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Red Internacional
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Mendoza. Cuyoplacas y su propia Reforma Laboral

Desde octubre del año pasado, la maderera Cuyoplacas de Las Heras, Mendoza, viene aplicando sobre sus trabajadores y trabajadoras, una serie de medidas que se burlan de las leyes laborales, mientras el Estado, representado por la Subsecretaría de Trabajo de la provincia, mira para otro lado.

Domingo 16 de abril de 2023 12:18

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Foto: Chimi Rios

A partir de una supuesta crisis por falta de insumos, debido a restricciones en las importaciones, la Empresa Cuyoplacas comenzó a aplicar suspensiones arbitrarias sobre la totalidad de su personal, afectando cerca el 30% de los salarios. Cuando la Comisión Interna, junto al Sindicato de la Madera, quisieron tomar conocimiento de la crisis denunciada, y colaborar en el otorgamiento de un Preventivo de Crisis, procedimiento que se tramita ante el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, a instancia del empleador o de la asociación sindical de los trabajadores, en la cual, en su presentación, el peticionante, en este caso Cuyoplacas, debe fundamentar su solicitud, ofreciendo todos los elementos probatorios que considere pertinentes, para conseguir una asistencia por parte del Estado, e incluso una habilitación para suspender trabajadores. La crisis argumentada por Cuyoplacas no fue comprobable en los papeles, y fue el mismo directorio de la empresa quien manifestó que el Preventivo de Crisis había sido pedido y rechazado. No obstante esto, la empresa siguió adelante con las suspensiones de personal. Ante esta arbitrariedad, que provocaba una claro perjuicio a los obreros, el Sindicato dio intervención a la Subsecretaría de Trabajo, y en paralelo comenzaron a realizarse asambleas de trabajadores.

En plena instancia de diálogo, y ante la pasividad del organismo del Estado, Cuyoplacas comenzó con despidos masivos viciados de irregularidades, y causas inventadas que atentan contra la moral de trabajador. Con este escenario, la negociación por las horas de suspensión se dio fracasada, y se anunciaron medidas de fuerza que comenzaron con asambleas en el lugar de trabajo, se solicitó a la Subsecretaría que dictara la conciliación obligatoria, algo que la Subsecretaría ignoró por completo, y sigue ignorando, después de dos meses en donde hubo un paro, y donde se ha despedido a 47 trabajadores con “causas dudosas”, que libran a la empresa de indemnizar a los despedidos, llevándolos a acordar por fuera de la ley, o abrir una demanda que puede llevarle años, ya que ni siquiera perciben los denominados “rubros no retenible”(días trabajados y proporcionales de aguinaldo y vacaciones).

Detrás del Conflicto

Más allá de una situación angustiante, por la cantidad de familias que quedan en la calle, y de la impotencia a la que lleva un Estado indiferente, que deja a los trabajadores y trabajadoras a su suerte, las mesas de dialogo infructífero han revelado un plan empresarial que podría enmarcarse como una reforma laboral encubierta. Si bien, hoy por hoy, es cierto que Cuyoplacas compra a cuentagotas los insumos necesarios para sostener la producción, las ventas se han resentido, pero no están ni cerca de paralizarse. Leyendo entrelíneas, puede entenderse que con una taza de interés cercana al 80% en los plazos fijos, para el empresario es más seguro apostar en la “timba financiera” que pujar (y gastar) por los insumos para producir. Esto lleva a bajar el ritmo de producción, instalando, a través de rumores, un clima de miedo e incertidumbre entre los operarios. Por otro lado, en las mesas de negociación, la empresa también dejó ver que el directorio crea incertidumbre entre el personal, pero ellos tienen un plan muy claro de cara al futuro.

La empresa apunta directamente contra un beneficio obtenido en 2006, con una enorme huelga de siete días realizada por los trabajadores de Cuyoplacas, en donde se logró un premio fijo de producción, un sobresueldo del 35%, inamovible. Desde el directorio de la maderera dejaron ver que planifican a corto y mediano plazo la contratación de nuevo personal, pero pidieron al Sindicato el visto bueno para poder contratar excluyendo o modificando (a la baja) ese premio fijo. Algo que el Sindicato rechazó de plano. A este anticipo, se suma que la empresa se está desprendiendo, con los nefastos métodos señalados, de personal con mucha antigüedad, ya que los trabajadores despedidos contaban, en su mayoría, con más de diez, quince o veinte años de servicio, lo que representa un abultado ítem antigüedad en el bono de sueldo. Con estos indicadores, podemos asumir que Cuyoplacas está llevando adelante una reforma laboral encubierta, bajo sus propias leyes apoyadas en la llamativa pasividad de la Subsecretaría de Trabajo, o de cualquier organismo estatal.

