empresas también se encendió la alarma en las últimas horas. Es que la problemática financiera entorno a los supermercados suscitó la preocupación en los trabajadores.

Según informó el sitio Gremiales Tucumanas, ya en marzo de este año se desató un fuerte conflicto porque Luque no cumplió con el pago de los salarios en tiempo en forma en ambos establecimientos y los más de 1.400 empleados pararon la producción. Durante el año pasado tampoco cumplieron con el pago de salarios en varias oportunidades e incluso concluyeron la zafra azucarera antes que el resto de los establecimientos productivos de la provincia. También amenazaron dejar sectores afuera del ingenio, en particular los contratados.

La gestión del Grupo Colombres (de los industriales Julio Colombres y José Agustín Colombres) del ingenio Santa Bárbara y la compra del ingenio Ñuñorco ha dejado a estas dos fábricas azucareras en la quiebra.

Este grupo recibió subsidios por parte del estado para hacer funcionar al ingenio Ñuñorco, pero a pesar del arriendo no pudo funcionar mucho tiempo y lo peor es que se detectó que la empresa a la que representan, Azucarera J.M. Terán SA, emitió más de 30 cheques sin fondos por más de 3.500.000 pesos.

Finalmente, la familia Colombres vendió el Ingenio Ñuñorco al empresario Juan Carlos Crovella a fines del año pasado. Lo hicieron para poder asegurar la zafra de otro ingenio del cual son propietarios: Santa Bárbara. Pero en este ingenio la zafra nunca empezó y los propietarios se presentaron a concurso de acreedores (concurso preventivo), que es una medida para evitar la quiebra. Tras las fallidas negociaciones que hubo con otras firmas que querían arrendar la fábrica, el empresario Rochia Ferro aparece como interesado en la adquisición del ingenio. Pero nada garantiza la continuidad laboral del conjunto de los trabajadores de ese ingenio por lo cual la situación también es de incertidumbre y otra vez pone de relieve la complicidad y el aval del gobierno provincial y los sindicatos a dejar pasar estos graves ataques contra los trabajadores.

Lo más preocupante de esta crítica situación de las familias trabajadores de Luque y los ingenios es la patente borrada del gobierno provincial para dar una solución concreta y parar con los despidos y aprietes a los obreros.

A pesar de las maniobras de la FOTIA y el Sindicato del ingenio para aislar y desgastar a los trabajadores, los trabajadores del Ingenio Santa Barbara vienen sosteniendo una dura batalla por sus fuentes de trabajo con más de 40 cortes de rutas y una “comisión de mujeres” que se ubica en la primera fila.

Manzur hizo campaña prometiendo “defender el futuro y el trabajo”, pero ni siquiera fue capaz de recibir a los trabajadores en conflicto de ningún sector, pero siempre está presto a votar emergencias para los empresarios y otorgar subsidios de todo tipo, mientras mantiene niveles terribles de informalidad y uno de los salarios más bajos del país.

Tanto la FOTIA como el SEOC no están desarrollando ninguna lucha seria ante este panorama crítico. Palina incluso solo se hizo presente en el ingenio para pedir que se levantara el paro de los azucareros. Es que Palina está de los dos lados del mostrador: es dirigente de la FOTIA y a la vez Ministro de Trabajo. En el caso del SEOC, viene dejando pasar los ataques de Luque y solo manifiesta intención de pelear por una indemnización justa.

Hay que pelear por la defensa de todos los puestos de trabajo. La enorme solidaridad y simpatía que despertó en la provincia la irrupción de los trabajadores de Luque muestra que hay fuerzas para enfrentar este abierto plan de ataque. Los empresarios cuentan con el apoyo del gobierno provincial y de los sindicatos, que forman parte del mismo partido político.

Desde el Frente de Izquierda y los Trabajadores UNIDAD, levantamos la defensa de todos los puestos de trabajo, por asambleas y un plan de lucha para que no quede ni una sola familia en la calle. Planteamos declarar la emergencia laborar para prohibir los despidos y frenar la mano a este ataque que anticipa la agenda que el FMI está diseñando para nuestro país: ataques al salario y mayor desocupación. Hay que unir las luchas en curso y derrotar los planes de ajuste y ataque a las condiciones de vida que llevan adelante tanto Cambiemos a nivel nacional, como Manzur en nuestra provincia.