La lucha docente que se desarrolló en toda la provincia de Córdoba organizada desde las escuelas y con gran desprestigio de la conducción celeste, tiene continuidad en un año donde se realizan las elecciones sindicales en UEPC. En esta nota, proponemos algunas reflexiones para sumar al debate con las distintas agrupaciones con las que venimos avanzando en la conformación de la lista de unidad.
Jueves 25 de mayo de 2023 21:52
Fotos @_irrregular
Desde las agrupaciones opositoras junto a docentes independientes que compartimos la lucha en las calles y asambleas impulsamos plenarios para la construcción de una lista de unidad para recuperar el sindicato para la docencia y sacar a Monserrat y la Celeste de la conducción. En este camino desarrollado, con plenarios provinciales y por departamento, se fue desarrollando el programa de la lista a partir de las distintas propuestas y posiciones, cómo las que presentamos desde Docentes D-Base y se pueden ver acá.
Los distintos puntos acordados de programa fueron producto de debates e intercambios, con acuerdos y diferencias, buscando síntesis y poniendo el eje en que las decisiones tienen que estar en las asambleas escolares como el mayor órgano democrático del sindicato. Y como buscamos que la práctica que construimos esté en coherencia con el sindicato por el que peleamos, creemos que los plenarios y asambleas son espacios de intercambio, discusión y resolución, sea llegando a acuerdos o a través de la votación, única manera en que todas las posiciones tengan lugar, desarrollo y expresión política.
En este camino, uno de los aportes que hicimos desde nuestra agrupación al debate programático fue la necesidad de pelear por "Un sindicato que represente a todos y todas las trabajadoras de la educación, afiliada y no afiliada, y que responda a todas las demandas de la docencia, que impulse la organización y afiliación". Esta posición, que fue debatida en uno de los plenarios y, pese a no conseguir la mayoría de los votos, fue acompañada por 32 compañeros y compañeras, nos parece un eje muy importante porque hace a qué sindicato queremos y para qué lo queremos recuperar.
Conocemos el accionar de la conducción celeste que le cierra las puertas a docentes no afiliados, como lo vimos en la pandemia con la lucha de docentes suplentes que se quedaron sin trabajo y la conducción hizo oídos sordos a su lucha.
Se trata de un sector, en su mayoría de primaria, con una enorme precarización laboral que se pasa la mayoría de sus años laborales en condición de suplente, con cargos que se caen permanentemente y sin cobrar en el verano.
Es esta misma precarización e inestabilidad laboral la que hace que sea difícil afiliarse, en el marco de una conducción que no organiza la pelea por mejores condiciones laborales. Si dirigiéramos el sindicato en el ejemplo de la lucha de suplentes, además de abrirles las puertas, ¿las docentes tendrían voz y voto para decidir su lucha aunque estén desafiliadas?
Este ejemplo puede extenderse a muchísimas situaciones y realidades de la docencia, como ejemplos de situaciones de acoso y hostigamiento que por la situación de no afiliadas/os de las compañeras y compañeros la conducción les cierra las puertas.
Pero no se trata de ejemplos aislados: sabemos que la precarización viene avanzando en toda la docencia. Muchas compañeras son sostén de hogar, y los salarios por debajo del índice de la pobreza hacen que afiliarse y aportar económicamente se vuelva muy difícil. Muchos y muchas también son jóvenes que comienzan a trabajar, en muchos casos con programas precarios, consiguiendo pocas horas frente a la falta de trabajo mientras las aulas siguen sobrepobladas y la sobrecarga y acoso laboral crece.
En estas condiciones de trabajo y salariales la afiliación no es sólo una cuestión de voluntad. Y la conducción celeste se ha encargado de dividir permanentemente entre afiliados y no afiliados. ¿Cómo construimos entonces una perspectiva de transformación del sindicato que no parta de naturalizar estas divisiones?
Sabemos que no solo sucede en la docencia y que la avanzada de precarización laboral en todos los ámbitos de trabajo fortaleció las políticas de las conducciones sindicales de dividir por sector: en blanco y no registrados, ocupados y desocupados, efectivos y contratados. Si las conducciones naturalizan divisiones internas para debilitar la fuerza social y la organización democrática de las y los trabajadores, para dejar pasar las políticas de ajuste de los gobiernos nuestra práctica tiene que ser la opuesta: desnaturalizar y combatir cualquier división. Si afiliados y no afiliados sufrimos los mismos problemas, si nos unimos en la lucha en las calles y debatimos y resolvemos conjuntamente en las asambleas escolares, ¿Por qué nuestra condición debería ser distinta para participar y construir otro modelo de sindicato que, en perspectiva, se plantee que todos los docentes deseen y tengan garantizadas las condiciones para poder afiliarse?
Y acá abrimos una pregunta hacia qué sindicato queremos construir.
Sostenemos y acordamos en la importancia de la afiliación, pero la manera de convencer a la docencia no puede ser bajo extorsión a que pague la cuota sindical, sino sumando a la organización y lucha para que hagan experiencia vívida la importancia de ser parte del sindicato que es la herramienta conquistada con lucha por los y las trabajadoras. Estamos en contra de la idea que el sindicato es "sólo de los aportantes", política implementada por el peronismo junto a la estatización de los sindicatos. No siempre fue así como quieren hacer creer como algo "natural". Incluso hay experiencias muy valiosas, como la del Sindicato Ceramista de Neuquén, con un estatuto clasista que desde D-Base pusimos a disposición y desde el cual aportamos propuestas para el programa de una lista de unidad.
Los plenarios como construcción colectiva y democrática de una lista de unidad.
Los plenarios por departamento y provincial, donde fuimos construyendo el programa a través del debate, son espacios abiertos y democráticos que permiten conocer las distintas posiciones políticas, discutir las diferencias y votar cuando no se llega a síntesis. Así como buscamos consensos programáticos y votamos en los casos en que sea dificultoso consensuar entre diversas posiciones, sostenemos que este mismo mecanismo debería utilizarse para el armado de la lista de unidad, en la medida en que permite discutir propuestas y que la docencia que viene siendo parte de los plenarios, de construir y apoyar una lista combativa y anti burocrática pueda votar y decidir las y los candidatos que mejor las expresen.
Es necesario salir de la dinámica de reuniones acotadas para llevar a los plenarios las decisiones sobre el armado y construcción de la lista, donde se exprese democráticamente la decisión de la docencia que viene siendo parte y la construcción de cada corriente.
Esta propuesta que venimos haciendo desde Docentes D-Base encuentra múltiples resistencias, dentro de las cuales una muy importante es la idea de que las y los compañeros no afiliados no deberían poder votar en un plenario de esas características. Compañeros que integraron la lucha, que se organizan en sus escuelas, que vienen siendo parte de los plenarios, y a quienes se dejaría afuera de la decisión y voto por su condición de no afiliados. Consideramos que esta posición no sólo es excluyente y divisionista, sino que contribuye a la naturalización de las divisiones que fomenta la actual conducción.
Si pretendemos construir un sindicato democrático, combativo, que defienda a todas y todos los trabajadores, nuestra propia práctica de construcción de lista debe expresar este contenido.
