×
×
Red Internacional
lid bot

Libertad de expresión. Cuando los gerentes de medios no quieren que se hable de represión

"La batalla de Pepsico" volvió a poner en acción a las patronales de empresas periodísticas, buscando disciplinar a cronistas con un discurso "embellecedor" de la violencia estatal.

Martin Espinoza @martinespi05

Sábado 22 de julio de 2017

Foto: Enfoque Rojo

"Reinvindicar la cobertura integral y responsable que desarrolló el conjunto de los periodistas trabajadores y trabajadoras de prensa el 13 de julio en las distintas ediciones y flashes del noticiero, así como en la web de noticias".

Esto señala un comunicado de la comisión interna de prensa de la TV Pública al pronunciarse sobre la trasnmisión hecha de la represión llevada adelante por la Policía Bonaerense para desalojar la planta de Pepsico Snacks de Florida.

Los trabajadores de prensa y la asamblea del noticiero, denunciaron "el intento del Gerente de Néstor Sclauzaro de impedir el uso de la palabra ’represión’, en la cobertura periodística realizada desde el móvil , del violento desalojo que sufrieron los trabajadores y trabajadoras de Pepsico Snacks el 13 de julio pasado. Resulta paradójico que el mismo hecho sea caracterizado como una ’violenta represión’ por FOPEA, entidad de la cual el Gerente es Presidente, pero a la vez trate de soslayarse esa caracterización en la pantalla de la TV Pública". A su vez, la comisión interna del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), denunció a Nerina Sturgeon por "maltrato" a periodistas de la web "para que modifiquen la cobertura sobre la represión a Pepsico".

La clara voluntad de cercenamiento de la libertad de expresión de trabajadores de prensa por parte de la Gerencia de Cambiemos tensa la discusión sobre el lugar y rol de la crónica viva.

Desde la asunción de Mauricio Macri a fines de 2015, la discusión sobre los momentos en los que corresponde utilizar la palabra represión, cada vez que la Policía o la Gendarmería avanzan sobre una manifestación, volvió con fuerza. El primer cruce de gran impacto en redes bajo el nuevo gobierno, tal vez fue el que tuvieron la cronista de TN, Valeria Sampedro, con el periodista Guillermo Lobo. Discusión repetida este mismo año en Todo Noticias entre la misma cronista y el informador de tránsito, Ernesto Arriaga, tras la represión de la Gendarmería en la Panamericana durante el paro nacional del 6 de abril pasado.

El debate está de vuelta tras la ofensiva con gases, palos y balas de goma en el enorme operativo en Pepsico. Acertadamente, varios cronistas salieron a responder desde la propia definición de la Real Academia Española: "represión: acto o conjunto de actos, ordinariamente desde el poder, para contener, detener o castigar con violencia actuaciones políticas o sociales."

La definición de los hechos de Pepsico como "enfrentamientos" primó sobre la idea de "represión", según el relevamiento hecho por una empresa de seguimiento de medios sobre la cobertura realizada por los medios gráficos, televisivos y radiales.

Sin embargo, fue absurdo querer ocultar con palabras lo que la fuerza de la realidad expone ante millones. Represión es represión, esté o no más o menos floja de papeles, y mal que le pese a la estupidez de los gerentes de noticias, que lejos estuvieron de poder ocultar con la coerción de la semántica la realidad que devolvieron las imágenes de hombres y mujeres de azul, con palos y escudos, avanzando a bastonazo limpio contra obreras y obreros despedidos por una multinacional.

La defensa de la libertad de prensa, de opinión, de expresión, la libertad de conciencia y el derecho a contar la verdad, informar sin censura; se vuelve un desafío de primer orden para los trabajadores de prensa, mientras las patronales mediáticas intentan imponer un "relato" congraciado con el poder de turno y el interés de clase al cual representan.

La falsa dicotomía impuesta en los últimos años sobre una supuesta “grieta", queda al desnudo con el conflicto de los trabajadores y trabajadoras de Pepsico.

La única "grieta" existente es entre empresarios y trabajadores. Incluso en la crónica de los hechos. Por algo, Rodolfo Walsh llamó a los trabajadores de prensa a combatir "diariamente a la raza de los envenenadores de conciencias: nuestros patrones”.

Manos a la obra.