Reforma Laboral

La idea de una Reforma Laboral se planteó durante el Gobierno de Mauricio Macri, un proyecto que atacaba directamente beneficios y derechos laborales, en favor del sector empresario. Esta reforma, que iba a tratarse en el Congreso de la Nación en diciembre de 2017 junto a la Reforma Previsional, fue enfrentada con enormes movilizaciones que obligaron a dejarla en suspenso. Años más tarde, antes y durante la pandemia, el Gobierno de Alberto Fernández aceptó la modificación de algunos Convenios Colectivos de Trabajo en sectores puntuales, como La Serenísima o la automotriz Toyota, pero nunca se volvió a plantear como un proyecto de ley. A pesar de esto, empresas como Arcor en Córdoba, o Bodegas Peñaflor en Mendoza, comenzaron con su propia reforma laboral, modificando unilateralmente horarios, condiciones de trabajo y salarios, despidiendo a los obreros que se negaban a estos cambios, con tibia y escasa resistencia por parte de los sindicatos, como en Peñaflor, o con la voluntad de los trabajadores de no someterse ante la injusticia, como en Arcor.

En líneas generales, el proyecto de ley de la Reforma Laboral era un guiño del Gobierno a los empresarios del sector privado, y apuntaba a disminuir drásticamente, lo que para ellos es el costo de la mano de obra. Flexibilizaba tanto las condiciones de contratación como las de despido, y cercenaba los derechos de los trabajadores y trabajadoras en actividad. Lo cierto es que el Estado, o la Justicia, a través de sus fuerzas públicas son muy rápidos para poner límites y multas a las protestas, ya que los trabajadores de Cuyoplacas, y el Sindicato, debieron ajustarse a la ley a la hora de reclamar, esa misma Justicia, ese mismo Estado, no es tan exigente con la legalidad, cuando se trata del poder económico, de las patronales que se saltan la ley a su antojo sin pagar ninguna consecuencia. Cuyoplacas apunta a abaratar el costo de la mano de obra. Para la empresa, los trabajadores representan un gasto, pero saben que son los laburantes quienes llenan los bolsillos del directorio, por tal razón es que quiere despedir, de manera tramposa, a sus antiguos trabajadores, y contratar nuevos obreros de manera precaria, sin dejarlos acumular antigüedad, sin reconocerles categorías acordes a su función, (algo que cuyoplacas ya viene haciendo hace años), y poder, con esos jóvenes trabajadores precarizados, reemplazar a los trabajadores más antiguos.

El caso de Cuyoplacas, con sus injustificados argumentos de crisis, suspensiones arbitrarias y despidos masivos, aparece, en la superficie, como un conflicto gremial, pero va mucho más allá de eso, desnudando posiciones políticas que van en contra de la clase obrera, y a un Estado, ciego, sordo y mudo, ante los reclamos de quienes sufren una injusticia. Vemos a un Estado provincial capaz de reprimir protestas y encarcelar a dirigentes sindicales y sociales por incumplir las leyes durante una manifestación, pero a su vez, ese mismo Estado, tolera y permite que un empresario se salte la ley, o lo que es peor, cree sus propias leyes, para perjudicar a sus trabajadores, mientras los organismos de control actúan como meros espectadores del conflicto, con una intervención nula.

¿Cómo enfrentar esto?

La Reforma Laboral, como proyecto de ley, es una decisión política de favorecer a los sectores de concentración de riqueza, en perjuicio de quienes generan esa riqueza: los trabajadores y trabajadoras. Y hay sectores políticos, identificados con la derecha, con toda la voluntad de llevarla adelante. Pero también otros sectores, que por presentarse como nacionales y populares, no proponen abiertamente una reforma laboral, pero tampoco enfrentan a estos casos testigos, donde las empresas, por las suyas, y con la complicidad del Estado y la Justicia, apuntan a abaratar el costo de mano de obra, sin respetar la legislación laboral vigente.
En esta situación, los trabajadores y trabajadoras nos enfrentamos al poder político y al poder económico, que usan la Justicia y los organismos del Estado como instrumentos propios a los que pueden manejar y dirigir a su antojo. Si intentamos enfrentar a todo ese poderío de manera individual y aislada, seguramente perderemos, porque es a ese terreno adónde Cuyoplacas quiere llevar a los trabajadores, ofreciendo arreglos o retiros voluntarios, generando una falsa expectativa de independencia o progreso por recibir unos pesos, que, como pasó en los menemistas 90s con estos métodos, nadie se salvó con retiro voluntario, y en 2001, la crisis social y el desempleo, hicieron explotar al Gobierno de De la Rúa. Por eso, el primer paso, es entender la gravedad que tiene ceder derechos, la gravedad que tiene llenar la sociedad de familias desempleadas, y sobre todo, la gravedad de dejar estos antecedentes para las futuras generaciones. Entendiendo esto, sabremos que cada uno de los y las trabajadoras integramos la fuerza social que produce todo, y genera riquezas para que la acumulen unos pocos, que encima, quieren someternos a la pobreza mientras los enriquecemos. La Justicia y el Estado podrán estar al servicio del poder económico, pero en Mendoza tenemos un claro y no tan lejano ejemplo de como se le puede torcer el brazo a este poderoso tridente: la ley 7722, cuya modificación, provocó que el pueblo trabajador se lanzara a las calles en defensa del agua, a poner límites al política, al Estado y a los empresarios mineros. Con la clase obrera movilizada y consiente, seremos capaces no solo de enfrentar a la Reforma Laboral, o los atropellos patronales, valorando los ejemplos de nuestra propia historia, la de los trabajadores de Cuyoplacas, como haber logrado un premio fijo a base de unidad, organización y lucha, las mismas herramientas que usaron los trabajadores de la vitivinicultura para lograr el mayor aumento paritario de 2021.