En esta nota las y los trabajadores del Hospital Garrahan te cuentan la realidad de la primera línea. Con una inflación de 21,5 % en solo cinco meses, no hay salario que alcance. Es claro que el ajuste del gobierno para cumplir con el FMI pasa por nuestro sueldo. ¿Qué norte debemos tener las y los trabajadores frente a esta situación?
Miércoles 23 de junio de 2021 10:30

Cansancio y agotamiento. Éstas son las caras que vemos a diario los que trabajamos en los hospitales. Muchas horas pasamos dentro del hospital sin poder ver a nuestras familias, amigos. La mayoría de las veces hacemos horas módulo, o sea, nos quedamos el doble de las horas o trabajamos en otros lugares por el simple hecho de que el sueldo no alcanza para vivir y al faltar personal en todos los servicios las jefaturas piden que te quedes.
No hay trabajador que no nos haya contado que trabajando 35 horas semanales cobraría solo 45 mil y que por eso tiene que hacer 14 horas por día para llegar a un sueldo de 68 mil, ya que tiene un hijo y debe pagar alquiler. Son ejemplos que se multiplican. Algunos tienen que sacar adelanto de sueldo. Una compañera franquera nos contaba que “el 15 ya no tengo más plata, ya que además tengo que pagar a una niñera para poder ir a trabajar”. Otros sacaron préstamos: “Somos cinco en casa, pagamos un alquiler de 20 mil y nos quedan otros 20 para sobrevivir hasta fin de mes”.
Esta semana se actualizaron los datos de la canasta familiar. Según la Junta Interna ATE Indec, el salario mínimo para una familia debería ser de $ 99.930. La inflación en los últimos doce meses fue del 48,8%. Hay sectores de trabajadores que no están permitiendo que la crisis sea descargada sobre sus espaldas, como los de la Clínica San Andrés que luchan contra el cierre de la misma. Otros a los que se les siguen muriendo compañeros por los atropellos patronales o que les ajustan aún más el salario y les precarizan la vida. Por eso es que hace unas semanas vimos que estos mismos sectores fueron parte de un importante corte en el Puente Pueyrredón con trabajadores de distintos lugares luchando por salario, trabajo y vivienda. Son más de 600 que hace poco participaron de una reunión de coordinación del AMBA para coordinar estas peleas, para visibilizar sus luchas.
Nuestra realidad no es diferente a la de miles, entre enfermeros, camilleros, administrativos, etc. Vemos que tenemos sueldos que no cubren la canasta familiar. Otras voces de trabajadores nos decían que además “no es sólo la compra mensual de alimentos, es la vestimenta, son los gastos de los servicios como la luz el agua, el gas que se fueron por las nubes”.
Por otro lado, están también los compañeros tercerizados quienes viven a diario la precarización y cuentan con menos derechos que un trabajador de planta, ya que no pueden salir a reclamar derechos porque los echan. Ningún gobierno terminó con estas empresas que empobrecen la vida de miles a costa de ganancias millonarias. Algunos de ellos nos manifestaban que trabajan 12 horas porque con un sueldo de 8 horas llegan solamente a 42 mil pesos. Un compañero frente a esto reflexionaba y nos decía con bronca que “no puede ser que un congresista, un político, gane 200 mil o 300 mil pesos y diga que no le alcanza, eso ¡es el colmo ya!”.
El gobierno viene ajustando en la salud con un recorte de presupuesto que se siente en la falta de inversión para contratar más personal para evitar el agotamiento, mayor cantidad de camas o respiradores, que hacen a que haya una atención de calidad a los pacientes que necesitan ser atendidos. No se propuso algo tan necesario como es centralizar el sistema de salud privado, público y de las obras sociales para que haya más recursos. Pero esta orientación la vemoms también en la desocupación y el aumento creciente de la pobreza. El gobierno sacó el IFE y aumentó el nivel de precarización para quienes se atienden en los hospitales.
En los lugares de trabajo estamos divididos por sectores, por nuestra función, nos dividen las burocracias sindicales y las mismas acuerdan el ajuste que el gobierno necesita para poder pagar la deuda que el gobierno de Macri tomó y el gobierno del Frente de Todos está renegociando con el FMI. Está el plan del gobierno y de los empresarios, que es que nosotros paguemos los costos mientras ellos puedan seguir manteniendo sus fortunas.
Por eso nosotros no podemos quedarnos de brazos cruzados, resignarnos que esto es lo que nos toca vivir. Este 24 de Junio desde varios sectores del Hospital Garrahan se está llamando a un paro por esta situación que ya es insostenible. Las y los trabajadores podemos ser una fuerza imparable de lucha si nos organizamos y golpeamos juntos contra el ajuste. Por eso es importante tomar las experiencias de los que se organizan y coordinan como los trabajadores de Neuquén.
Una perspectiva para salir a pelearla
Además de organizarnos en cada lugar de trabajo tenemos que poder plantearnos construir una alternativa política nuestra, de los trabajadores, de las mujeres, de la juventud, contra la oposición de derecha y el gobierno. Es por este motivo que desde el PTS estamos planteando la necesidad de ampliar la unidad de la izquierda, para plantear cada vez con más fuerza una salida distinta a la crisis. El Frente de Izquierda fue un gran paso adelante que ya reúne al 80 % de la izquierda. Hoy es necesario que se sumen a una perspectiva unitaria Autodeterminación y Libertad de Luis Zamora, el Nuevo Más de Manuela Castañeira y Política Obrera de Jorge Altamira.
Te puede interesar: Del Caño: “Queremos ser la tercera fuerza ante el ajuste del Gobierno y el fracaso de la derecha"
Te puede interesar: Del Caño: “Queremos ser la tercera fuerza ante el ajuste del Gobierno y el fracaso de la derecha"
La izquierda clasista empieza a ser una referencia política para aquellos sectores que salen a enfrentar el ajuste de las patronales y el gobierno, como los tercerizados de Edesur, los ferroviarios despedidos del Roca y los tercerizados de MCM. Esto es así porque la izquierda clasista y socialista es parte de todas y cada una de las luchas de distintos sectores del pueblo trabajador que enfrentan las políticas cómplices de las burocracias sindicales y de los movimientos sociales ligados al gobierno, como también lo vimos en las tomas de tierras como en Guernica, Rafael Castillo, Magaldi en Santa Fe o la de Casimiro Gómez en Neuquén. Es por esto que la izquierda debe convertirse en una clara tercera opción para millones, con un norte estratégico de que la crisis la paguen los capitalistas y no el pueblo trabajador.